Poesia

Miguel Hernández: Y qué buena es la tierra de mi huerto

diciembre 1, 2014

«Después de haber cavado este barbecho,
me tomaré un descanso por la grama…»

MH

«¡Y qué buena es la tierra de mi huerto!»

¡Y qué buena es la tierra de mi huerto!
hace un olor a madre que enamora,
mientras la azada mía el aire dora
y el regazo le deja pechiabierto.

Me sobrecoge una emoción de muerto
que va a caer el hoyo en paz, ahora,
cuando inclino la mano horticultora
y detrás de la mano el cuerpo incierto.

¿Cuándo caeré, cuándo caeré al regazo
íntimo y amoroso, donde halla
tanta delicadeza la azucena?

Debajo de mis pies siento un abrazo,
que espera francamente que me vaya
a él, dejando estos ojos que dan pena.

Miguel Hernández

De: «Poemas sueltos II» – «El Silbo vulnerado» (242-6) – 1934
Recogido en “Miguel Hernández – Obra Completa I”
Ed. Espasa – Clásicos
Edición publicada con motivo del centenario del nacimiento de Miguel Hernández en 2010.
ISBN: 978-84-670-3294 (del tomo I)

Miguel Hernández Gilabert nació en Orihuela, Alicante, el 30 de octubre de 1910.
Aunque tradicionalmente se le encuadra en la generación del 36, Miguel Hernández estuvo más próximo a la generación anterior, siendo considerado por Dámaso Alonso como “genial epígono de la generación del 27″.
En febrero de 2011, la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo de España denegó la posibilidad de un recurso extraordinario de revisión de la condena solicitado por la familia.
Murió el 28 de marzo de 1942, en la enfermería de la prisión alicantina, siéndole negado su traslado a un hospital para tratar la tuberculosis que padecía, y que contrajo como complicación, tras una bronquitis y un brote de tifus mal tratado. Eran las 5:32 de la madrugada del 28 de marzo de 1942; sólo tenía 31 años de edad.
Se dice que no pudieron cerrarle los ojos, sobre lo que él que fue su gran amigo Vicente Aleixandre, escribió una semblanza del poeta, de esta el fragmento final:

«… Quien lo necesitase a la hora del sufrimiento o de la tristeza, allí le encontraría, en el minuto justo. Silencioso entonces, daba bondad con compañía, y su palabra verdadera, a veces una sola, haría el clima fraterno, el aura entendedora, sobre la que la cabeza dolorosa podría reposar, respirar. El, rudo de cuerpo, poseía la infinita delicadeza de los que tienen el alma no sólo evidente, sino benevolente. Su planta en la tierra no era la del árbol que da sombra y refresca. Porque su calidad humana podía máss que todo su parentesco, tan hermoso con la naturaleza.
Era confiado y no aguardaba el daño. Creía en los hombres y esperaba en ellos. No se le apagó nunca, ni en el último momento, esa luz que por encima de todo, trágicamente, le hizo morir con los ojos abiertos.»

Fue enterrado en el nicho número 1009 del cementerio de Nuestra Señora del Remedio de Alicante, el día 30 de marzo.

También de Miguel Hernández en este blog:

«Miguel Hernández: Cancionero y romancero de ausencias»: AQUÍ

«Miguel Hernández: Llamo a la juventud»: AQUÍ

«Miguel Hernández: Antes del odio»: AQUÍ

«Miguel Hernández: A Federico Garcia Lorca, Elegía primera»: AQUÍ

«Miguel Hernández: El último rincón»: AQUÍ

«Miguel Hernández: Guerra»: AQUÍ

«Miguel Hernández: Campesino de España»: AQUÍ

«Miguel Hernández: El labrador de más aire (Fragmento)»: AQUÍ

«Miguel Hernández: Camposanto»: AQUÍ

«Miguel Hernández: Madre España»: AQUÍ

«Miguel Hernández: Hijo de la luz y de la sombra»: AQUÍ

«Miguel Hernández: En mi barraquica»: AQUÍ 

«Miguel Hernández: El Rayo que no cesa» AQUÍ 

«Miguel Hernández: El herido»: AQUÍ

«Miguel Hernández: Hoy hace 70 años le murieron en Alicante – Nanas de la cebolla»: AQUÍ 

«Miguel Hernández: Soneto Final»: AQUÍ 

«Miguel Hernández: El silbo de afirmación en la Aldea»: AQUÍ

«Miguel Hernández, vivo en nuestra memoria: Huerto mio» AQUÍ 

«Miguel Hernández: Llamo al toro de España»: AQUÍ 

«Miguel Hernández: Vientos del pueblo» AQUÍ 

 «Miguel Hernández: Sentado sobre los muertos» AQUÍ 

«Miguel Hernández: Aceituneros (Andaluces de Jaén)»: AQUÍ 

«Miguel Hernández: «Poemas sociales de guerra y de muerte»: «Nuestra juventud no muere»: AQUÍ

«Miguel Hernández: España en ausencia»: AQUÍ

«Miguel Hernández: Canción del esposo soldado, de Viento del pueblo»: AQUÍ

«Miguel Hernández: El hambre, de El hombre acecha»: AQUÍ

«Miguel Hernández: El niño Yuntero, de Viento del pueblo»: AQUÍ

«Miguel Hernández: Sonreídme»: AQUÍ

«Miguel Hernández: Las cárceles, de El hombre acecha»: AQUÍ

Bibliografía:

Perito en lunas, Murcia, La Verdad – 1933 (Prólogo de Ramón Sijé).
Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras – 1933.
El rayo que no cesa, Madrid, Héroe – 1936.
Viento del pueblo. Poesía en la guerra, Valencia, Socorro Rojo Internacional – 1937
El labrador de más aire, Madrid – Valencia, Nuestro Pueblo – 1937.
Teatro en la guerra – 1937.
El rayo que no cesa, Ediciones Héroe – 1936.
Seis poemas inéditos y nueve más, Alicante, Col. Ifach – 1951.
Obra escogida, Madrid, Aguilar – 1952 (Incluye poemas inéditos).
Cancionero y romancero de ausencias – 1938–1941 – Buenos Aires, Lautaro, 1958.
Antología, Buenos Aires, Losada – 1960 (Selec. y Prólogo de Mª de Gracia Ifach. Incluye poemas inéditos).
Obras completas, Buenos Aires, Losada – 1960.
Obra poética completa, Madrid, Zero – 1979
El hombre acecha, Santander, Diputación – 1981
24 sonetos inéditos, Alicante, Instituto de estudios Juan Gil-Albert, 1986 (Edición de José Carlos Rovira).
Miguel Hernández – Obra Completa – Edición conmemorativa del centenario del poeta – 2 Tomos – Ed. Espasa – Clásicos – 2010.

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  • Reply Bitacoras.com diciembre 1, 2014 at 10:25 pm

    Información Bitacoras.com

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  • Reply Miguel Hernández: Las cárceles | Trianarts diciembre 11, 2014 at 11:12 pm

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  • Reply Miguel Hernández: Antes del odio - Trianarts enero 6, 2016 at 1:57 am

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