«…Me repugna lo hueco,
la afición al misterio,
el culto a la ceniza…»
OG
«Vuelo sin orillas»
Abandoné las sombras,
las espesas paredes,
los ruidos familiares,
la amistad de los libros,
el tabaco, las plumas,
los secos cielorrasos;
para salir volando,
desesperadamente.
Abajo: en la penumbra,
las amargas cornisas,
las calles desoladas,
los faroles sonámbulos,
las muertas chimeneas
los rumores cansados,
desesperadamente.
Ya todo era silencio,
simuladas catástrofes,
grandes charcos de sombra,
aguaceros, relámpagos,
vagabundos islotes
de inestable riberas;
pero seguí volando,
desesperadamente.
Un resplandor desnudo,
una luz calcinante
se interpuso en mi ruta,
me fascinó de muerte,
pero logré evadirme
de su letal influjo,
para seguir volando,
desesperadamente.
Todavía el destino
de mundos fenecidos,
desorientó mi vuelo
-de sideral constancia-
con sus vanas parábolas
y sus aureolas falsas;
pero seguí volando,
desesperadamente.
Me oprimía lo flúido,
la limpidez maciza,
el vacío escarchado,
la inaudible distancia,
la oquedad insonora,
el reposo asfixiante;
pero seguía volando,
desesperadamente.
Ya no existía nada,
la nada estaba ausente;
ni oscuridad, ni lumbre,
-ni unas manos celestes-
ni vida, ni destino,
ni misterio, ni muerte;
pero seguía volando,
desesperadamente.
Oliverio Girondo
Oliverio Girondo nació en Buenos Aires, el 17 de agosto 1891, en el seno de una familia adinerada, que le procuró muy buena formación en los mejores centros educativos de Europa.
Estudió Derecho, y muy pronto, entró en contacto con los poetas exponentes de la vanguardia europea.
Publicó en 1922 su primer libro de poemas, “Veinte poemas para ser leídos en el tranvía”, seguidos luego por “Calcomanías” en 1925, “Espantapájaros” en 1932, “Persuasión de los días”, en 1942, “Campo nuestro”, en 1946 y “En la masmédula” en 1954, obra que constituye en su trabajo más audaz en el campo de la poesía.
Mantuvo una estrecha amistad en la primera mitad de le década de 1930, con Pablo Neruda y Federico García Lorca, que en aquella época residían en Buenos Aires, y con Salvador Dali, Rafael Alberti y Ramón Gómez de la Serna
Al iniciarse la década de 1950, guiado por su interés en las artes plásticas, incursionó en la pintura con una marcada tendencia surrealista, gracias a su profundo conocimiento de la pintura francesa.
En 1961 sufrió un grave accidente que le disminuyó sus condiciones físicas.
En 1965 viajó por última vez a Europa.
Murió en Buenos Aires, el 24 de enero de 1967.
También de Oliverio Girondo en este blog:
«Oliverio Girondo: ¡Azotadme!»: AQUÍ
«Oliverio Girondo: Alhambra»: AQUÍ
«Oliverio Girondo: Visita»: AQUÍ
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«Calle de las Sierpes de Oliverio Girondo»: AQUÍ
«Poesía Erótica: Poema 12 de Oliverio Girondo»: AQUÍ
Bibliografía poética:
Veinte poemas para leer en el tranvía – 1922
Calcomanías – 1925
Espantapájaros – 1932
Persuasión de los días – 1942
Campo nuestro – 1946
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