Francesco Albani: El clasicismo de la Escuela romana

Click en la imagen para ver más obras

 Francesco Albani

Nació en Bolonia, el 17 de agosto de 1578.
Se formó inicialmente en su ciudad natal, como aprendiz en el taller de Dionisio Fiamingo Calvaert.
Más tarde, a partir de 1597, ingresaría en el taller de los hermanos Carracci, convirtiéndose pronto en uno de los discípulos más destacados de Annibale Carracci.

A partir de 1601  residió en Roma, estableciéndose junto a  Guido Reni, desarrollando un tipo de pintura inspirada en la poesía del mundo clásico.

Pronto fue llamado por Annibale Carraci para trabajar utilizando los diseños de este en la Iglesia de Santiago de los Españoles, trabajó que realizó en colaboración  de Giovanni Lanfranco y Sisto Badalocchio,; así mismo se encargó igualmente de los lunetos Aldobrandini.

También participó en la decoración del Palazzo Mattei di Giove en Roma.
De 1609 a 1614 trabajaría en la decoración del techo de la gran sala del Palazzo Giustinian, los frescos del coro de la iglesia de Santa Maria della Pace y en los frescos del techo del Palazzo Verospi.

Ya desde sus primeras obras, su pintura se centró en temas inspirados en la poesía clásica y la mitología, plasmando su ideal de refinada belleza. De esta forma fundía la influencia de los Carracci con la de las bacanales de Tiziano, que en esos años eran toda una referencia para los pintores radicados en Roma en el siglo XVII.

De esa serie de obras, dos de ellas están albergadas en el  Museo del Prado: «El tocador de Venus» y «El juicio de Paris», ambos cuadros albergados inicialmente en el Casón del Buen Retiro, después en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, para llegar al Prado en 1827; los dos con motivos de mitología clásica envueltos en sendos paisajes ideales.

Nunca persiguió la monumentalidad ni el tenebrismo que esos momentos revolucionaba la pintura, al contrario, sus trabajos están se caracterizados por su lirismo, su dulzura llena de querubines, más cercanos a la sensibilidad del manierismo.
Sus mejores frescos son los que realizó de tema mitológico y sus mejores telas las de tema sagrado.

Aunque por su temática podríamos relacionarlo con Nicolas Poussin, su pintura no poseía el dramatismo y la fuerza del francés. Su estilo parece que anunciaba la llegada del  futuro  Rococó.

Tuvo notables alumnos, como Carlo Cignani, Andrea Sacchi, Pier Francesco Mola, Giacinto Bellini, Giacinto Campagna, Giovanni Maria Galli, Filippo Menzani, Andrea Seghizzi, y Giovanni Battista Speranza, entre otros.
Tras la muerte de su esposa, regresó a Bolonia, donde murió el 4 de octubre de 1660.

*Entrada publicada en este blog el 15 de junio de 2012. Ha sido actualizada y ampliada el 17 de agosto de 2020.