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Wilson Irvine
Wilson Henry Irvine nació el 28 de febrero 1869, en las afueras de Byron, Illinois.
Creció en el Medio Oeste, quedando cautivado por su pintoresca costa y el paisaje de Nueva Inglaterra, allí pasaría la mayor parte de su vida.
Tras graduarse en la Escuela Secundaria Central de Rockford, inició estudios de Comercio. Trabajó durante un tiempo como retratista de empresarios, a partir de 1893, y comenzó a asistir a clases nocturnas en el Instituto de Arte de Chicago dos años más tarde, centro en el que permaneció ocho años.
Recibió clases de ilustración y dibujo, fundamentalmente de figura humana.
En 1895, Irvine fundó el Palette and Chisel Club of Chicago con sus compañeros de clase, en el que ejerció como tesorero y presidente.
Junto a los miembros de dicho club, comenzó a explorar la pintura del paisaje, obras que expuso en varias muestras colectivas en el Instituto de Arte de Chicago.
Sus primeros cuadros muestran reminiscencias del impresionismo más temprano, sobre todo de la Escuela de Barbizón, de pincelada muy visible, paleta de vivos colores, con énfasis en el contraste, la luz y la textura, que proporcionaba sensación de profundidad en sus escenas. Se decía de él: «Wilson Henry Irvine y la poesía de la Luz», y habitualmente «au plain air» (al aire libre).
Tras pasar un breve espacio de tiempo pintando en el condado de Brown con los impresionistas de Indiana, y dada su pasión por el paisaje de Nueva Inglaterra, le hizo volver al Medio Oeste.
Comenzó a viajar extensamente por la zona en 1900, entre otros lugares visitó, Montana, Michigan, Wisconsin, Maine, Massachusetts y Connecticut, y en el verano a la isla de Mohegan, en la costa de Maine, lugar muy frecuentado por numerosos artistas.
Decidió tras esta temporada, establecer su residencia en Brooksound, Connecticut cerca de Old Lyme, donde expuso junto a pintores locales, convirtiéndose en miembro activo de la Asociación de Arte de Lyme.
En 1908, viajó a Francia, donde visitó París y pintó en Bretaña, Pont-Aven, Trémalo, Concarneau, y St. Malo, entre otras localidades.
En 1918 se estableció definitivamente en Nueva Inglaterra, donde realizó su primera gran exposición y se convirtió en uno de los artistas más activos del Medio Oeste.
Viajó de nuevo a Europa, en esta ocasión junto a su esposa, visitó y pintó las costas de Inglaterra, el norte de Gales, Escocia, y volvió a visitar la Bretaña francesa.
Las obras que fueron fruto de estos viajes, los expuso en dos grandes exposiciones, junto a Guy Wiggins en las Galerías Carper en Detroit, Michigan, y en una exposición individual en Carson, Pirie, Scott.
En la primavera de 1926, siendo de nuevo representado de nuevo por la Carson, Pirie, participó en una exposición en Illinois junto a George Bellows y Winslow Homer. Este mismo año fue elegido Académico Asociado de la Academia Nacional de Diseño.
Su temática fundamental durante toda su carrera fue el paisaje campestre, aunque también pintó, casas, barcos, puentes, incluso algunas naturalezas muertas y retratos, incluyendo al menos un autorretrato y un desnudo.
En la década de 1930 continuó trabajando y exponiendo con la Asociación de Arte de Lyme hasta que su salud comenzó a debilitarse y hubo de dejar de pintar.
A lo largo de toda su carrera recibió numerosos e importantes premios y reconocimientos.
Murió a causa de una hemorragia cerebral en su casa en Lyme, Connecticut, en 1936.
Su obra está representada en algunos de las colecciones de arte más importantes de Estados Unidos, entre ellas: en el Instituto de Arte de Chicago, Florencia Griswold Museo; National Portrait Gallery, Galería de Arte Corcoran; y la Unión League Club.
*Entrada publicada en este blog, el 12 de abril de 2015. Ha sido actualizada y ampliada el 28 de febrero de 2024.
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