Literatura

Miguel de Cervantes: Pasajes del Quijote (II)

septiembre 29, 2012

«Adonde interviene el favor y las dádivas, se allanan los riscos y se deshacen las dificultades.»

Miguel de Cervantes: Pasajes del Quijote II

De como Don Quijote libera galantemente a Ginés y a sus compañeros de prisión, para acabar siendo apaleado casi hasta la muerte, junto con el pobre Sancho, por los ingratos convictos:

«-Dice verdad -dijo el comisario-: que él mesmo ha escrito su historia, que no hay más, y deja empeñado el libro en la cárcel en doscientos reales.

-Y le pienso quitar -dijo Ginés-, si quedara en doscientos ducados.

-¿Tan bueno es? -dijo don Quijote.

-Es tan bueno -respondió Ginés-, que mal año para Lazarillo de Tormes y para todos cuantos de aquel género se han escrito o escribieren. Lo que sé decir a voacé es que trata verdades, y que son verdades tan lindas y tan donosas que no pueden haber mentiras que se le igualen.

-¿Y cómo se intitula el libro? -preguntó don Quijote.

-La vida de Ginés de Pasamonte -respondió el mismo.

-¿Y está acabado? -preguntó don Quijote.

-¿Cómo puede estar acabado -respondió él-, si aún no está acabada mi vida? Lo que está escrito es desde mi nacimiento hasta el punto que esta última vez me han echado en galeras.

-Luego, ¿otra vez habéis estado en ellas? -dijo don Quijote.

-Para servir a Dios y al rey, otra vez he estado cuatro años, y ya sé a qué sabe el bizcocho y el corbacho -respondió Ginés-; y no me pesa mucho de ir a ellas, porque allí tendré lugar de acabar mi libro, que me quedan muchas cosas que decir, y en las galeras de España hay más sosiego de aquel que sería menester, aunque no es menester mucho más para lo que yo tengo que escribir, porque me lo sé de coro».

El bellaco Ginés, no es sino una parodia demoniaca del mismísmo Cervantes, cautivo en galeras durante cinco años, Don Quijote de La Mancha se convertiría pues, en una obra sin fin. Cervantes murió sólo un año antes de la publicación de la segunda parte de la obra.
Cervantes veía en Lope de Vega a su propia sombra demoniaca, hecho que queda claro en el asalto contra el retablo de maese Pedro. Quedando probada la identificación de maese Pedro, correspondiendo sin duda a Lope de Vega:

«No respondió nada el intérprete; antes, prosiguió, diciendo:

-No faltaron algunos ociosos ojos, que lo suelen ver todo, que no viesen la bajada y la subida de Melisendra, de quien dieron noticia al rey Marsilio, el cual mandó luego tocar el arma; y miren con qué priesa, que ya la ciudad se hunde con el son de las campanas que en todas las torres de las mezquitas suenan.

-¡Eso no! -dijo a esta sazón don Quijote-: en esto de las campanas anda muy impropio maese Pedro, porque entre moros no se usan campanas, sino atabales, y un género de dulzainas que parecen nuestras chirimías; y esto de sonar campanas en Sansueña sin duda que es un gran disparate.

Lo cual, oído por maese Pedro, cesó el tocar y dijo:

-No mire vuesa merced en niñerías, señor don Quijote; ni quiera llevar las cosas tan por el cabo que no se le halle. ¿No se representan por ahí, casi de ordinario, mil comedias llenas de mil impropiedades y disparates, y, con todo eso, corren felicísimamente su carrera, y se escuchan no sólo con aplauso, sino con admiración y todo? Prosigue, muchacho, y deja decir; que, como yo llene mi talego, siquiere represente más impropiedades que tiene átomos el sol.

-Así es la verdad -replicó don Quijote».

don Quijote asalta el retablo de maese Pedro:

Viendo y oyendo, pues, tanta morisma y tanto estruendo don Quijote, parecióle ser bien dar ayuda a los que huían; y, levantándose en pie, en voz alta, dijo:

-No consentiré yo en mis días y en mi presencia se le haga superchería a tan famoso caballero y a tan atrevido enamorado como don Gaiteros. ¡Deteneos, mal nacida canalla; no le sigáis ni persigáis; si no, conmigo sois en la batalla!

Y, diciendo y haciendo, desenvainó la espada, y de un brinco se puso junto al retablo y, con acelerada y nunca vista furia, comenzó a llover cuchilladas sobre la titerera morisma, derribando a unos, descabezando a otros, estropeando a éste, destrozando a aquél, y, entre otros muchos, tiró un altibajo tal, que si maese Pedro no se abaja, se encoge y agazapa, le cercenara la cabeza con más facilidad que si fuera hecha de masa de mazapán. Daba voces maese Pedro, diciendo:

-Deténgase vuesa merced, señor don Quijote, y advierta que estos que derriba y destroza no son verdaderos moros, sino unas figurillas de pasta! ¡Mire, pecador de mí, que me destruye y echa a perder toda mi hacienda!

Mas no por eso dejaba de menudear don Quijote cuchilladas, mandobles, tajos y reveses como llovidos. Finalmente, en menos de dos credos dio con todo el retablo en el suelo, hechas pedazos y desmenuzadas todas sus jarcias y figuras: el rey Marsilio, mal herido, y el emperador Carlomagno, partida la corona y la cabeza en dos partes. Alborotóse el senado de los oyentes, huyóse el mono por los tejados de la ventana, temió el primo, acobardóse el paje, y hasta el mesmo Sancho Panza tuvo pavor grandísimo, porque, como él juró después de pasada la borrasca, jamás había visto a su señor con tan desatinada cólera. Hecho, pues, el general destrozo, sosegóse un poco don Quijote y dijo:

-Quisiera yo tener aquí delante en este punto todos aquellos que no creen, ni quieren creer, de cuánto provecho sean en el mundo los caballeros andantes: miren, si no me hallara yo aquí presente, qué fuera del buen Gaiteros y de la hermosa Melisendra; a buen seguro que ésta fuera ya la hora que los hubieran alcanzado estos canes, y les hubieran hecho algún desaguisado. En resolución, ¡viva la andante caballería sobre cuantas cosas hoy viven en la tierra!».

Miguel de Cervantes

De: «Don Quijote de La Mancha»
Cap. 22 de la primera parte y capítulos 25 y 27, de la segunda parte.

*La imagen es un grabado de Gustave Doré

Don Miguel de Cervantes Saavedra, nació con toda probabilidad en Alcalá de Henares, el 29 de septiembre de 1547, dado que era costumbre poner a los recién nacidos el nombre del santo del día, en este caso, San Miguel Arcangel, constando que bautizado, según su acta de bautismo, el 9 de octubre de ese mismo año en la parroquia de Santa María la Mayor de la ciudad madrileña.
Su acta de bautismo dice: «Domingo, nueve días del mes de octubre, año del Señor de mill e quinientos e quarenta e siete años, fue baptizado Miguel, hijo de Rodrigo Cervantes e su mujer doña Leonor. Baptizóle el reverendo señor Bartolomé Serrano, cura de Nuestra Señora. Testigos, Baltasar Vázquez, Sacristán, e yo, que le bapticé e firme de mi nombre. Bachiller Serrano.
Murió en Madrid, el 22 de abril de 1616.

Magnifico ejemplar digital de Don Qujote de la Mancha: AQUÍ

También de  Miguel de Cervantes en este blog:

«Pasajes del Quijote»: AQUÍ

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9 Comments

  • Reply Bitacoras.com septiembre 29, 2012 at 4:46 pm

    Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: “Adonde interviene el favor y las dádivas, se allanan los riscos y se deshacen las dificultades.” Miguel de Cervantes: Pasajes del Quijote II Don Miguel de Cervantes Saavedra, nació con toda probabilidad en Alcalá de H……

  • Reply Recordando a William Wordsworth: Cielo tras la borrasca » Trianarts | Trianarts abril 23, 2013 at 2:36 pm

    […] españolas, el “Premio Cervantes”, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra, día que tiene otras varias efemérides más de otros grandes maestros de la literatura […]

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    […] donando obras suyas a los Museos de Bellas Artes de Valencia y de Málaga, y su serie de “El Quijote” a a Biblioteca Nacional de Madrid. Fue sin duda uno de los pintores valencianos más singulares del […]

  • Reply José Moreno Carbonero: Maestro de la pintura histórica | Trianarts marzo 28, 2014 at 1:20 am

    […] XIX, cuadros con los que obtuvo numerosos premios; realizó así mismo varias escenas de la obra de Miguel de Cervantes, “Don Qijote de la Mancha”, otras costumbristas y el […]

  • Reply Recordando a Félix Lope de Vega: Soneto 64 | Trianarts agosto 27, 2014 at 1:51 am

    […] Conocido como el “Fénix de los ingenios” y “Monstruo de la Naturaleza” por Miguel de Cervantes Saavedra, hizo una renovación del teatro español cuando el teatro comenzó a ser un fenómeno de la […]

  • Reply Recordando a Miguel de Cervantes: Al túmulo del rey Felipe II en Sevilla | Trianarts septiembre 29, 2014 at 12:41 am

    […] “Miguel de Cervantes: Pasajes del Quijote (II)”: AQUÍ […]

  • Reply Recordando a Miguel de Cervantes: A la Goleta » Trianarts abril 22, 2015 at 12:25 am

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  • Reply Recordando a Félix Lope de Vega: Al pie de un roble escarchado... - Trianarts agosto 26, 2015 at 11:15 pm

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  • Reply Recordando a Miguel de Cervantes: Soneto de La Galatea - Trianarts septiembre 29, 2015 at 12:13 am

    […] “Miguel de Cervantes: Pasajes del Quijote (II)”: AQUÍ […]

  • Responder a Recordando a Félix Lope de Vega: Al pie de un roble escarchado... - TrianartsCancelar respuesta

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