[… En alas del aire llamarán
y conjurando
Esos amargos ataúdes,
silenciarán tu soledad de cáñamo dormido…
Rosana Acquaroni
Este libro posiblemente es de los que más he releído a lo largo de toda mi vida, y de él este poema que me dio un bocao en el alma hace muchos, muchos años, y que cobró todo el sentido después de leer La Casa Grande de mi querida amiga Rosana Acquaroni, de escucharla, nunca lo había compartido en este blog porque me produce dolor, Don Luis, mi recordado Don Luis, se lo dedicó a su madre.
Para su hijo Luis y para Rosana
«Abrazada a una lágrima»
A María Dolores Acquaroni
Como la hormiga testaruda lleva su carga sosteniéndose en Ella,
así te encuentro siempre abrazada a una lágrima,
a una lágrima tuya que no has llorado todavía,
que no quieres llorar,
que no puedes llorar porque es más grande que tu cuerpo,
y no la puedes contener como el mundo no contiene su noche,
y te apoyas en ella, sin llorarla, para que siga estando junta,
y duermes a su lado, vigilándola un poco,
y la sostienes en tus brazos, sin llegar a abarcarla, como el raíl sostiene el tren,
y la proteges con tu vida de la profanación
para que el mundo, pequeñito, no la pueda enjugar en su pañuelo.
Luis Rosales
De: La casa encendida – II La palabra del alma es la memoria, 1949
Ediciones Vitrubio, 2010©
ISBN: 978-8492770-42-7
Recogido en: Luis Rosales – Poesía (Obras completas)
Ed. Trotta 1996©
ISBN: 978-84-8164-113-4
Luis Rosales Camacho nació en Granada, el 31 de mayo de 1910.
Poeta perteneciente a la Generación del 36′, enlazado al estilo de la generación anterior (27′), por su búsqueda estética y por la importancia de las imágenes, aunque sin pretensiones vanguardistas.
Fue miembro de la Real Academia Española y de la Hispanic Society of America.
Obtuvo el Premio Cervantes en 1982, por el conjunto de su obra literaria.
Además recibió entre otros galardones:
Premio Nacional de Poesía 1951.
Premio Mariano de Cavia 1962.
Premio de la Crítica 1970 por El contenido del corazón.
Premio Miguel de Unamuno 1972.
Premio Nacional de Ensayo 1973.
Premio José Lacalle 1975.
Premio Ciudad de Melilla de Poesía 1981.
Premio Cátedra de Poesía Fray Luis de León – Ciudad de Salamanca 1982.
Medalla de honor de la Fundación Rodríguez Acosta 1986.
Murió en Madrid, el 24 de octubre de 1992.
También de Luis Rosales en este blog:
«Luis Rosales: Lo que tú llamas quiéreme»: AQUÍ
«Luis Rosales: Siempre hay luto en el hielo»: AQUÍ
«Luis Rosales: Abrazada a una lágrima»: AQUÍ
«Luis Rosales: La voz de los muertos»: AQUÍ
«Luis Rosales: La última luz»: AQUÍ
«Luis Rosales: Porque todo es igual y tú lo sabes…»: AQUÍ
«Luis Rosales: Es el miedo al dolor»: AQUÍ
«Luis Rosales: Elegía del anochecer»: AQUÍ
«Luis Rosales: El desierto de piedra»: AQUÍ
«Luis Rosales: Y escribir tu silencio sobre el agua»: AQUÍ
«Luis Rosales: Tierra mortal»: AQUÍ
«Luis Rosales: Ayer vendrá»: AQUÍ
«Luis Rosales: Creciendo hacia la tierra»: AQUÍ
«Luis Rosales: Para toda la vida no»: AQUÍ
«Luis Rosales: Nadie sabe hasta donde puede llevarle la obediencia»: AQUÍ
«Luis Rosales: Nadie es profeta en su espejo»: AQUÍ
«Luis Rosales: La tarde va a morir en los caminos»: AQUÍ
«Luis Rosales: ¿En donde empieza nuestra sombra?»: AQUÍ
«Luis Rosales: Día de la poesía»: AQUÍ
Bibliografía poética:
Abril – 1935
La mejor reina de España. (Figuración en prosa y verso) – 1939.
Retablo Sacro Del Nacimiento Del Señor – 1940
La Casa Encendida – 1949 (Premio Nacional de Poesía)
Rimas – 1951
El Contenido Del Corazón – 1969
Segundo abril – 1972
Canciones – 1973
Como El Corte Hace La Sangre 1974
Las puertas comunicantes (Antología) – 1976
Pintura escrita – 1978
Diario De Una Resurrección – 1979
La Carta Entera I – La almadraba – 1980
Verso Libre (Antología) 1980
Poesía reunida – 1981
La carta entera, II – Un Rostro En Cada Ola – 1982
Poesía reunida, Vol 2. 1975-1982 – 1983
Antología breve – 1983
La carta entera, III. Oigo el silencio universal del miedo – 1984
Poesía – Obra completa – 1996
Poema en la voz de Rosana Acquaroni
1 Comment
Recuerdo su mirada azul en la mía y la línea recta que disolvía toda dualidad.
Que agradables momentos a su lado y que hermosas anécdotas me contó se su amigo Federico, esas anécdotas que por sencillas son inmensas.
Conservo como un tesoro el poema que escribió aquella tarde de sol y alegría.
Gracias una vez más Trianarts.