Poesia

Juan Eduardo Cirlot: Introducción

mayo 11, 2021


«… Y sumerjo mi sombra entre las sombras»
JEC

Mi recuerdo al poeta catalán, en el aniversario de su marcha.

«Introducción»

Todos los pasos tienen la forma del pasado,
la forma de las formas donde todo se muere
cayendo en su recinto de plata desbordada,
elegida en el borde de las sombras azules.

Debajo de los días de mis contestaciones
a todas las murallas que la noche reparte
en torno a mi tristeza de roto alucinado
donde el sol no golpea con sus labios en flor.

Debajo de esas causas de elemento remoto:
de esos pasos perdidos que mis manos soportan,
escribo dulcemente con el rostro vertido
hacia la extensa tierra que se eleva ante mí.

Es una tierra lenta de rosas muy oscuras,
una tierra de nombres y puñados de vidrio,
una tierra de grana con estaño incendiario,
una tierra de paja con trenzas de aceite.

Todos sus movimientos me consultan ardiendo,
todas sus invasiones se me acercan de pronto;
cuando de mi agonía resurjo hacia las calles
y paso por mis sangres escucho sus lamentos.

Voy a estar concordando las cuerdas de esa luz
que el aire petrifica rondándome los ojos.
Voy a poner sus arpas encima de mi mesa
donde escribo despacio su forma desgraciada.

Son rediles de polvo mezclado con topacios,
pescados hacinados sobre la cal deshecha
son hombros de jacintos y caderas de sábana
donde todo amontona su rumor de maderos.

Todos los pasos tienen la forma del pasado;
de un pasado sin boca para besar la orilla
de otra existencia hermosa que nunca se ha tenido
a pesar de las fiestas del corazón en llamas.

Entonces a lo largo de mi paciencia nacen
las tibias caravanas de las blancas cisternas,
los amores redondos de los pozos ocultos,
las banderas inscritas en le mármol salvaje.

Miro con mis recuerdos la zona de ese campo
en el que un gran sollozo persiste de rodillas.
Desde la tarde o noche donde un árbol violeta
esparce su mirada, también contemplo el tiempo.

Miro su vestidura de brillo y crisantemos,
su peligrosa fuerza de ventana cortada,
su pensamiento vivo creciendo con las zarzas
entre las alabanzas de los cánticos solos.

Debajo de esas causas de elemento perdido
hay una tierra suave que palpita ante mí.
Es una tierra echada sobre su propio vientre
lleno de estrellas negras y de voces lejanas.

Cuando todo lo mío se muere y despedaza
partido por el ansia de lo que me traiciona,
del crimen cometido por mí contra mis cielos
yo miro ese terreno de temblor y ternura.

Escribo para oírme vivir sobre sus tersas
orillas renacidas en un sarcófago rojo.
De sus sonidos de oro tomo mis instrumentos
hechos de siemprevivas y cabellos heridos.

Todos los pasos tienen la forma del pasado
donde todo se ahonda cayendo hacia el amor,
que es la perfecta nada de todo lo que canta
con la mirada aguda que el diamante describe.

Ya sé que me repito como un muerto que avanza
desde sus pobres ropas deshechas y en la sombra,
hacia la caja enorme donde el mundo le estrecha
para guardar la esencia de su ser miserable.

No me importa la gloria que grita en las paredes
con garfios de tormento la aurora de los días.
No obstante, reconozco la causa de mi origen
atado a la salmodia de los nombres que crujen.

Debo cantar las ansias de la roca extasiada,
las ansias de los peces que lloran su océano,
las ansias de los signos escritos con zafiros
en las llagas inmensas de las naciones secas.

No me importa la gloria, pero adoro mi voz;
mi voz hecha de torres y relámpagos negros
mi voz de combatiente por una guerra antigua,
mi voz de sacerdote con ojos de jaguar.

Es donde mi tristeza se transforma en países,
en lo que todo estalla en floras de riquezas,
en las que me sumerjo con las venas abiertas
para llenar mi espalda de tatuajes eternos.

Juan Eduardo Cirlot

De: Elegía sumeria, 1949
Recogido en: «El peor de los dragones» (Antología poética 1943-1973). Edición conmemorativa del centenario del nacimiento del poeta.
Editorial Siruela – Libros del Tiempo, 2016©
ISBN: 978-84-16854-03-5

Reseña escrita por Santos Domínguez Ramos de «El peor de los dragones», en su blog Encuentros de Lecturas: AQUÍ

Juan Eduardo Cirlot Laporta nació en Barcelona, el 9 de abril de 1916.
Poeta, crítico de arte, mitólogo, iconógrafo y músico, se unió en la década de 1940 al Movimiento Surrealista francés y a los Dadá, para más tarde entrar en una fase espiritualista, estudiando la Cábala, el sufismo y otras creencias orientales.
Todo esto le llevó a la construcción de una poesía simbolista que además imbuiría a su producción literaria y a su labor como crítico de arte.
Se mantendría alejado de la corriente que siguió la llamada Poesía de la posguerra a causa de su hermetismo y su oscuridad.
Su obra hasta hace pocos años ha sido escasamente reconocida, pero en la actualidad se han hecho de ella continuas revisiones, reediciones y apariciones de obras inéditas, amén de numerosos homenajes.
Murió en Barcelona, el 11 de mayo de 1973.

También de Juan Eduardo Cirlot en este blog:

«Juan Eduardo Cirlot: Mi canto de descenso»: AQUÍ

«Juan Eduardo Cirlot: Emigrar»: AQUÍ

«Juan Eduardo Cirlot: Regina Tenebrarum»: AQUÍ

«Juan Eduardo Cirlot: Un lugar»: AQUÍ

«Juan Eduardo Cirlot: Ángeles»: AQUÍ

«Juan Eduardo Cirlot: Emigrar»: AQUÍ

«Juan Eduardo Cirlot: Dragón de flores rojas»: AQUÍ

«Juan Eduardo Cirlot: Antes del sueño»: AQUÍ

«Juan Eduardo Cirlot: El palacio de plata»: AQUÍ

Bibliografía poética:

Pájaros tristes y otros poemas a Pilar Bayona – 1942
En la llama – 1945
Canto de la Vida muerta – 1946
Donde las lilas crecen – 1946
Cuarto canto de la vida muerta y otros fragmentos – 1961
Regina tenebrarum – 1966
Bronwyn – 1967
Cosmogonía – 1969
Orfeo – 1970
44 sonetos de amor – 1971
Variaciones fonovisuales – 1996
En la llama. Poesía 1943-1959 – 2005

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