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Paulo Coelho: ¿Ponernos a dieta?

noviembre 28, 2008

«¿Ponernos a dieta?»

Uno de los grandes filósofos brasileños, el cantante Tim Maia, dijo en cierta ocasión: «Me propuse hacer una dieta rigurosa. No probé el alcohol ni el azúcar, y me abstuve de comidas grasas. En dos semanas, perdí 14 días».

Vivo hace 28 años con una mujer maravillosa, que de vez en cuando pierde la calma y su buen humor porque, según ella, le sobran unos kilos. ¿No estaremos exagerando un poco? Una cosa es la obesidad, y otra pretender parar el tiempo y la evolución normal del organismo.

Lo peor de todo es que constantemente aparecen nuevas maneras de perder peso: comiendo calorías, evitando las calorías, consumiendo grasas compulsivamente, evitando las grasas a cualquier precio… Entramos en una farmacia, y somos visualmente invadidos por todo tipo de productos milagrosos que prometen acabar con las ganas de comer, con el tejido adiposo, con la barriga, etc.

Sobrevivimos todos estos milenios porque fuimos capaces de comer. Y, hoy en día, esto mismo parece haberse convertido en una maldición. ¿Por qué? ¿Qué es lo que nos hace intentar mantener a los cuarenta el mismo cuerpo que teníamos cuando éramos jóvenes? ¿Es que existe alguna posibilidad de parar esta dimensión del tiempo?

Claro que no. ¿Y por qué tendríamos que ser delgados? No hay ninguna razón para serlo. Compramos libros, vamos al gimnasio, gastamos una cantidad importantísima de nuestra energía intentando parar el tiempo, en lugar de caminar por este mundo celebrando el milagro. Cuando deberíamos estar pensando en cómo vivir mejor, nos obcecamos con el asunto del peso.

Olvídenlo. Ustedes pueden leer cuantos libros quieran, hacer los ejercicios que consideren necesarios, infligirse todos los castigos que deseen, y seguirán teniendo, de todas maneras, dos opciones: dejar de vivir, o engordar.

De acuerdo que hay que comer con moderación, pero, antes que nada, hay que comer con placer. Ya lo dijo Jesucristo: «Lo malo no es lo que entra, sino lo que sale de la boca del hombre».

Un día, estaba en un restaurante libanés con una amiga irlandesa, y conversábamos sobre ensaladas. Con todo el respeto debido a los vegetarianos y a los fundamentalistas de la alimentación, la ensalada, para mí, sirve esencialmente para decorar el plato. No podemos vivir sin ella, pero tampoco podemos considerarla el centro de nuestras atenciones gastronómicas. Los periódicos publican a diario historias de jóvenes en busca del estrellato en las pasarelas que terminan muriendo como consecuencia de esta obsesión por el peso.

Recuerden que durante milenios luchamos para no pasar hambre. ¿Quién se inventó esta patraña de que todo el mundo tiene que mantenerse delgado durante toda la vida?

Voy a responder: los vampiros del alma, quienes piensan que es posible parar la rueda del tiempo. Pues no, no es posible. Usen la energía y el esfuerzo que emplearían en una dieta para alimentarse del pan espiritual, y continúen disfrutando (con moderación, insisto una vez más) de los placeres de la buena mesa.

El año pasado escribí una serie de columnas sobre los pecados capitales, y la gula era uno de ellos. Pero, ¿qué es exactamente la gula? Una obsesión. Lo mismo que la dieta. En este punto, los dos extremos se encuentran, siendo ambos nocivos para la salud. Mientras millones de personas pasan hambre en todo el mundo, vemos que hay gente incentivando la delgadez porque, en algún momento, alguien decidió que ser delgado era la única manera de conservar la juventud y la belleza.

En lugar de quemar artificialmente estas calorías, debemos intentar transformarlas en energía que se pueda aplicar a la lucha por nuestros sueños. Nadie se mantuvo delgado durante mucho tiempo sólo por causa de una dieta.

Paulo Coelho

De: «El guerrero de la luz», 2009

Nació en Río de Janeiro, Brasil, el 24 de agosto de 1947.
Es uno de los escritores y novelistas más leídos del mundo con más de 200 millones 2​ de libros vendidos en más de 150 países (224 territorios), traducidos a 81 lenguas.
Es miembro de la Academia Brasileña de las Letras desde 2002.
Ha recibido destacados premios y reconocimientos internacionales, como la prestigiosa distinción Chevalier de L’Ordre National de La Legion d’Honneur del gobierno francés, la Medalla de Oro de Galicia y el premio Crystal Award que concede el Foro Económico Mundial, entre otros muchos.
En la actualidad es consejero especial de la Unesco para el programa de convergencia espiritual y diálogos interculturales así como Mensajero de la Paz de Naciones Unidas.
Escribe columnas periodísticas semanales que se publican en medios de todo el mundo. Alcanzó el éxito con su mayor obra El alquimista. Paulo está casado con la pintora brasileña Christina Oiticica.
Es así mismo el escritor con mayor número de seguidores en las redes sociales.

También de Paulo Coelho en este blog:

«Paulo Coelho: La soberbia, de El guerrero de la luz»: AQUÍ

«Paulo Coelho: Camino de Santiago, de El guerrero de la luz»: AQUÍ

«Paulo Coelho: Sus mejores frases»: AQUÍ

Bibliografía:

El teatro en la Educación – 1974
El Manifiesto de Krig-há – 1974
Archivos del Infierno- 1982 (única edición)
Manual práctico del vampirismo publicado en 1986, retirado en 1987
El peregrino de Compostela – 1987
El alquimista – 1988
Brida – 1990
El don supremo (de Henry Drummond) – 1991
Las Valkirias – 1992
Maktub – 1994
A orillas del río Piedra me senté y lloré – 1994
La quinta Montaña – 1996
Cartas de Amor del Profeta (de Khalil Gibran) – 1997
El Manual del Guerrero de la Luz – 1997
Verónika decide morir – 1998 – se ha hecho película con Sarah Michelle Gellar
El Demonio y la Señorita Prym – 2000
Once minutos – 2003
El Zahir – 2005
La Bruja de Portobello – 2007
Como el río que fluye – 2008
El vencedor está solo – 2008
El camino del arco – 2009
Guerrero de la luz – 2009
Historias para padres, hijos y nietos – 2009

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No Comments

  • Reply Bitacoras.com noviembre 28, 2008 at 1:02 am

    Información Bitacoras.com…

    Si lo deseas, puedes hacer click para valorar este post en Bitacoras.com. Gracias….

  • Reply Maribel Romero noviembre 28, 2008 at 1:31 pm

    Muy buen artículo, excelentes reflexiones, sobre todo la de saber aceptar el paso del tiempo y que de ningún modo podemos ser como hace veinte años ni tener el mismo cuerpo, aunque la sociedad lo imponga. Y eso es lo difícil, luchar contra estereotipos sociales, y no es éste el único, otro es el consumismo, por ejemplo. Un abrazo.

  • Reply Triana noviembre 28, 2008 at 2:49 pm

    Es cierto Maribel, y te lo digo yo con mis 55 años, llega de golpe y te pilla desprevenida, necesitas primero aceptarlo, asimilarlo y como decía un relato que leí hace muchos años de una mujer con más de 80 años, ponerse un sombrero azul y salir a la calle…

    Un beso.

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