Mujeres pintoras: La expresionista María Blanchard

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María Blanchard

María Gutiérrez Blanchard nació en Santander, Cantabria, el 6 de marzo de 1881.

Miembro de una familia burguesa, vio su vida condicionada a la malformación con la que nació, una grave desviación de su columna que se le produjo cuando su madre tuvo una caída de un caballo estando embarazada de ella.

Su padre le inculcó el amor hacía el arte y la cultura y la animó desde que era muy pequeña a practicar el dibujo, para el que tenía unas extraordinarias dotes, y una gran sensibilidad.

En 1903 marchó a estudiar a Madrid,donde recibió clases de Emilio Sala.
Pronto sientió en la capital de España el rechazo de la sociedad tan cerrada en aquellos años.

A partir de 1906 continuó su formación con Alvarez de Sotomayor, exponiendo por primera vez en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1908, logrando una tercera medalla; ese mismo año entra en el taller de Manuel Benedito.

Gracias a una beca de la Diputación de Santander, en 1909 viajó a París para completar sus estudios de arte, ciudad en la que se definiría artísticamente.

Se matriculó en la Academia Vitti, en la que tuvo como maestros  Hermenegildo Anglada Camarasa y Kees Van Dongen.

Éstos la orientaron en su trabajo hacia la libertad del color y la expresión, lo que le permitió alejarse de los corsés de la pintura academicista que hasta entonces había practicado.

Conoció e hizo amistad con la pintura rusa Angelina Beloff, con ella viajó a Londres y Bélgica, coincidiendo en Bruselas con Diego Rivera.

A su vuelta, Diego compartió piso y estudio en París con ambas en el nº 3 de la Rue Bagneux.

A partir de aquí comenzaría la vida artística de la que sería una de las más grandes pintoras españolas; de ella escribieron importantes personajes cosas muy bellas.

Murió en París el 5 de abril de 1932.
L´Intransigeant», publicaba en un artículo tras su muerte que resumía su vida y su obra: «La artista española, ha muerto anoche, después de una dolorosa enfermedad. El sitio que ocupaba en el arte contemporáneo era preponderante. Su arte, poderoso, hecho de misticismo y de un amor apasionado por la profesión, quedará como uno de los auténticos artistas y más significativos de nuestra época. Su vida de reclusa y enferma, había por otro lado contribuido a desarrollar y a agudizar singularmente una de las más bellas inteligencias de ese tiempo».

*Esta entrada fue publicada en este blog el 31 de agosto de 2011. Ha sido actualizada y ampliada el 6 de marzo de 2024.