Sevilla: Los bellos patios del Museo de Bellas Artes

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Museo de Bellas Artes de Sevilla

Alberga la colección más importante de España, tras el Museo del Prado, sus fondos más importantes, son de la Escuela Sevillana, sobre todo del barroco, entre los que se incluyen obras maestras de Murillo, Zurbarán y Valdés Leal, entre otros.
Pero no son solo las obras de arte, los que lo hacen de un valor incalculable, también lo son las paredes entre las que se encuentran.
El edificio del Museo, fue convento de la Orden de la Merced Calzada de la Asunción, orden fundada por San Pedro Nolasco durante el reinado de Fernando III «El Santo», quien tras la conquista de la Sevilla a los árabes, cedió este terreno en el que se ubicaríar la sede conventual, siendo de estilo mudéjar originariamente, estilo en el que se edificaba en esos años.

En el siglo XVII, año 1603, el Prior General de la orden, encargó su remodelación al arquitecto, también escultor, Juan de Oviedo, remodelación que fue practicamente total, se derribó la mayor parte, acabando su construcción en 1653, con el estilo manierista andalúz que hoy conocemos, siendo el ejemplo más importante de este estilo que se conserva.
Tirso de Molina, que fue desterrado de Madrid, llegó a Sevilla en 1625, albergandóse en el Convento.
En 1835, a causa de la Desamortización de Mendizábal, la orden fue expulsada del edificio; convirtiendóse en museo en el año 1839.
A partir de esta última fecha, han sido llevadas a cabo tres importantes remodelaciones, en 1868, 1898 y 1942. En 1985 y 1993, se acometieron importantes rehabilitaciones, acondicionadóse de forma integral para albergar con las mejores condiciones el valiosisímo patrimonio que posee.

Su fachada que se abre en la Plaza del Museo, en el centro de la cual podemos ver el monumento de Bartolomé Esteban Murillo, es la que perteneció al antiguo convento, que en un principio estaba situada en la parte opuesta del edificio, es de Miguel de Quintana en 1729, posee un arco de medio punto, dos columnas paredas a cada lado de ella y una hornacina de la Virgen de la Merced, San Pedro Nolasco y Jaime I de Aragón, protector del anterior. A cada uno de los lados, columnas salomónicas, rematadas por un frotal con el escudo de la Merced.

El interior, conserva la estructura que diseñara Juan de Oviedo, posee tres patios, comunicados por una magnifica escalera, y la Capilla en uno de los extremos del convento.
El vestíbulo, esta revestido con azulejería sevillana que proviene de distintos conventos de la ciudad.
El más importante de los patios, es el claustro grande que posee dos cuerpos, el primero o inferior con arcos de medio punto, asentados sobre columnas pareadas de marmol. Al cuerpo superior del claustro, asoman balcones que rodean el patio y que se enmarcan con columnas jónicas. El Claustro pequeño, conocido como el de los bojs, es un diseño de Juan de Oviedo.

El tercer patio, o clautro del aljibe, es el que da acceso al museo, y en el podemos destacar un importante azulejo de la Virgen del Rosario, obra de Cristobal de Augusta, realizado en 1577 para el Convento sevillano de la Madre de Dios.

En una entrada próxima intentaré hacer un recorrido por las salas del museo para mostraros lo más importante que hay en ellas, aunque ya de forma monográfica, hay numerosas entradas en el blog.