Poesia

Juan Carlos Mestre: El arca de los dones

abril 15, 2020


«… la nieve vuelve a subir hasta las nubes, y las antiguas criaturas, los inocentes, los amantes, regresan juntos a la escuela.»
JCM

Juan Carlos Mestre cumple hoy años, felicidades, poeta.

«El arca de los dones»

Mi alma es esa casa de madera que arrastra el vendaval.

A veces en la noche yo siento acercarse a un huésped invisible y oigo girar su llave y escucho avanzar sus pasos.

Entonces la poesía, cada pluma arrancada a las alas de un ángel, es la semejanza de una casa en el aire, el portal luminoso, las ventanas abiertas, el que empuja la puerta y el que entra seguro y se acerca hasta el arca y reparte los dones.

Doy al amanecer, cuando la sangre de los delfines se derrama lentamente sobre el serrín de las cervecerías, un cuchillo blanco.

Al que bajo el hielo negro de la noche caminó conmigo y sufrió conmigo la dócil alianza del fracaso, dejo la herida.

A la columna de silencio de esa muchacha que rozada por el tacto de la obediencia guarda en su pensamiento la perfección de la muerte, una copa de viento y de raíces.

Al río de mi infancia donde bebió Demócrito de Siracusa la niebla del espíritu, la claridad que ya no tendrán mis ojos.

A la ciudad que cercada por la elipse del envejecimiento enterró su memoria junto a las norias de la desposesión, una tumba vacía.

Al muchacho judío que ante un espejo empañado contempla el rubí de su alma atravesado por la espina de la crucifixión, una caja de música.

A la sombra de mi padre contemplando la Luna, una cabaña en el bosque.

Al que en los atrios de la conformidad padeció la pobreza mas no será nombrado en las tablas de la justicia, la balanza con los alimentos.

A la orilla del mar, un caballo con cabeza de tortuga romana.

A la mujer que me amó con la fidelidad del astrónomo, dejo el resplandor, el halo de una estrella cuyo astro no existe.

Al ibis, la analogía de las agujas.

Para el que estrechamente vigilado por la locura hizo vibrar el ángulo recto de las constelaciones, el acordeón y las palomas verdes de la plaza.

Para ti, amor mío, el río eterno de los dioses y sus gatos sagrados.

Al insobornable enemigo cuya víctima fue feliz como un imán vertiginoso ante los filamentos de la melancolía, una silla de enea.

A la muerte, una puerta abierta.

Al ajusticiado en el abismo de su propia escritura que solo tuvo oídos para el ángel y amó la semejanza y la inutilidad de las cosas, una jaula con peces de madera.

Al otoño, la lejana memoria de las ballenas del cabo.

A la sabiduría de los profetas, un candil de silencio.

A la lápida de Leonardo Mestre, los sueños que no tuvo y que ya nunca sabrá.

Al que con su linterna de fósforo ayudó a resistir y guió la navegación de los torturados, el faro de la utopía.

A la dulce mujer que se acercó a mi sombra como madre, el azul de mayo y el zumbido de las abejas en la primavera.

Al jardín de los monasterios, la alondra del alba y la rosa cortada del rabino.

Al tetrarca y al que está detrás de su lengua como un tábano, la urna rota del centauro ante la que un lacayo da voces.

A la tristeza que iba cruzando el puente aquella tarde de invierno, un revólver cerrado por un nudo.

Para el leñador que derribó el gran ciprés de los hermeneutas, el meteoro silvestre de las ciervas ingrávidas.

A la estatua de Francesco Orsini duque de Bomarzo, el vértigo transparente de la materia que huye.

A los versos que no escribí, un collar de frutos y semillas.

A la grieta del eremita, la pantera del anochecer.

A la memoria, la lluvia, el lirio de las estaciones abandonadas por las que pasa el ferrocarril sin detenerse.

A los amantes que descifran su desnudez en la oscuridad, un hilo de saliva.

A la pirámide del conocimiento, la amatista mojada del escarabajo y los élitros celestes del jeroglífico.

A La Habana de mis antepasados allá por mil novecientos veinte, la nieve.

Para Rousseau el Aduanero, los ágiles antílopes que cruzan el agua encarnada de los sueños.

Dad este libro a los animales, al búho y al alce, al armadillo y al erizo silvestre.

Arrancadle una a una sus páginas y dádselas a los animales. Dadle al hurón la oscuridad de la palabra búfalo y al búfalo la inmaculada pradera del billar de los bares.

Y de entre todos los dones y de entre todos los sueños, dadle a mi corazón una casa en el aire.

Juan Carlos Mestre

De: «La poesía ha caído en desgracia»
Por este libro recibió el Premio Jaime Gil de Biedma en 1992.
Reeditado por Calambur Editorial 2014©
ISBN: 978-84-8359-259-5

Reseña de Santos Domínguez Ramos en su blog, En un bosque extranjero, de «La poesía ha caído en desgracia»: AQUÍ

Juan Carlos Mestre nació en Villafranca del Bierzo, León el 15 de abril de 1957.
Ha obtenido entre otros:
El Premio Adonaís, por “Antífona del Otoño en el Valle del Bierzo” – 1982.
El Premio Jaime Gil de Biedma, por «La poesía ha caído en desgracia» – 1992
El Premio Jaén de Poesía, por “La tumba de Keats” – 1999
El Premio Nacional de Poesía por “La casa roja”. – 2009
El Premio de la Crítica de poesía castellana por: «La bicicleta del panadero» – 2012.
Ha expuesto su obra gráfica y pictórica en distintas ciudades de España, varios países de Europa y América, editado libros de artista y realizado grabaciones discográficas junto a músicos como Amancio Prada, entre otros.

*La imagen es una obra de Juan Carlos Mestre

También de Juan Carlos Mestre en este blog:

«Juan Carlos Mestre: El valle»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: La paz sea contigo…»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Los grandes transparentes»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Valle del alba»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: El valle»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Carpe Diem»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: La pregonera»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: El poder del viento»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Lesbos»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Jenófanes»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Nocturno en Silos»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Dad a Trajano miel y sangre…»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: La huella»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Los cuerpos del paraíso»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Heráclito, de La visita de Safo»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: El arca de los dones»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Nada que vender»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Asamblea, de En legítima defensa»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Hospital de anónimos»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Memoria de la noche»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: de, La tumba de Keats»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Poema del lejano»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Su pintura y su poesía: AQUÍ » 

«Juan Carlos Mestre: Aguafuerte, de La bicicleta del panadero»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Casa de la anticipación»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Balthus»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Hablo contigo…»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Apostillas al decreto de la prohibición»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Página con perro»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Su pintura y su poesía»: AQUÍ  

«Juan Carlos Mestre: La hija del sastre, de La bicicleta del panadero»: AQUÍ

«Juan Carlos Mestre: Agosto»: AQUÍ

Bibliografía poética de Juan Carlos Mestre

Siete poemas escritos junto a la lluvia –  Colección Amarilis, Barcelona, 1982.
La visita de Safo –  Colección Provincia, León, 1983.
Antífona del Otoño en el Valle del Bierzo – Colección Adonais. Ediciones Rialp, Madrid, 1986. Premio Adonais, 1985. Reeditado en 2003 por Calambur Editorial, Madrid.
Las páginas del fuego – Cuadernos de Movilización Literaria. Ediciones Letra Nueva, Concepción, Chile, 1987.
Antología general de Adonais –  (1969-1989) – Luis Jiménez Martos. Rialp, Madrid, 1989.
El Arca de los Dones – Imprenta Sur, Edición de Rafael Pérez Estrada. Málaga, 1992.
Los Cuerpos del Paraíso – Llibres del Phalarthao, edición de Alain Moreau con grabados de Víctor Ramírez, Barcelona, 1992.
La poesía ha caído en desgracia – Colección Visor de Poesía. Madrid, 1992. (Premio Jaime Gil de Biedma, 1992)
Poemas del claustro – Ayuntamiento de León, 1992.
Medio siglo de Adonais – José Luis Cano -Ediciones Rialp, Madrid, 1993.
Hispanística – Indian journal of Spanish and Latin, Volumen 2, Número 2, 1994.
La mujer abstracta – Ediciones de Poesía El Gato Gris. Valladolid, 1996.
Antología de poesía española: (1975-1995) – José Enrique Martínez. Castalia, Madrid, 1997.
La tumba de Keats, Hiperión –  Madrid, 1999. (Premio Jaén de Poesía, 1999) –  Reeditado por Lunwerg, S.L. en 2004 y en 2007 por Hiperión. Existe una versión gráfica del propio autor titulada Cuaderno de Roma – Ayuntamiento de Málaga, 2005.
La voz, las voces – Ayuntamiento de Montilla, 2000.
El adepto, Luis Burgos Arte del siglo XX –  2005 – Obra gráfico de Bruno Ceccobelli.
Las estrellas para quien las trabaja – Lucerna, Colección Cuadernos de La Borrachería, Zamora, 2001. Reeditado en 2007 por Ediciones Leonesas, S.A.. León 2007.
El universo está en la noche – Editorial Casariego. Madrid, 2006.
Contra toda leyenda – Escuela de Arte de Mérida, 2007. Dibujos de Rafael Pérez Estrada.
Tarjeta de visita -(Liminar de Javier Pérez Walias). Universidad Laboral, Cáceres, 2007.
La casa roja – Calambur Editorial (poesía, n.º 85), Madrid, 2008.
Elogio de la palabra (Antología) – Casa de Poesía/EUCR, San José, Costa Rica, 2009.
La visita de Safo y otros poemas para despedir a Lennon – Calambur editorial, 2012.
La bicicleta del panadero – Calambur Editorial, 2012.
Un poema no es una misa cantada – Edición de Carlos Ordóñez, Lustra Editores, Lima, Perú, 2013.

Blog personal de Juan Carlos Mestre: AQUÍ

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  • Reply Bitacoras.com julio 28, 2014 at 1:32 am

    Información Bitacoras.com

    Valora en Bitacoras.com: “…la nieve vuelve a subir hasta las nubes, y las antiguas criaturas, los inocentes, los amantes, regresan juntos a la escuela.” JCM “El arca de los dones” Mi alma es esa casa de madera que arrastra el vendaval. A veces en la ..…

  • Reply Juan Carlos Mestre: Hospital de anónimos | Trianarts enero 18, 2015 at 5:34 pm

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  • Reply Juan Carlos Mestre: El poder del viento - Trianarts octubre 28, 2015 at 2:19 am

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