Poesia

Ovidio: Tormenta en el mar Jónico

diciembre 29, 2024


La gota horada la roca, no por su fuerza sino por su constancia.
Ovidio

«Tormenta en el mar Jónico»

Elegía 4

El guardián de la osa de Erimanto se baña en el océano y con su estrella agita las aguas del mar.
Sin embargo, yo estoy surcando el mar Jónico no a mi voluntad, pero es que el miedo me obliga a ser valiente.

¡Pobre de mí! ¿Qué vientos tan poderosos hacen crecer las aguas y hierve la arena arrancada de los más profundos abismos!
Una ola no inferior a una montaña salta sobre la proa y la recurva popa y azota a los dioses allí representados.
Los tablones de pino resuenan con los golpes, las jarcias con el estridor
del viento y hasta la quilla gime ante nuestras desgracias.
El timonel, revelando en su palidez un temor escalofriante, ya se deja llevar, no dirige la nave con su destreza.
Y, como un auriga poco fuerte suelta las riendas ineficientes sobre la rígida cerviz del caballo,
así no adonde quería, sino adonde le arrastra el ímpetu de las olas veo que el timonel abandona las velas a la nave.

Y, si Éolo no hubiera cambiado los vientos que lanzó, ya sería llevado a lugares a los que no me debo acercar.
En efecto, dejada Iliria lejos por la parte izquierda, comienzo a distinguir la vedada Italia.
Que deje de poner rumbo, lo pido, a tierras prohibidas y conmigo obedezca el viento a un Dios poderoso.

Mientas hablo y temo y al mismo tiempo deseo que me vuelvan atrás, ¡con qué fuerza una ola ha azotado el costado de la nave!
¡Perdonadme, dioses del mar, perdonadme, vosotras divinidades del ponto y sea suficiente tener a Júpiter de enemigo!
¡Vosotros apartad esta cansada alma de una muerte cruel, si es que es posible que quien ha muerto no muera!

Entre 8 y 12 años d.C.

Ovidio

De:  Tristezas de un exiliado (Tristia) – Libro Primero – IV
Edición y traducción de: Antonio Ramírez de Verger (Edición bilingüe)
Ed. Cátedra – Letras Universales 2020
ISBN: 978-84-376-4152-2

Reseña escrita por Santos Domínguez Ramos en su blog Encuentros de Lecturas de Tristezas de exiliado: AQUÍ

Poema original en latín:

«Notatio subitae tempestatis»

Tingitur oceano custos Erymanthidos ursae,
aequoreasque suo sidere turbat aquas.
nos tamen Ionium non nostra findimus aequor
sponte, sed audaces cogimur esse metu.
me miserum! quantis increscunt aequora ventis,
erutaque ex imis fervet harena fretis!
monte nec inferior prorae puppique recurvae
insilit et pictos verberat unda deos.
pinea texta sonant pulsu, stridore rudentes,
ingemit et nostris ipsa carina malis.
navita confessus gelidum pallore timorem,
iam sequitur victus, non regit arte ratem.
utque parum validus non proficientia rector
cervicis rigidae frena remittit equo,
sic non quo voluit, sed quo rapit impetus undae,
aurigam video vela dedisse rati.
quod nisi mutatas emiserit Aeolus auras,
in loca iam nobis non adeunda ferar.
nam procul Illyriis laeva de parte relictis
interdicta mihi cernitur Italia.
desinat in vetitas quaeso contendere terras,
et mecum magno pareat aura deo.
dum loquor et timeo pariter cupioque repelli,
increpuit quantis viribus unda latus!
parcite caerulei vos parcite numina ponti,
infestumque mihi sit satis esse Iovem.
vos animam saevae fessam subducite morti,
si modo, qui periit, non periisse potest.

Entre 8 y 12 años d.C.

Ovidio

*Mientras Virgilio con la Eneida, Livio con Ab urbe condita y Horacio con su Carmen secular escribieron en sus respectivos géneros bajo orden del emperador, nuestro Ovidio escribió acerca de amor y los placeres que éste traía consigo, además de enseñar a los ciudadanos cómo conseguirlos. Para muchos ésta es la razón fundamental de su exilio, su obra, pero en realidad no es posible asegurarlo, pues, aunque sus textos fueron arrancados de las bibliotecas y el propio poeta se arrepiente de escribirlos, no es suficiente para afirmarlo debido a la oscuridad con que Ovidio escribe sobre el tema.

Durante la etapa del exilio, Ovidio escribe dos obras: las Tristes y las Epístolas desde el Ponto o Pónticas, ambas constan de elegías en las que el poeta busca el perdón y pide ayuda a sus seres queridos para poder volver a su Roma. El primer libro de las Tristes, de donde se recogen los siguientes poemas, es escrito en parte en su barca camino al exilio; las imágenes que nos da el poeta de su memoria del viaje y de su última noche en Roma, conforman unas de las páginas más tristes y desoladoras de la poesía universal.

Aunque sus textos buscaron el perdón y explicar las condiciones en las que vivía entre los bárbaros de la zona con el fin de encontrar algo de conmiseración, en el año 18, tras casi diez años de exilio y dos obras, el poeta murió sin poder volver a ver el Palatino. El lugar de exilio fue su última morada y la más triste posible para el poeta que enseñaba a amar a los romanos. En sus Tristes Ovidio escribió que después de morir su fama le sobreviviría y mientras Roma mirara desde sus montes, sería leído. Un consuelo real para un poeta exiliado.

Publio Ovidio Nasón nació en Sulmona el 20 de marzo de 43 a.C.
Sus obras más famosas son: Arte de amar, Amores, Tristezas, Las metamorfosis, está última epopeya en quince volúmenes que recoge mitología grecorromana.
Su vida transcurrió feliz hasta el año 8 d. en el que se enfrentó con el emperador César Augusto, primer emperador romano, lo que le llevó al exilio en Tomis.
Murió en Tomis, actual Constanza, en el 17 o 18 d.C.
Siendo considerado padre de la lengua latina, el tiempo le ha dotado una de las inmortalidades más transcendentes que ningún poeta haya alcanzado, el conocido como el escritor del amor y el desamor.

También de Ovidio en este blog:

«Ovidio: Las Tristes»: AQUÍ

«Ovidio: Elegía»: AQUÍ

«Ovidio: Amores»: AQUÍ

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