Click en la imagen para ver más obras
Albert Birkle
Nació en Berlin-Charlottenburg, el 21 de abril 1900.
Era miembro de una familia que amaba el arte, su abuelo materno fue un pintor paisajista de la corte en el Hohenzollern Sigmaringen, que ayudó a Albert en sus inicios.
Posteriormente tuvo una estrecha relación con los pintores que formaron el grupo Sigmaringen en el Valle del Alto Danubio.
Su padre era decorador, y tras finalizar la Primera Guerra Mundial, comenzó con él su aprendizaje como pintor decorativo.
Ingresó en la Academia de Berlín en 1920 donde realizó sus estudios oficiales hasta 1925.
Fue el miembro más joven admitido por la «Berliner Sezession» y en la «Preußische Akademie der Künste» que dirigía Max Liebermann.
En sus obras de su etapa docente realizó escenas religiosas realistas, aunque con un enfoque de critica social, en ellas nos muestra rostros caricaturescos que le personalizaron, haciendo su estilo inconfundible.
En 1924 recibió una oferta para entrar como profesor en la Escuela de Artes Aplicadas que rechazó, ya que le había sido encargado pintar una serie de murales para varias iglesias en Gaislingen y Kattowitz y realiza su primera exposición colectiva en Berlín.
Realizó numerosos viajes de estudio a Austria, Italia, Polonia Dinamarca, Noruega y Francia, entre otros países.
Dada la agitación política que condujo a la toma del poder por el nacionalsocialismo, se trasladó junto a su familia en 1932, a la ciudad austriaca de Salzburgo.
Durante esta década fue abandonando sus temas de crítica social, comenzando a realizar paisajes y temas industriales y su pintura se hizo más monumental.
En 1937 los cuadros con los que había presentado a Alemania en la Bienal de Venecia, son retirados de la «Haus der Deutschen Kunst» en Munich antes de la inauguración de la muestra en que iban a ser expuestos. Su pintura fue declarado «arte degenerado» por los nazis, siendo retiradas y confiscadas sus obras de todos los museos.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial se presentó como voluntario en el «Reichsarbeitsdienst» (Servicio Alemán de Trabajo), con lo que evitó de forma temporal el servicio militar, era un convencido pacifista.
Realizó unos frescos en los cuarteles Glasenbach y nombrado pintor de guerra, siendo enviado a Francia como corresponsal de guerra.
En 1946 logra la la ciudadanía austriaca. Desde entonces y durante una época, la mayor parte de su producción es sobre todo como pintor de vidrieras religiosas, durante las décadas de 1950 y 1960, su trabajo fue muy intenso en este campo, aunque también pintó numerosos cuadros.
En su etapa más madura, volvió a los temas de sus inicios con óleos de alta crítica social, convirtiéndose de alguna forma en cronista de esta época tan dura para Europa.
Es conocido sobre todo en Austria por sus muchas vidrieras de vivos colores en ventanas de de distintas iglesias, sobre todo en Salzburgo.
En su pintura, plasmó a la gente que le rodeaba y denunció especialmente la miseria en la que vivían los trabajadores, el vicio de la ciudad y la deshumanización de esta.
Este contraste de esplendor y la miseria eran fueron los que inspiraron la mayor parte de ella, así por ejemplo pintó en la Alta Silesia, las mujeres pobres que iban descalzas en el invierno a trabajar, a los trabajadores bajo el peso de las máquinas (motivo que repitió una y otra vez); a personas pálidas con banderas rojas, soldados y gente como marionetas dirigidas como por control remoto impotentes a lo que les rodeaba y sobre todo la difícil situación de los refugiados, como ejemplo «El refugio», «Las Madres», y «Bombardeado», estas junto a «La entrada en Austria de Hitler» son una serie de imágenes acusatorias de la Segunda Guerra Mundial.
Además de eso, pintó durante toda su carrera retratos de una gran creatividad.
Murió en Salzburgo, Austria, el 29 de enero de 1986.
*Entrada publicada el 13 de agosto de 2013. Ha sido actualizada y ampliada el 29 de marzo de 2015.
No Comments