Click en la imagen para ver más obras
Rosso Fiorentino
Giovanni Battista di Jacopo, conocido como Rosso Fiorentino, nació en Florencia, Italia, el 8 de marzo de 1494.
Fue miembro de la llamada Escuela de Fontainebleau, y uno de los máximos exponentes del manierismo toscano.
Tuvo como maestro al que también lo fuera de Jacomo da Pontormo, Andrea del Sarto, y según una gran mayoría de críticos e historiadores del arte un transgresor del clasicismo que en su época atravesaba una profunda crisis.
De su primera producción, aún en su natal Florencia, destacan: «La Asunción» de 1517, en la iglesia de la Santisima Annunziata y «Las hijas de Jetró», actualmente en la Galería de los Uffizi de Florencia, obra singular esta última, en la que se puede observar la influencia de Michelangelo Buonarotti.
De su etapa romana son importantes los frescos realizados para Santa Maria della Pace: «La creación de Eva» y «El pecado original», de 1524.
Después del violento saqueo de la ciudad de Roma, en 1527 por parte de las tropas de Carlos V, Rosso hubo de refugiarse en Borgo Sansepolcro y más tarde en Arezzo, es en esta época cuando su pintura se torna más lúgubre e inquietante.
Más tarde marchó a Venecia, y tras una breve estancia, en 1530 viajó a Fontainebleau, reclamado por el rey francés Fontainebleau, para trabajar en la decoración de su castillo en esta ciudad francesa. Realizó para dicho castillo frescos y estucos, en los que su pintura se torna caprichosa y elegante, anticipándose al barroco.
De estos años es también la considerada como una de sus obras maestras, «La Piedad», actualmente en el Museo del Louvre de París.
La que si es considerada como su mejor obras, es «La Deposición», actualmente en la Pinacoteca Comunale de Volterra.
Contrastando con el «frío dolor» de otros descendimientos, la de il Rosso muestra un apresurado y complicado momento, y las figuras inferiores muestran expresiones simples a la vez que poderosas de dolor mitigado, expresivos rostros ocultos. «El cielo es sombrío. Las tres escaleras y aquellos que llevan a Cristo parecen precarios. El propio Cristo es plano. Puede verse el contraste entre esta escena frenética y alborotada con la composición igualmente compleja, pero más comedida del mismo tema por el manierista florentino, prácticamente contemporáneo Pontormo. De esta forma, Rosso fuerza las figuraciones expresando así un mundo inquieto y atormentado más acorde con el de su tiempo. Cuadro en el que el pintor florentino expresa el mundo atormentado coincidente con su tiempo.
Son llamativas las deformaciones de sus rostros y cuerpos, llegando a la máxima exasperación. Se puede observar en el «Descendimiento», en el que un anciano que aparece en la parte más alta de la cruz, muestra un rictus que quiere parecer una auténtica máscara trágica. La disposición asimétrica de las escalas y proporciones parecen escapar a todo canon y de tal modo generan una dinámica violenta que se encuentra acentuada -por entre otros recursos— la incertidumbre de los apoyos para los personajes que están descendiendo el cuerpo de Cristo mientras que las figuradas luces inciden violentamente desde la derecha de la composición creando un más que contrastante, chocante claroscuro.»
En las biografías de Giorgio Vasari consta que se suicidó tras ser calumniado, es un hecho que no aparece documentado, por lo que no dejaría de ser una leyenda.
Murió en Fontainebleau, el 14 de noviembre de 1540.
* *Entrada publicada en este blog el 3 de noviembre de 2012. Ha sido actualizada y ampliada el 14 de noviembre de 2023.
No Comments
Información Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: Click en la imagen para ver más obras Rosso Fiorentino Giovanni Battista di Jacopo, conocido como Rosso Fiorentino, nació en Florencia, Italia, el 8 de marzo de 1494. Miembro de la llamada Escuela de Fontainebleau, fue uno de…..
[…] Mariotto Albertinelli, Piero di Cosimo, y por último, en 1512, con Andrea del Sarto, junto a Rosso Fiorentino, con quien no permanecería mucho tiempo ya que después de haber realizado los cartones para el […]
[…] Sustituyó a Andrea del Sarto en la decoración del claustro del Scalzo, cuando este viajó a Francia, realizando las figuras más recargadas de la pintura florentina de aquella época. Alrededor de 1520, se cree que viajó de nuevo a Roma, logrando esta vez asimilar algunos detalles del clasicismo que se practicaba en ese momento en la capital italiana. Como prueba, posiblemente lo mejor de toda su obra, los frescos que pintó para la decoración de Villa Medicci en Poggio a Caiano: “El triunfo de Cicerón” de 1521. En su etapa más madura, el pintor parece dejar a un lado sus influencias romanas y vuelve a la tradición de la Escuela de Florencia, son pinturas estas más preciosistas, pero adolecen de la fuerza y la emoción de lo mejor de su obra, seguramente “David y Betsabé”, de 1523. En ese momento los pintores más importantes, los que se habían colocado al frente de la pintura en Florencia eran Jacopo Pontormo y Rosso Fiorentino. […]