Fernando de Herrera: Al mar desierto en el profundo estrecho

«A vuestro grave y muerto hielo frío,
temiendo el niño ciego su aspereza,
opuso con inútil rustiqueza
el leve y vivo ardiente fuego mío…»
FH

«Al mar desierto en el profundo estrecho»

Al mar desierto en el profundo estrecho
entre las duras rocas, con mi nave
desnuda tras el canto voy suäve,
que forçado me lleva a mi despecho.

Temerario deseo, incauto pecho,
a quien rendí de mi poder la llave,
al peligro me entregan fiero y grave;
sin que pueda apartarme del mal hecho.

Veo los huesos blanquear, y siento
el triste son de la engañada gente;
y crecer de las ondas el bramido.

Huir no puedo ya mi perdimiento;
que no me da lugar el mal presente,
ni osar me vale en el temor perdido.

Fernando de Herrera

Fernando de Herrera nació en Sevilla en 1534.
Escritor y poeta del Siglo de Oro español, apodado «El Divino», especialmente por su obra poética.
Fue influenciado por la poesía de Petrarca y profundizó en la obra de Garcilaso de la Vega, escribiendo unas Anotaciones a la poesía de Garcilaso, en 1580, donde, entre otras cuestiones, poniendo de relieve el carácter de imitador de los clásicos en lengua romance de Garcilaso e historia los distintos géneros poéticos usados por él. Fue en todo caso un gran perfeccionista del verso.
Mucha parte de su obra está perdida.
Está considerado como un hito indudable en la superación del petrarquismo en las letras españolas y un eslabón muy importante en la evolución de la poesía cultista castellana, desde Garcilaso a Luis de Góngora.
Por el conjunto de su obra, por su poesía atormentada y prebarroquista, se le considera parte del movimiento manierista.
Murió en Sevilla en 1597.