Jean-Marie Poumeyrol: El realismo fantástico

Click en la imagen para ver más obras

Jean-Marie Poumeyrol

«Más que describir, creo que a través de este realismo, intento rescatar mi mundo mental de las profundidades de la frontera con el inconsciente».
JMP

Nació en Libourne, Francia, el 18 de junio 1946.
Se graduó en L’Ecole des Beaux-Arts de Burdeos.

Su pintura, increíble, sorprendente, absolutamente original, ha arrasado en todas numerosas exposiciones en Francia y diferentes países.
En sus inicios su pintura de caracterizó por su fuerte carga erótica y efectos alucinógenos.

Su trabajo más reciente ha evolucionado hacia el llamado «Realismo Fantástico»*, del que es considerado uno de sus representantes más notables, y con la que ha cosechado enormes éxitos.
Así mismo ha practicado paisajes de gran maestría en dibujo y color.

Su pintura recuerda mucho a la del pintor extremeño, Eduardo Naranjo, aunque hay notables diferencias, Poumeyrol, obvia la figura humana en casi la totalidad de su obra, y cuando aparece casi siempre, nos muestra unas piernas asomando tras una puerta o una cortina; con frecuencia, pinta escenarios abandonados, que parecen estar olvidados y llenos de polvo, tras el paso del tiempo.

Sus cuadros, nunca dejan indiferentes al espectador, que se siente atrapado.
Esta representada en numerosas colecciones públicas y privadas, y son muy cotizadas por las más importantes.
En la actualidad, resise y trabaja en Pau.

* El realismo fantástico lo inició un grupo de artistas en Viena en el pasado siglo XX, poco después de acabar la II Guerra Mundial; la característica común de sus miembros, es el uso de las técnicas de los viejos maestros del simbolismo religioso y esotérico, y en el ámbito literario, la inclusión de estudios de ocultismo.

Ernst Fuchs recuerda vívidamente la atmósfera de estos días:
Ernst Fuchs, fundador de la Escuela de Viena del realismo fantástico recuerda: «Era 1945,  un rayo de esperanza, un anhelo de libertad despertó en el pueblo, todavía rodeado por el humo y la oscuridad de la guerra final. Ahora que la guerra había terminado en Europa, un pequeño grupo de pintores se reunieron en la devastada por las bombas, Academia en la Schillerplatz, para iniciar una nueva dirección en el arte. Ellos sólo estaban vagamente orientados: no había nada para ver y guiarse en este nuevo arte moderno, sólo se podían escuchar cuentos de la meca de la pintura: París.»

 *Esta entrada fue publicada en este blog el 1 de diciembre de 2011. Ha sido actualizada y ampliada el 26 de noviembre de 2014.