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Bernard Perlin
Bernard Perlin nació en Richmond, Virginia, Estados Unidos, el 21 de noviembre de 1918.
Pintor al que dieron la fama sus carteles bélicos y propagandísticos durante la Segunda Guerra Mundial, pero sobre todo por su pintura de imágenes inspiradas en la vida corriente, sobre todo de la del Estados Unidos urbano, y sus retratos.
Fue el último miembro vivo de una gran cábala artística gay de Nueva York de las décadas de 1940 y 1950, a la que también pertenecieron George Platt Lynes, Glenway Wescott, Monroe Wheeler, Pavel Tchelitchew, Lincoln Kirstein y Paul Cadmus.
Sus padres eran judíos que habían emigrado de Rusia. Quedó huérfano de padre a los diez años de edad.
Animado por un profesor de la educación secundaria, se matriculó en la Escuela de Dibujo de Nueva York, donde estudió entre 1934 y 1936. Más tarde fue alumno de Leon Kroll en la Academia Nacional de Dibujo de Estados Unidos en 1937.
En 1939 pintó un mural con un paisaje campestre en una oficina postal del Departamento del Tesoro. Hasta 1940 fue miembro de la Arts Student League de Nueva York, donde tuvo como profesores a Isabel Bishop, William Palmer y Harry Sternberg.
En 1938, fue seleccionado por la Fundación Kosciusko para estudiar en Polonia.
Ingresó en 1942 el Departamento Gráfico de la Oficina de Información de Guerra de Estados Unidos, y creó imágenes para la propaganda bélica norteamericana.
Los problemas presupuestarios hicieron que la Oficina cesara prácticamente su actividad en 1944 y fuera abolida en 1945, él mantuvo su producción bélica como artista corresponsal de la revista Life entre 1943 y 1944, y después en la revista Fortune, en 1945. Como corresponsal de Life, envió noticias y dibujos a los Estados Unidos que reflejaban la ocupación de Grecia por las Fuerzas del Eje.
Sus obras más notables del periodo bélico, ambas creadas en 1943, probablemente son dos carteles: uno, titulado Let Em Have It (Tómalo), destinado a publicitar bonos de guerra y que representa a un soldado que lanza una granada; el otro cartel, Americans will always fight for liberty (Los estadounidenses siempre lucharán por la libertad), muestra a combatientes norteamericanos de la Segunda Guerra Mundial que desfilan ante el Ejército Continental de la Guerra de Independencia de los Estados Unidos.
Terminada la guerra, su pintura se centró en la representación de escenas cotidianas, con elementos propios del realismo mágico.
En 1948 pintó su obra más famosa, Orthodox Boys (Chicos ortodoxos), en la que representa a dos muchachos judíos ante un muro lleno de pintadas del metro de Nueva York. La pintura pertenece hoy a los fondos de la galería Tate de Liverpool.
Se instaló en Italia seis años, entre 1948 y 1954. Sus obras ganaron un colorido brillante. De vuelta a Nueva York, se sintió muy incómodo con la competitividad del mundo cultural de la ciudad, por lo que terminó trasladándose a Ridgefield, Connecticut, donde siguió pintando hasta la década de 1970.
Tras varios años de retiro, un amigo consiguió que volviera a pintar al óleo en 2012. En 2013 se le dedicó una exposición retrospectiva en una galería neoyorquina.
Fue beneficiario de la beca Guggenheim en 1954 y 1959.
Lo más valorado de su obra es su luminosa paleta y su estilo meticuloso, que llevó a cabo durante casi siete décadas.
Su enorme delicadeza técnica y su brillante uso del color definen su estilo y sirven como hilo conductor dentro de de su obra y de su vida.
Se centró en la arquitectura, los paisajes y las naturalezas muertas. Sin embargo, fue a través de sus representaciones de la humanidad y las personas en su vida que pudo expresar la mayor emoción, mostrar la mayor transformación y transmitir el más alto nivel de arte.
En este periodo abarcó desde la propaganda política hasta el reportaje y el realismo autoproclamado. Fue en este período cuando comenzó a traducir relatos brutales de violencia en visiones de color y composición, convirtiendo los actos de guerra en expresiones detalladas y contundentes de poder, acción y cavilaciones sombrías.
Se inspiró mucho en su entorno, y mientras viajaba por el mundo se encontró en constante cambio, como decíamos más arriba, variando su técnica, tema y estado de ánimo para reflejar su vida.
Un caso notable ocurrió después de la mudanza de Perlin a Italia en 1948. Inspirado por las obras de los prerrafaelitas, así como por el cambio de escenario, reemplazó sus bordes duros y figuras planas con bloques de colores con pinceladas ligeras y aireadas.
Esta técnica recién adoptada creó parches de color suaves y luminosos y transmitió escenas caprichosas y de ensueño; después siguió experimentando importantes cambios estéticos a lo largo de su dilatada carrera artística.
Murió en su casa de Ridgefield, Connecticut, el 14 de enero de 2014, a los 95 años de edad.
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