«… Entonces la claridad de los dioses venció a los monstruos en los
frontones de todos los templos…»
«Epidauro»
El cardo florece en la claridad del día. En la dulzura del día se abre el higo. Este es el país de lo externo donde cada cosa es:
traída a la luz
traída a la libertad de la luz
traída al asombro de la luz
Aquí estoy vestida de sol y de silencio. He gritado para destruir al Minotauro y el palacio. He gritado para destruir la sombra azul del Minotauro. Porque él es insaciable. Él come un día tras otro los años de nuestra vida. Bebe el sacrificio sangriento de nuestros días. Come el sabor de nuestro pan nuestra alegría del mar. Puede ser que tome la forma de un pulpo como en los vasos de Cnosos. Entonces dirá que es el abismo del mar y la multiplicidad de lo real. Entonces dirá que es doble. Que puede volverse piedra con la piedra alga con el alga. Que puede doblarse que puede desdoblarse. Que sus brazos rodean. Que es circular. Pero de pronto verás que es un hombre que trae en sí mismo la violencia del toro.
Solo podrás ser libre aquí en la mañana de Epidauro. Donde el aire toca tu rostro para reconocerte y la dulzura de la luz te parece inmortal. Tu voz subirá sola las gradas de piedra pulida. Y a tu encuentro regresará la teoría ordenada de las sílabas -portadoras limpias de la serenidad.
Sophia de Mello
De: «Nocturno de mediodía»
Traducción de Ángel Campos Pámpano
Recogido en «Nocturno de Mediodía»
Antología Poética – 1944 – 2001
E. Galaxia Gutemberg 2004©
ISBN: 84-8109-476-5
Original en portugués
«Epidauro»
O cardo floresce na claridade do dia. Na doçura do dia se abre o figo. Eis o país do exterior onde cada coisa é:
trazida à luz
trazida à liberdade da luz
trazida ao espanto da luz
Eis-me vestida de sol e de silêncio. Gritei para destruir o Minotauro e o palácio. Gritei para destruir a sombra azul do Minotauro. Porque ele é insaciável. Ele come dia após dia os anos da nossa vida. Bebe o sacrifício sangrento dos nossos dias. Come o sabor do nosso pão a nossa alegria do mar. Pode ser que tome a forma de um polvo como nos vasos de Cnossos. Então dirá que é o abismo do mar e a multiplicidade do real. Então dirá que é duplo. Que pode tornar-se pedra com a pedra alga com a alga. Que pode dobrar-se que pode desdobrar-se. Que os seus braços rodeiam. Que é circular. Mas de súbito verás que é um homem que traz em si próprio a violência do toiro.
Só poderás ser liberta aqui na manhã d’Epidauro. Onde o ar toca o teu rosto para te reconhecer e a doçura da luz te parece imortal. A tua voz subirá sozinha as escadas de pedra pálida. E ao teu encontro regressará a teoria ordenada das sílabas — portadoras limpas da serenidade.
Sophia de Mello
Sophia de Mello Breyner Andresen nació el 6 de noviembre de 1919, en Oporto, Portugal.
Prémio Luis Camõens en 1999.
Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2003.
Murió en Lisboa, el 2 de julio de 2004.
Otros poemas de Sophia de Melo en este blog:
«Sophia de Mello: Heme aquí»: AQUÍ
«Sophia de Mello: Las personas sensibles»: AQUÍ
«Poema del día: Muerta de Sophia de Mello»: AQUÍ
«Poema del día: Elegía de Sophia de Mello»: AQUÍ
«Sophia de Melo: Si todo el ser al viento abandonamos…»: AQUÍ
«Con furia y rabia, de Sophia de Mello»: AQUÍ
«Sophia de Mello: Ciudad de los otros»: AQUÍ
«Sophia de Mello: Fecha»: AQUÍ
«Sophia de Mello: Tu rostro»: AQUÍ
«Sophia de Mello: Patria, de Libro sexto»: AQUÍ
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