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Pieter de Hooch
Nació en Róterdam, Holanda, el 20 de diciembre de 1629.
Su apellido se puede ver también como Hoogh y Hooghe.
Fue uno de los conocidos como «maestros clásicos neerlandeses», y está considerado como uno de los más importantes maestros de la pintura de género.
Fue el mayor de cinco hijos y sobrevivió a todos sus hermanos.
Según el pintor y escritor de arte Arnold Houbraken, residió en Haarlem entre 1645 y 1647, donde recibió clases del pintor paisajista Nicolaes Berchem, junto a Jacob Ochtervelt.
Otros como Fleischer, por el contrario, sostienen que fue discípulo en Róterdam de Ludolf de Jongh, algo que parece más plausible, las similitudes de estilo sobre todo en sus primeras obras en las que se representan escenas de tabernas y de soldados tratados con fuertes contrastes de claroscuro, sí se registra la influencia de Ludolf de Jongh.
Entre estos primeros lienzos se encuentran Los jugadores de backgammon, actualmente en la National Gallery of Ireland de Dublín,
Sin embargo la influencia más fuerte es la de Rembrandt. Su estilo está caracterizado por el refinamiento lírico en sus composiciones y una gran maestría en la profundidad espacial.
Se le sitúa como residente en Delft, en un documento de apertura de un testamento datado en agosto de 1652; él y Hendrick van der Burch, su aprendiz, son mencionados como testigos en el acto.
En Delft, trabajó sobre todo para un rico comerciante de lino y coleccionista de arte llamado Justus de la Grange, que en 1655 tenía al menos once obras del pintor.
Su servicio para éste incluían acompañarle en sus viajes por La Haya, Leiden, y Delft, a donde con el tiempo se trasladó.
Es muy probable que la mayor parte de su producción durante este tiempo sería dado como pago por su mantenimiento y otros beneficios, arreglo usual para pintores en esta época.
En mayo de 1654, se casó en Delft se casó con Jannetje van der Burch, hermana de su amigo el pintor Hendrick van der Burch, con la que tuvo siete hijos.
En 1655 y en 1657 su nombre figura en el registro del gremio de pintores de San Lucas de la ciudad de Delft.
En este periodo cambió los temas de sus óleos por interiores burgueses de atmósferas cálidas, produciendo una serie de obras maestras como «La despensa», en el Rijksmuseum de Ámsterdam, «Doncella con un niño en un patio», de la National Gallery de Londres, y «Hombre fumando y mujer bebiendo en un patio», en la Mauritshuis de La Haya.
En Delft contactó con Johannes Vermeer, con quien compartía su amor a la pintura. A diferencia del maestro de Delft, que prefería representar la humanidad de las escenas íntimas, De Hooch representó con precisión el contexto cultural y social, siendo su obra es un testimonio precioso de la sociedad holandesa del siglo XVII.
Alrededor de 1658 evolucionó su estilo hacia una mayor claridad, y sus escenas se hicieron más atmosféricas, ganando gracias a la utilización de la perspectiva, más profundidad.
Hacia 1660 se trasladó a Amsterdam, donde está referenciado en 1661 y 1672. En este periodo su pintura se volvió más descriptiva, eligió escenarios suntuosos para sus temas con profusión de elementos decorativos, pero sus obras carecerían de la finura de matices de su etapa de Delft.
En este momento el gusto y la cultura francesa empezaban a inundar Europa, por lo que al final de su carrera comenzó a situar sus figuras en los marmóreos salones del Nuevo Ayuntamiento de la ciudad, ya que los hogares de la clase burguesa ofrecían pocos motivos para el esplendor. En Amsterdam pintó «El armario de la ropa blanca», de 1663 en el Rijksmuseum, y «El minuet», en el Statens Museum for Kunst de Copenhague.
Generalmente pintó interiores de casas holandesas, centrandose principalmente en el frente de iluminación, pinturas en las que normalmente representaban dos o más salas contiguas, con el tratamiento realista de perspectiva real.
Su trabajo mostró minuciosa observación de los detalles más triviales de la vida cotidiana, a la vez que la observación de la moral bien ordenada de los cuentos. El sofisticado y delicado tratamiento de la luz, es similar al de Vermeer, que vivió en Delft, al mismo tiempo que de Hooch.
El nombre de Hooch es citado a menudo asociado al de Vermeer. No está claro cuál de los dos influyó al otro, y probablemente la influencia fue recíproca. Las obras de ambos, aunque a menudo se centran en mujeres realizando tareas domésticas, son muy diferentes. Las pinturas de Pieter de Hooch casi siempre contienen una vista secundaria del exterior, mientras que Vermeer se limita a representar una ventana que permite la entrada de luz desde la izquierda.
Vermeer prefería representar la humanidad de las escenas íntimas, y las pintaba con una extrema dulzura, lo que hace que las mujeres representadas muestren un particular encanto, vivo, y casi accesible. De Hooch, por el contrario, se centra sobre todo en la precisión del contexto cultural y social y, como tal, su trabajo es un valioso testimonio sobre la sociedad holandesa del siglo XVII.
A partir de 1658 realizó principalmente interiores del siglo de oro, con personajes principalmente femeninos. Estas obras, en las que pintó casi sistemáticamente suelos de baldosas, son tan sorprendentes que permiten observar su evidente dominio de las líneas de perspectiva.
La profundidad de la pintura suele estar reforzada por una vista exterior ─un patio, u otra habitación de la casa─ que siempre está más detallada que el escenario principal de la pintura.
Su estilo más maduro se tornó más tosco y su paltea de colores más oscura, y sus escenas domésticas de gente sencilla fueron reemplazadas por imágenes en estancias de rica decoración en salas palaciegas y villas campestres.
Los estudiosos creen que su trabajo a partir de 1670 se hizo más estilizado y su calidad se deterioró, conjeturándose que fue debido en parte a su estado de salud.
Poco se sabe de los últimos años de vida, sólo que fue recluido en un sanatorio mental de Róterdam, donde murió el 24 de marzo de 1684, siendo enterrado en la Iglesia de San Antonio.
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