Frida Kahlo: Arte y leyenda

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Frida Kahlo

Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón, nació en Coyoacán, el 6 de julio de 1907.
Su vida de autentica novela por sí sola, la convirtieron en una de las artistas más conocidas en todo el mundo.

Su destino, marcado por la fatalidad, su vida excéntrica y su poderosa personalidad, han hecho de ella una leyenda.

Era descendiente, por parte paterna, de judíos alemanes y por parte materna de española católica, aunque su tierra mexicana fue una seña de identidad muy marcada.

Su infortunado destino comenzó cuando con seis años padeció poliomielitis que le dejó como secuela la parálisis de una pierna.

Pero mucho más grave fue el accidente que sufrió con 18 años, cuando el autobús, en el que viajaba colisionó con un tranvía sufriendo graves heridas, fractura de varias vértebras en la pelvis y en varias costilla, amén de una grave lesión abdominal y vaginal que fue lo peor.

Pudo sobrevivir pero toda su vida estuvo marcada con estas lesiones, para las que necesitó 35 intervenciones quirúrgicas que se prolongaron hasta su muerte; sólo su fuerte e indomable carácter lograron que se sobrepusiera.

Comenzó a pintar postrada en la cama del hospital para sobrellevar el aburrimiento que esta situación le acarreaba.

Poco tiempo después de haber pintado sus primeros cuadros, conoció al hombre de su vida, Diego Rivera, veintiún años mayor que ella; él era ya un pintor consagrado, la conoció en el hospital y la animó a seguir pintando, viendo en ella un extraordinario talento.

Se casaron en 1929, y tras una turbulenta época, se divorciaron en 1939, sin embargo no podían vivir el uno sin el otro y volvieron a casarse en 1940.

Mientras la carrera de Frida continuaba de forma ascendente, su estilo, muy personal en un principio fue etiquetado como naif, con influencias precolombinas y la lógica de Diego Rivera.

La pintura de Frida es de colores intensos, y de alguna forma icónica, por su rigidez, en las que de forma repetida, se autorretrata, plasmando en muchas ocasiones sus dramas personales. Ella decía al respecto: «Pinto autorretratos porque estoy gran parte de mi tiempo sola y porque soy la persona que mejor conozco».

Cuando André Breton visitó México en 1938, dijo de la pintura de Frida «…es surrealista y llena de crueldad y de horror». Sin embargo, ella diría refiriéndose a los surrealistas: «Son una pandilla de lunáticos hijos de puta», y añadía : «Jamás he pintado sueños, solo la pura realidad».

Mientras que Diego tenía incontables devaneos amorosos, ella no fue menos, los tuvo nada más y nada menos que con Trotsky, tras refugiarlo en su casa cuando era perseguido por los estalinistas, hasta su asesinato a cargo Ramón Mercader.

Posteriormente mantuvo otro romance con la mujer de André Breton, Jacqueline Lamba, en la visita de ésta a México y con otros hombres, entre ellos, Ricardo Arias y el fotógrafo Nikolas Muray.

De esta época son sus más conocidas obras, como «Las Dos Fridas» de 1939 y sus autorretratos con monos, al no poder tener hijos, vivía rodeada de animales en su Casa Azul de Coyoacán.

El punto final le llegaría en pleno éxito, realizó su primera y única exposición individual en el Museo de Arte Contemporáneo de México, a cuya inauguración los médicos le habían desaconsejado asistir debido a su grave estado, le había sido ya amputada una pierna, cuando todos los invitados estaban dentro oyeron llegar a una ambulancia, apareciendo ella y su cama ricamente vestida, a pesar de los dolores y la inmovilidad, bebió y  rió durante toda la noche.

Moriría sólo un año después, el 13 de julio de 1954, mientras dormía, algunos dicen que de una embolia, otros que se suicidó.
Fue honrada con grandes honores y sus restos envueltos en la bandera del Partido Comunista, al que ella y Diego fueron siempre fieles.

Diego Rivera, moriría  tres años después.
Este bodegón con sandías es muy probable que fuera la última obra que pintó.

*Esta entrada fue publicada en este blog, el 5 de marzo de 2011. Ha sido actualizada y ampliada el 6 de julio de 2024.