“Por los cerros de Úbeda”
En el siglo XII y durante la Reconquista Española, estando las tropas del rey Fernando III a punto de atacar Úbeda, en la provincia de Jaén, uno de sus capitanes, desapareció antes de que empezase la batalla y reapareció después de la conquista; cuando se le preguntó dónde había estado durante toda la lucha, él respondió que se había perdido por los Cerros de Úbeda; dicha frase fue tomada irónicamente por cortesanos y soldados y se perpetuó como signo de cobardía, después se extendió a otros significados: que alguien al hablar se pierda en divagaciones innecesarias, se salga del argumento del que se está tratando, cambia de tema de conversación sin motivo o responde a preguntas concretas con algo que nada tiene que ver con la cuestión.
El Rey Fernando III «El Santo», «martillo de la Reconquista Española», murió en Sevilla, el 30 de mayo de 1252 y su cuerpo incorrupto se encuentra en la Capilla Real de la Catedral Hispalense.
Su epitafio en latín, castellano, árabe y hebreo, reza así: