Jules Pascin: El expresionismo del Príncipe de Montparnasse

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Jules Pascin

Julius Mordecai Pincas nació en Vidin, Bulgaria, el 31 de marzo de 1885.

De padre judío sefardí y madre serbo-italiana, adoptó el seudónimo de Jules Pascin cuando llegó a París en 1905, al igual que lo hicieron una gran cantidad de artistas, procedentes de casi toda Europa a finales del siglo XIX y principios del XX.

Previamente había recibido formación artística en Viena y Munich y trabajó durante un tiempo como caricaturista en Alemania con un éxito notable.

En 1907, conoció a la también pintora Hermine Lionette Cartan David, se hicieron amantes y convivió con ella hasta su marcha a Estados Unidos en 1914, ella se reunió con él unos meses después.

Durante su estancia en el país norteamericano, que duraría hasta 1920, Pascin dio clases en la Academia Telfair, en Savannah, Georgia.

Se casó con Hermine en el Ayuntamiento de Nueva York, y ambos trabajaron durante esos años en esa ciudad, en Miami, Nueva Orleans y Cuba.

Lograron la ciudadanía estadounidense, aún cuando en era todo un símbolo de la comunidad artística de Montparnasse.

Usaba de forma habitual un sombrero hongo, siendo una de las figuras más famosas de entre las que frecuentaban el Café Le Dôme y el club Le Jockey, entre otros locales de la bohemia de dicho barrio.

Regresó a Francia, donde alcanzó un enorme éxito con sus dibujos y acuarelas, fundamentalmente retratos de  modelos femeninos, entre ellos de su mujer Hermine David y su amante Lucy Krogh.

Necesitado de cariño, le gustaba estar siempre rodeado de gente, organizaba grandes fiestas, llegó a ser conocido como el «Príncipe de Montparnasse» y «Príncipe de los Tres Montes», a pesar de eso realizó miles de acuarelas, esbozos, dibujos y caricaturas que vendía a periódicos y revistas.

Asistió durante un tiempo a la Academia Colarossi y como había hecho antes Henri de Toulouse-Lautrec, plasmó en sus obras el ambiente parisino que le rodeaba, a sus amigos y amigas.

Sus deseos de ser un pintor serio se vieron truncados por el escaso interés de la crítica por su obra, lo que le llevó a una profunda depresión.

En la década de 1920 pintó fundamentalmente frágiles jovencitas, prostitutas esperando a clientes, o modelos posando.

Vendía bien lo que pintaba, pero lo gastaba con rapidez en sus famosas y numerosas fiestas, grandes y escandalosas, que organizaba en su casa, y cuando le invitaban a él, aparecía con tantas botellas de vino como podía llevar.

Detrás de su brillantez social, «estaba un Pascin con una mente torturada. Depresivo, alcohólico y enloquecido a causa de su propia leyenda», según decía de él el crítico Gaston Diehl.

El 5 de junio de 1930, la víspera de la inauguración de una importante exposición, se suicidó cortándose las venas y ahorcándose después en su estudio de Montmartre. Escrito en la pared dijo adiós a su amor perdido Lucy Vidil Krohg.

Durante la mañana de su funeral, todas las galerías parisinas cerraron en señal de luto y miles de amigos, conocidos y docenas de camareros de los lugares que frecuentaba le acompañaron en un largo cortejo a lo largo de cinco kilómetros, desde el bulevar de Clichy, número 36, al cementerio de Saint-Ouen.

En su testamento legó su patrimonio a partes iguales entre Lucy Vidil Krohg y su esposa Hermine David.

*Entrada publicada en este blog en marzo de 2012. Ha sido actualizada y ampliada el 31 de marzo de 2024.