«Los ojos que han contemplado Auschwitz e Hiroshima nunca podrán contemplar a Dios.»
EH
Un día como hoy se fue el Premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway, en su recuerdo.
Ernest Hemingway
Sacadas de su extensa obra os dejo algunas de frases más conocidas:
Ahora me han derrotado, pensó. Soy demasiado viejo para matar tiburones a garrotazos. Pero lo intentaré mientras tenga los remos y la porra y la caña.
Ahora: una palabra curiosa para expresar todo un mundo y toda una vida.
Conocer a un hombre y conocer lo que tiene dentro de la cabeza, son asuntos distintos.
El hombre que ha empezado a vivir seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera.
El hombre tiene corazón, aunque no siga sus dictados.
El mar es dulce y hermoso, pero puede ser cruel.
El mundo es un buen lugar, valdría la pena defenderlo.
El secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad.
El talento consiste en cómo vive uno la vida.
En la guerra moderna mueres como un perro y sin motivo alguno.
Era demasiado bueno para durar, pensó. Ahora pienso que ojalá hubiera sido un sueño y que jamás hubiera pescado el pez.
La cosa más espantosa, es una hoja de papel en blanco.
La felicidad es la cosa mas rara que conozco en la gente inteligente.
La gente buena, si se piensa un poco en ello, ha sido siempre gente alegre.
La luna se había levantado hacía mucho tiempo, pero él seguía durmiendo y el pez seguía tirando del bote y éste entraba en un túnel de nubes.
La moral es lo que hace a uno sentirse bien y lo inmoral es lo que hace a uno sentirse mal.
La papelera es el primer mueble en el estudio del escritor.
Nadie debiera estar solo en su vejez. Pero es inevitable que así sea.
No comprendo estas cosas, pero es bueno que no tengamos que tratar de matar el sol o la luna o las estrellas, basta con vivir del mar y matar a nuestros verdaderos hermanos.
Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar.
Sin duda, no hay cacería como la caza de hombres y aquellos que han cazado hombres armados durante el suficiente tiempo y les ha gustado, en realidad nunca se interesarán por nada más.
Soy un hombre viejo y cansado. Pero he matado a este pez que es mi hermano y ahora tengo que terminar la faena.
Quédate siempre detrás del hombre que dispara y delante del hombre que está cagando. Así estás a salvo de las balas y de la mierda.
Tal vez yo no debería ser pescador, pero para eso he nacido.
Un hombre puede ser destruido pero no derrotado.
Un rico es diferente al que no lo es: tiene más dinero.
Ernest Hemingway
Ernest Miller Hemingway nació en Oak Park, Illinois, el 21 de julio de 1899.
Es uno de los escritores más importantes entre las dos guerras mundiales y un prolífico autor.
En su obra se distinguen unos diálogos nítidos, lacónicos y con una fuerte carga emocional.
Vino a Europa durante la I Guerra Mundial, alistado como voluntario para conducir ambulancias. Tras pasarse al ejercito, fue gravemente herido.
Después de la guerra se estableció en Cuba, donde utilizó su experiencia con la pesca.
La caza y su afición a los toros se ve extensamente reflejada en su obra.
Su pasión por la aventura le llevó varias veces a estar cerca de la muerte, en la Guerra Civil española y en la II Guerra Mundial.
Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1954.
De entre sus primeras obras, encontramos: «Tres relatos y diez poemas», de 1923; «Hombres sin mujeres», de 1927, libro que incluía el cuento «Los asesinos»; «El que gana no se lleva nada»; de 1933, libro de relatos en los que describe las desgracias de los europeos.
La novela que le dio la fama, «Fiesta», de 1926, narra la historia de un grupo de estadounidenses y británicos que vagan sin rumbo fijo por Francia y España, miembros de la llamada generación perdida del periodo posterior a la I Guerra Mundial.
En 1929 publicó su segunda novela importante: «Adiós a las armas», conmovedora historia de un amor entre un oficial estadounidense del servicio de ambulancias y una enfermera inglesa que se desarrolla en Italia durante la guerra.
Siguieron: «Muerte en la tarde», de 1932, artículos sobre corridas de toros, y «Las verdes colinas de África», de 1935, escritos sobre caza mayor.
En «Por quién doblan las campanas», de 1940, ambientada en la Guerra Civil española, intentó demostrar que «la pérdida de libertad en cualquier parte del mundo es señal de que la libertad se encuentra en peligro en todas partes».
Por el número de ejemplares vendidos, este fue su obra de más éxito.
En la década siguiente sus únicos trabajos literarios fueron: «Hombres en guerra», de 1942, y la novela «Al otro lado del río y entre los árboles», de 1950.
En 1952 publicó «El viejo y el mar», una novela corta sobre un viejo pescador cubano, por la que ganó el Premio Pulitzer de Literatura en 1953.
En 1954 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura.
Su última obra publicada en vida fue Poemas completos, en 1960.
Los libros que se publicaron póstumamente: «París era una fiesta», en 1964, un relato de sus primeros años en París y España; «Enviado especial», en 1967, que reúne sus artículos y reportajes periodísticos; «Primeros artículos», de 1970; «Islas en el golfo», en 1970 y la inacabada «El jardín del Edén», en 1986.
Se quedaron sin publicar más de 3.000 páginas de manuscritas.
Murió en Ketchum, Idaho el día 2 de Julio de 1961, descerrajándose un tiro con una escopeta.
*Entrada publicada el 21 de julio de 2009. Actualizada y ampliada el 21 de julio de 2017.
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Triana, conmemoro contigo a Papá Hemingway, que leí ávidamente casi todo y he intentado seguir una de sus máximas, cuando le preguntaron cuando sabía que tenía que parar, decía: (no es literal) cuando estoy escribiendo una historia y sé como la voy a continuar al siguiente día es entonces cuando dejo de escribir y en la mañana siguiendo tomo el hilo y continuo. Este método lo sigo fielmente desde hace, tal vez 20 años, tanto en el dibujo como en la escritura y me ha dado mucha tranquilidad mental y me quita angustias innecesarias.
Y aquí entre nos, mi gusto y conocimiento de los San Fermines se los debo a la lectura de sus novelas y a las fotografías que veía en las revistas taurinas que consultaba donde aparecía Ordoñez, Bienvenida y Luis Miguel Dominguín, todos amigos personales de Hemingway.
«Por quién doblan las campanas» y su personaje Pilar lo tengo presente en mi memoria, «El viejo y el mar y París es una fiesta» son libros releídos con fácil alegría.
Conmemoro contigo todo el día.
Un abrazo Hemingway para ti.
Sergio Astorga
Sabía de tu pasión por Hemingway, y me acordé de ti, de tus toritos y ti afición cuando preparaba la entrada, me hubiera gustado poner muchas más cosas de su estancia en España y su amistad con los grandes de la pintura, la literatura y el toreo de aquella época, pero ya sabes, en el blog, prima sintetizar, comparto contigo la frescura del estilo de este señor que tan buenos ratos me hizo pasar, cuando le quitaba a mi padre sus libros que como tu releyó muchas veces a lo largo de su vida.
Un abrazo con timbales y clarines sonando en su memoria.
Triana, regreso y me encuentro con que pintaste tu casa, espero sentirme comodo, abriste las ventanas y el sol entra por toda la estancia. Voy a visirla por todos sus cuartos.
Con tu permiso.
Abrazos claros.
Sergio Astorga
Adelante Sergio, tu no necesitas permisos para entrar en esta tu casa, y si, hay más luz y es más relajante.
Un abrazo de estreno.
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