Mujeres Pintoras: La expresionista sueca Sigrid Hjertén

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Sigrid Hjertén

Nació en Sundsvall, Suecia, el 27 de octubre de 1885.
Está considerada como una de las figuras más importantes en el expresionismo sueco.


Tuvo que luchar contra los prejuicios por ser mujer de su tiempo a lo largo de toda su carrera.

Estudió Diseño y Artesanía en Estocolmo, donde se graduó como profesora de dibujo.

Fue una artista muy prolífica, pintó alrededor de quinientos cuadros, además de incontables dibujos y bocetos.

En 1909 realizó su primera exposición en Estocolmo, participando desde entonces en más de cien muestras.

Practicó un estilo muy personal y poco frecuente en su tiempo en su país, recibiendo la influencia de Henri Matisse, Marc Chagall, Paul Cézanne y Ernst Josephson.

En 1909 conoció a su futuro marido, el pintor Isaac Grünewald, con quien se casó en 1911, ambos tuvieron un hijo, también artista, Ivan Grünewald.

Sus pinturas tienen mucho en común en la forma, color y diseño y en la combinación de colores cálidos y fríos, tanto que a veces es difícil distinguir en algunas obras a quién de los dos corresponden, aunque Sigrid, jugó más en sus composiciones, usó colores más suaves y no marcó los contornos con la misma fuerza.

La pareja viajó a París con el fin de ampliar su formación, donde Sigrid residió de 1920 a 1932.

Asistió al taller Henri Matisse, aunque no pude pertenecer al grupo «The Young», que estaba reservada sólo para hombres.

Quedó impresionada por los miembros del grupo, en especial por las formas de Matisse y el tratamiento del color de Paul Cézanne.

Sin embargo, no se acercó nunca plenamente a la pintura francesa, estuvo más cercana al expresionismo alemán, sobre todo el de Ernst Ludwig Kirchner, tratando de encontrar formas y colores que podían plasmar sobre lienzo sus emociones, con colores contrastados con contornos simplificados.

Durante su estancia en París, concretamente en la década de 1920, sus motivos fueron sobre todo paisajes urbanos franceses, paisajes rurales y retratos.

En los inicios de la década de 1930 sus colores se volvieron más intensos, predominando el amarillo, en unos cuadros en los que ya se adivinaban las crisis de ansiedad que comenzó a sufrir, que la primera manifestación de dolencia esquizofrénica.

En 1937 dejó de pintar, su locura había estallado y su matrimonio con Isaac terminó en divorcio.

Volvió a su país en 1938, donde vivió hospitalizada hasta 1948 que se le practicó una lobotomía, muriendo a causa de complicaciones de este tratamiento, en Estocolmo, el 24 de marzo de 1948.

*Entrada publicada el 2 de febrero de 2015. Ha sido actualizada y ampliada el 24 de marzo de 2023.