Simone Martini: El gótico del Treccento de la Escuela de Siena

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Simone Martini

Nació en Siena, Italia en 1284.
Fue uno de los pintores más importantes del Treccento italiano y del desarrollo de la más primitiva pintura en Italia, influyendo poderosamente en el estilo gótico internacional.

Perteneció a la Escuela de Siena junto a artistas tan importantes como Duccio di Buoninsegna, el más importante en su época, de quien probablemente fue su discípulo, Lippo Memmi y los hermanos Lorenzetti. 

Llegó a ser el maestro más reconocido del Treccento en el manejo de la paleta de colores.

Sobrevive muy poca documentación en relación con su época, y muchas atribuciones son debatidas por los historiadores del arte.

Nada se sabe de su adolescencia, ni de quienes fueron sus maestros, aunque sin duda fue aprendiz desde muy temprana edad, como sería la práctica normal.

Su obra más famosa, y la más antigua de todas las datadas,  es «La Maestà», pintura al fresco del año 1315, albergada en la actualidad en el Palacio Comunal de Siena.

Otras pinturas importantes: «San Luis de Tolosa coronando a Roberto de Anjou, rey de Nápoles» en el Museo de Capodimonte en Nápoles (1317), el «Políptico de S. Caterina en Pisa» y la «Anunciación entre los Santos Ansano y Margarita» en la Galería de los Uffizi de Florencia.

Son además muy importantes  los frescos en la Capilla de San Martín de la iglesia inferior de la Basílica de San Francisco de Asís.

Pasó muchos años en la corte de los Papas de Avignon, trabajando en una serie de obras que en gran parte se han perdido.

La posición de la ciudad de Avignon como sede de una de las principales cortes de Europa y el hecho de que su estilo resultaba más familiar en Francia que las innovaciones de Giotto y la escuela florentina, acentuó su influencia sobre todas las escuelas de pintura sobre tabla o de miniaturas, tanto las francesas como las de Flandes, de forma que su impacto en la historia de la pintura fue decisivo para difusión del llamado estilo gótico internacional.

Según la leyenda, durante su estancia en Avignon, pintó el famoso retrato de Laura, la supuesta amada de su gran amigo el poeta Petrarca que nunca se ha confirmado si era una mujer de verdad o una fabulación del poeta, por tal motivo Laura constituye, todavía hoy, uno de los mayores enigmas de la Historia de la literatura.
Los versos del soneto LVII de Petrarca celebran el retrato perdido de Laura:

«Ma certo il mio Simon fu in paradiso,
Onde questa gentil donna si parte;
Ivi la vide e la ritrasse in carte,
Per far fede quaggiù del suo bel viso»

El 10 de junio de 1344, redactó su testamento, falleciendo con toda probabilidad, el 9 de julio de ese mismo año, cuando estaba al servicio de la Corte del Papa en Avignon.

El Museo Thyssen Bornemisza de Madrid alberga un magnifico retrato de San Pedro en su colección permanente.

*Esta entrada fue publicada en este blog el 4 de julio de 2011. Ha sido actualizada y ampliada el 24 de marzo de 2019.