Poesia

Felipe Alcaraz: El fantasma cansado

febrero 29, 2024


[…] Llegará un día entre el vaho
y la siembra de escarchas
en que comprendas del todo
y destroces el espejo…

FA

Felipe Alcaraz cumple hoy años, muchas felicidades, muchas gracias por este magnífico poema, y siempre todo mi afecto.

«El fantasma cansado»

Cuando las grandes hoces
del amanecer
rasguen el telón de la noche
y tiñan de nácar los estratos
sobre la línea del horizonte combado
(sin urbanismo)
y se expand el petricor
tras las primeras lluvias
de un octubre que esta vez
no se ha anunciado como el pórtico
caliente de los obreros en la calle,
sabrás que ese olor a cosa nueva
que emana de la tierra reseca
te mantendrá en pie todo el día
frente a las ráfagas acres
de la normalidad y sus oficiantes.

Otra vez de día.
Tú y yo frente a todos,
soledad.
Entonces pones los pies en el suelo
y abres las primeras puertas
y enciendes los primeros fuegos.
Es la hora de armar la cafetera
que hace brecht-brecht-brecht
sobre el fuego amigo
mientras rueda debajo ese bulto
con mirada tontorrona
de tu perro Canelo.
No estoy solo, no estoy solo,
gritan sus ojos compasivos
a pesar de las noticias de la radio
y los cadáveres del mundo.

De nuevo los boletines hablan
de veinticinco cuchilladas
en el cuerpo de una mujer.
Pienso cosas mirando las granzas
de la primera taza de café:
esa cortina de sangre
del antiguo dominio
es una alimaña de fondo.
Tiempo de canallas,
de periodistas de Estado
e intelectuales de consumo.
Apagas la radio.
Es preferible Bach,
alguna de sus piezas de violonchelo.
El silencio es Bach.
El silencio es Bach.

Uno de los momentos dramáticos del día
es la despedida de Canelo.
Siempre hay pánico en sus ojos
cuando deja de sonar Bach.

Te trasladas. Ese embarque
ligeramente maloliente
de miradas huérfanas,
que han aprendido a no posarse en nada,
que ni siquiera miran hacia otro lado
en los vagones del subterráneo
hacia el centro de la ciudad antigua
y sus pirámides.
Como saliendo de sus pulmones
de violencia expiratoria
de una gran ballena de acero.
Gente que vende joyería
o relojes
o gorros de lana
o pequeñas jirafas de madera africana.
Son los rostros huecos de la gente sin patria
y vuelve a estallar la flor podrida del desgarro.
Te cagas en dios.
¿Qué nombres ponemos ahora
en el yeso de las tumbas prestadas?
¿Cómo nombrarlos si son cuerpos sin sombra,
intrusos hasta en su propio esqueleto?
Y queda solo un estallido sordo
de estúpida sorpresa ante la belleza
impune de ese mar entre tierras
que asesina por encargo.

Tú y yo somo extranjeros.
Tú ni siquiera existes,
sino en los pronombres.
Ni tú ni yo
hemos sabido encontrar el camino de regreso.

Tu patria es el capitalismo, te dices.
En este exilio de cenizas has nacido
y en él vives las horas de sueño,
de trabajo y de vigilia.
Tu patria no es el amor.

¿Por qué resuena Bach de pronto
en las habitaciones con muebles de hielo
de tu soledad?
El amor solía ser un ruido
de madrugada en la cocina
o en la negrura ancha del salón.
Más tarde nada.
No se oía a nadie.
Duele la separación
como si destrozaran a una bestia.
Después cuando la raya del horizonte
se convierte en un abismo,
toca naufragar.
Hasta que un día el mar de los sargazos
te arroja de nuevo a la orilla
cuando ya creías que era inevitable
el estrago.
Ves de nuevo el mar
con su hocico de niebla
y un aire algo más denso
logra mantenerte en pie.
Pero ya no eres el mismo.
Eres un extranjero
que aprende a disimular
los golpes del exilio.
Y estás solo,
sin ruidos en la casa.

Pero la ira fría con tanta miseria
no descansa,
como ese impulso sin nombre
que a veces no te permite ser
una sola persona.
Sales un día de madrugada,
oculto el rostro por una capucha,
a defender con otros la necesidad
a vivir con techo de la gente.
Aunque no hablas con nadie.
Sois un ejército de humo negro
que interrumpe la brisa color hielo.
Más tarde, con la luz del día,
todo suena a retirada
mientras caminas entre estatuas
no derribadas
y callejones ocupados por siluetas.

No existe el amor.
No es posible el amor en estos tiempos.
Siempre se te ocurren
las cosas más duras cuando te sientas a comer solo
en un bar,
con gente acodada en corros,
ocupando otras mesas,
con rostros como faros ciegos,
que ni miran ni interpelan ni se posan.
No has sabido desaprender, dijo Laura.
Y tu mirada perpleja
¿Y ahora qué hacemos?,
¿Cómo nos orientamos en el seno
de esta brisa impura?,
¿cómo desandamos el camino de la soledad?

Hay un amor que nos espera
a pesar de todo.
Sabes que está allá arriba,
en las praderas de la lentitud,
al otro lado de esa raya del mar
donde empieza todo lo nuevo.

Si es amor,
será un encuentro en la mujer
que ha llegado a serlo.
Si es amor,
será un alba nueva
de panfletos y banderas.
Si es amor,
sabremos encontrar
el camino de regreso.
Si es amor,
el mar será de nuevo
prueba y señal de libertad.
Si es amor,
habrá que quitarse las capuchas.
Si es amor,
sí.
Si no es amor,
nos pareceremos demasiado al enemigo.

Y regresar a tu casa, vencido el día,
por la avenida de las estatuas rotas,
recordando al Shelly de 1829.
¿Cuándo se elevará
de entre las tumbas
el glorioso Fantasma
que nos salve de estos
tiempos convulsos
y sea posible el amor?

Felipe Alcaraz

De: Como si fuera un fantasma
Ed. Atrapasueños, 2020@
ISBN: 978-84-121993-4-5

Reseña escrita por Santos Domínguez Ramos, en su blog Encuentros de Lecturas, de Como si fuera un fantasma: AQUÍ

Luis Felipe Alcaraz Masats nació en Granada, el 29 de febrero de 1943.
Es Doctor en Filología Románica y ha ejercido como profesor universitario.
Político y escritor, ha sido diputado en el Parlamento Andaluz, secretario general del PCA, diputado en el Congreso de los Diputados, Presidente Ejecutivo del Partido Comunista de España y portavoz federal de Izquierda Unida.
En 1973 se afilió al Partido Comunista de España, para ingresar finalmente en 1979 en el Comité Central.
Fue diputado a las Cortes Generales, por Jaén, puesto que desempeñó de 1994 a 2004; Secretario general del Partido Comunista Andaluz, del 20 de enero de 1981-12 de mayo de 2002 y Diputado del Parlamento de Andalucía por Sevilla, del 23 de mayo de 1982, al 29 de junio de 1993.

También de Felipe Alcaraz en este blog:

«Felipe Alcaraz: La sonrisa del fantasma»: AQUÍ

«Felipe Alcaraz: El tiempo no existe…»: AQUÍ

«Felipe Alcaraz: Panorama de Sevilla el día que murió Luis Cernuda»: AQUÍ

«Felipe Alcaraz: Y no era posible el amor»: AQUÍ

«Felipe Alcaraz: Sabes que no estás solo»: AQUÍ

«Felipe Alcaraz: Deja que hable el fantasma: AQUÍ

«Felipe Alcaraz: Ultimidad»: AQUÍ 

«Felipe Alcaraz: Muerte Civil»: AQUÍ

«Felipe Alcaraz: La vega tan cerca…»: AQUÍ

«Felipe Alcaraz: Elegía a Javier Egea»: AQUÍ

«Felipe Alcaraz: Desahucidio»: AQUÍ

«Felipe Alcaraz y la obra de Vázquez de Sola»: AQUÍ

Novelas:

Sobre la autodestrucción y otros efectos – 1975
Informe d’una toma de partido en literatura – 1977
El sueño de la libertad – 1981
Amor, enemigo mío – 1993
Extraños centinelas – 2006
La muerte imposible – 2009
La conjura de los poetas – (Biografía novelada del poeta Javier Egea) – 2010
Tiempo de ruido y soledad – 2011
La disciplina de la derrota – 2013
Serpentario o La agonía de un régimen – 2014
Eclipse Rojo (Los días de la gran crisis) – 2015
La torre y las mujeres – 2016
La mujer invisible – 2018
Los últimos días de la izquierda – 2019
Los pobres – 2021.
Siberia, 2023

Poesía:

Azahar y caballo – 1986
Conspiración de olvido – 1988
Navegación de silencio – 2003
Elegía a Javier Egea – 2015
Como si fuera un fantasma – 2020

Ensayos:

Pasionaria: : Una leyenda que se podía tocar – 2015
1917 – 2017. Desde que NOVIEMBRE se llama OCTUBRE – 2017
Luis Cernuda – Un poeta insobornable – 2019

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