“Ninguno te sentimos muerto todavía.
No podemos imaginarte ante un piquete de fusiles. Te sacaron de madrugada. Unos dicen que fue en el cementerio. Otros que en un camino. Lo cierto es… ¿Pero es que puede hablarse con certeza de esto? Y es así…”, escribía Rafael Alberti en mayo de 1937, en Madrid, “a los siete meses de su defensa”.
80 años del crimen, su memoria siempre viva.
«Elegía a un poeta que no tuvo su muerte»
No tuviste tu muerte, la que a ti te tocaba.
Malamente, a sabiendas, equivocó el camino.
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