«…Mira qué puras son mis charcas.
¡Qué gozo el de mi yelo!»
CC
«Canto al hombre»
Cuando eres, como ahora, hermoso y fuerte,
yo te amo.
Cuando el viento se doblega para ti,
cuando a la tierra tú la rindes, yo te amo.
Yo te amo por osado,
y te amo por heroico, por audaz y porque ofreces
tu hermosura y tu valor. Por derramado.
Firme tú sobre las nubes, navegando los espacios.
Duro tú sobre las aguas, descollante tu estatura
en lo azul del océano… Hombre joven que lo afrontas
cual un elemento más, siendo tú el lazo
de elementos de creación. Yo así te amo.
Desde lejos y despacio, torpemente en el comienzo,
tu andadura cada siglo acelerando…
así has llegado.
Y ya domas a los mares y a los cielos; los cabalgas
como potros tan salvajes como fuiste. A los astros
los asedias sin temor. Igual que un astro, que otro astro
participas del secreto compartido, constelando
como ellos mi cenit. Hombre, te amo.
Yo te amo y te contemplo, yo te admiro y yo te exalto.
E ignorando cómo cantan los arcángeles, te canto.
Mientras seas como eres, una luz entre las sombras,
una luz sobre los bosques, un clamor desde los labios;
mientras cantes y sonrías, esperanza de otro tú
ya menos agrio,
hombre joven, hombre fuerte, hombre hermoso,
yo te amo.
Aunque guardas en tus ojos viejas piedras del basalto
que formaba las murallas de Proverbios y del Cántico,
ya despierta tu mirada a la ternura
enajenados resplandores fugitivos de piedad por lo creado.
Como un hacha cortas tú, y eres tan blando
que te rayan las plegarias y el amor.
Eres compacto
y flexible, quebradizo, vulnerable…
¿De qué rayo fulminose lo divino contra ti?
No te ha abrasado ni la cólera de Dios, ni su contacto.
Sobrepasas a tu propia lava impura, en sobresalto
de promesas y derrotas… Ajeno y amplio
como tierra y como el mar, como el espacio.
Pero, hermoso; pero, audaz. Loco de siembras
que, no estrellas sino mundos, vas hincando.
Empujaste las cavernas, destrozaste las pirámides,
desecaste los diluvios, apagaste los volcanes,
arrancan dando del planeta a los bienaventurados.
¡No volvías la cabeza de oro puro a lo pasado!
Por cruel y por ardiente, yo te amo.
¿Quién no aleja para ti lo que has huido;
quién no llora por tu amor lo que has matado?
Nunca yo que te contemplo; nunca yo
que me he entregado
a la sangre y al gemir de tantos duelos
como pueblan tu yacer y tus contactos.
Ahora, no. Que te liberas y me llevas por el aire,
confiando
en tu propia inteligencia, en tu arrebato.
¡Ah, los vuelos que gobiernas con sonrisa
y dócil mundo
de instrumentos que tú mismo has inventado!
Y te sirven, como sirven los esclavos.
No desciendas, no me abatas. Hombre amado,
te sostengo y me sostiene un interminable rapto.
No eres rojo ni eres negro. Eres blanco,
el fúlgido centellear de intactos arcos.
¡Atrévete con el Bien, sujétalo con tus brazos!
Hermoso varón que tanto presentía
y que he soñado.
Porque eres mi mejor yo, he ahí por qué te amo.
No te quiero cuando débil, sometido, acobardado.
Aunque torvo si acometes, más te busco despiadado
que humillando la cerviz como un toro sin sus mandos.
Que eres viejo, bien lo sé. Sé que debajo
de esta túnica de piel que te envuelve,
estás cansado de los siglos de rodar
para ver de Dios el brazo
que fulmina y que fulmina… Y, ¿no es cansancio
contemplar cómo te hundes en mi vientre,
deslizando tu niñez y tu vigor entre mis flancos
para luego desgajármelos despacio…?
¡Ah, si halláramos la brisa, si encontráramos el látigo
que flagela y que consuma a los más enamorados!
¡Por todo lo que venciste van tus piernas
de cobre forjando ajorcas para sujetar tu paso,
criatura que apretaría eternamente entre mis brazos!
Más allá de la vida y de la muerte,
Hombre, te amo.
Carmen Conde
Carmen Conde Abellán nació en Cartagena, Murcia, el 15 de agosto de 1907.
Maestra, poeta y narradora española, adscrita a la Generación del 27′.
Fue Académica de la Lengua desde 1979.
Fue galardonada entre otros premios con:
Premio Elisenda de Montcada – 1953
Premio Nacional Simón Bolívar de Siena, Italia – 1954
Premio Doncel de Teatro Juvenil – 1961
Premio Nacional de Poesía – 1967
Premio Benito Pérez Galdós de Periodismo – 1979
Premio Adelaida Ristori del Centro Cultural Italiano – 1979
Premio Ateneo de Sevilla – 1980
Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil – 1987
Murió en Madrid, el 8 de enero de 1996.
También de Carmen Conde en este blog:
«Carmen Conde: Aquel pedazo de tierra»: AQUÍ
«Carmen Conde: Confusión»: AQUÍ
«Carmen Conde: Cuando va a ser la noche»: AQUÍ
«Carmen Conde: Canto al hombre»: AQUÍ
«Carmen Conde: En la tierra de nadie»: AQUÍ
«Carmen Conde: El universo tiene ojos»: AQUÍ
«Carmen Conde: Aunque te diga No, empéñate en Sí… «: AQUÍ
«Recordando a Carmen Conde: Desierto Sájara»: AQUÍ
Obra lírica:
Brocal (poemas en prosa), M., La Lectura, 1929.
Júbilos. Poemas de niños, rosas, animales y vientos, Murcia, La Verdad, 1934 (Prólogo de Gabriela Mistral «Carmen Conde , contadora de la infancia»).Ilustrado por la argentina Norah Borges.
Pasión del verbo, M., Gráficas Marsiega, 1944.
Vidas contra su espejo (1944)
Ansia de la gracia, M., Col. Adonais, 1945.
Honda memoria de mí, M., La Gráfica Comercial, 1946.
Mi fin en el viento, M., Col. Adonais, 1947.
Mujer sin edén, M., 1947.
Sea la luz, M., Mensaje, 1947.
En manos del silencio, 1950.
Iluminada tierra, M., Edición de la autora, 1951.
Empezando la vida, 1951.
Mientras los hombres mueren (Poemas en prosa), Milán, Cisalpino, 1952.
Vivientes de los siglos, M., Los Poetas, 1954.
Los monólogos de la hija, M., CSIC, 1959.
Derribado arcángel, M., Revista de Occidente, 1960.
En un mundo de fugitivos, Bs. As., Losada, 1960.
Dos poemas, Murcia, Tirada aparte de ‘Monteagudo’, 1962.
En la tierra de nadie, Murcia, El laurel del sureste, 1962.
Los poemas del Mar Menor, Murcia, Universidad de Murcia, 1962.
Su voz le doy a la noche, M., La Gráfica Comercial, 1962.
Enajenado mirar, (1962-1964)
Jaguar puro inmarchito, M., Edición de la autora, 1963.
Obra poética (1929-1966), M., Biblioteca Nueva, 1967. (Incluye los libros inéditos Devorante arcilla, Enajenado mirar y Humanas escrituras. Premio Nacional de Literatura).
A este lado de la eternidad, M., Biblioteca Nueva, 1970.
Cancionero de la enamorada, Ávila, El toro de granito, 1971.
Corrosión, M., Biblioteca Nueva, 1975.
Cita con la vida, M., Biblioteca Nueva, 1976.
Días por la tierra (1977)
El tiempo es un río lentísimo de fuego, B., Edic. 29 (Libros Río Nuevo), 1978.
Al encuentro de Santa Teresa (1979)
Obra poética (1979)
La noche oscura del tiempo (1980)
Noche oscura del cuerpo (1980)
Derramen su sangre las sombras, M., Torremozas (1983)
Brocal y poemas a María (1984)
Del obligado dolor (1984)
Antología poética (1985)
Por el camino viendo las estrellas, 1985.
Cráter (1985)
Soy la madre (1986)
Memoria puesta en olvido (antología personal) M., Torremozas (1987)
Palabra tuya…, una. Ansia de la gracia M., Torremozas (1988)
Júbilos (1990)
Canciones de nana y desvelo (1991)
Nada más que Caín (1995)
Creció espesa la yerba (1996)
Sostenido ensueño
El Arcángel
Humanas escrituras
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