Poesia

John Ruskin: Las colinas de Carrara

enero 20, 2024


«De la rivalidad no puede salir nada hermoso; y del orgullo, nada noble.»
JR

Mi recuerdo al escritor, poeta y pintor británico en el aniversario de su muerte.

«Las colinas de Carrara»

En medio de un valle de hojas florecientes
donde la vid alarga su raíz sinuosa
y abultada se abate la gavilla otoñal
y los olivos derraman su atezado fruto,
y vientos leves, y aguas nunca mudas,
hacen de jóvenes ramas y guijarros límpidos
un laúd universal.
Y aves vivaces, por el oscuro soto de mirto,
perforan con breves notas, y un plumaje bañado de rocío,
el silencio y la sombra de las sosegadas avenidas.

II

Lejos en la profundidad de cielos sin voz
donde calmas y frías se esparcen las estrellas,
se alzan los cerros de la pálida Carrara.
No hay ruido ni tormenta, ni rudo torbellino,
que puedan quebrar su serenidad de mármol solitario;
los relámpagos carmesí en torno de sus cimas
podrán sostener sus fogosas disputas:
ni escuchan ni responden; su venturoso descanso
no lo adornan cogollos, ni verdes pastos, ni el aliento
de cosa moviente alguna altera su atmósfera de muerte.

III

Pero más abajo, en un sueño plegado,
se extienden borrosas formas de vida celestial
de pálidos ceños y ojos vagos, sumidos
en una dulce paz de sombra somnolienta,
cuyos miembros retorcidos, ataviados de roca,
descienden como olas blancas sobre el humano pensamiento,
manifestado en sueños intranquilos;
en sus secretos hogares de deseada duermevela,
se elevan inmortales, hijos del día,
brillando con divinas formas en la tierra, y en su ruina.

IV

Sí, donde los brotes tienen su origen más brillante,
donde ampliamente reluce un florecer de oro,
allí se desliza la serpiente y se afana el gusano
y negra la tierra se extiende por debajo.
¡Ah! no pretendas conocer el alma de los hombres;
que visten con aparentes sonrisas sus baldíos parajes;
las palabras que se toman a broma el infortunio
despiertan no con menos ligereza, pese al corazón roto,
al corazón burlón, que apenas se atreve confesar
incluso para sí, la fuerza de su propia amargura.
Ni juzgues que aquellos de frías palabras,
los de frentes oscuras, los de corazón de acero,
con la fuerza acostada, furtiva, solapada,
de pensamientos que ocultan y punzadas que sienten,
necesiten de una cavilación en respuesta para romper su sello,
¿quién puede saber qué olas batirán el mar callado,
bajo el pobre llamamiento
desde costas lejanas, de un viento que no sientes?
Qué sonidos se despertarán dentro de la caracola,
sensible al encanto de quien sabe tocarla.

John Ruskin

Traducción de Andrés Catalán

Poema original en inglés:

«The Hills Of Carrara»

Amidst a vale of springing leaves
Where spreads the vine its wandering root
And cumbrous fall the autumnal sheaves
And olives shed their sable fruit,
And gentle winds, and waters never mute,
Make of young boughs and pebbles pure
One universal lute.
And bright birds, through the myrtle copse obscure,
Pierce with quick notes, and plumage dipped in dew,
The silence and the shade of each lulled avenue.

II

Far in the depths of voiceless skies
Where calm and cold the stars are strewed,
The peaks of pale Carrara rise.
Nor sound of storm, nor whirlwind rude,
Can break their chill of marble solitude;
The crimson lightnings round their crest
May hold their fiery feud-
They hear not, nor reply; their charmed rest
No flow’ret decks, nor herbage green, nor breath
Of moving thing can change their atmosphere of death.

III

But far beneath, in folded sleep,
Faint forms of heavenly life are laid
With pale brows and soft eyes, that keep
Sweet peace of unawakened shade,
Whose wreathed limbs, in robes of rock arrayed,
Fall like white waves on human thought,
In fitful dreams displayed;
Deep through their secret homes of slumber sought,
They rise immortal, children of the day,
Gleaming with godlike forms on earth, and her decay.

IV

Yes, where the bud hath brightest germ,
And broad the golden blossoms glow,
There glides the snake and works the worm
And black the earth is laid below.
Ah! think not thou the souls of men to know;
By outward smiles in wilderness worn;
The words that jest at woe
Spring not less lightly, though the heart be torn,
The mocking heart, that scarcely dares confess
Even to itself, the strength of its own bitterness.
Nor deem that they whose words are cold,
Whose brows are dark, have hearts of steel,
The couchant strength, untraced, untold,
Of thoughts they keep and throbs they feel,
May need an answering musing to unseal,
Who knows that waves may stir the silent sea,
Beneath the low appeal
From distant shores, of winds unfelt by thee?
What sounds may wake within the winding shell,
Responsive to the charm of those who touch it well.

John Ruskin

John Ruskin nació en Londres, Inglaterra, el 8 de febrero de 1819.
Fue pintor, escritor, uno de los grandes maestros de la prosa inglesa, crítico de arte, sociólogo, y reformador social.
Abogó por un socialismo cristiano, siendo una de las grandes influencias de Mahatma Gandhi.
Fue muy prolífico tanto en la escritura como en la pintura; publicó más de 250 obras. Tras de su muerte, sus obras fueron recogidas en una extensa colección, publicada por sus amigos Edward Cook y Alexander Wedderburn en 1912.
Murió en Brantwood, Cumbria, a causa de influenza, el 20 de enero de 1900, siendo enterrado cinco días más tarde en el cementerio de Coniston, según sus deseos.

Bibliografía:

Pintores modernos (1843-1860). Su primera obra, concebida en defensa del paisajismo de Turner.
Las siete lámparas de la arquitectura (1849). Su obra fundamental, donde desarrolla sus ideas estéticas.
Las piedras de Venecia (1851-1853). Obra escrita tras sus estancia en Venecia, también exponente de sus ideas estéticas, así como de su visión sobre el Gótico.
Conferencias sobre la arquitectura y la pintura (1853).
Economía política del arte (1857).
Dos caminos (1859).
Unto this last (1860-1962). Obra que influenció a M. Gandhi.
Sésamo y lirios (1865).
La moral del polvo (1866).
La corona de olivo silvestre (1866).
Fors Clavigera (1871-1887). Cartas a los obreros ingleses.
Las mañanas en Florencia (1874)
La Biblia de Amiens (1880-1885).
Praeterita (1885-1889). Biografía inacabada.

En otra entrada de este blog podéis ver un resumen biográfico más extenso y una amplia muestra de su pintura:

«John Ruskin: El paisaje y la teoría del arte»: AQUÍ

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1 Comment

  • Reply Bitacoras.com febrero 9, 2017 at 12:30 am

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