«… El porvenir es una gaviota gris, charla
con voz felina de adioses, partida…»
SP
Recordando a Sylvia Plath en el cincuenta aniversario de su muerte.
«Viuda»
Viuda. La palabra se consume a sí misma:
Cuerpo, una hoja de papel prensa en el fuego,
Levitando durante un minuto mudo en la corriente de aire,
Sobre la roja, abrasadora topografía
Que le extirpará el corazón como un solo ojo.
Viuda. La sílaba muerta con su sombra,
La sombra de un eco, revela el panel de la pared
Tras el que se halla el pasaje secreto: aire viciado,
Recuerdos rancios, la escalera de caracol
Que remata en lo alto sin conducir a nada en absoluto…
Viuda. La araña amargada se sienta
Y asienta en el centro justo de sus radios sin amor.
La muerte es el vestido que lleva, su sombrero y su collar.
La cara de polilla de su marido, enferma y macilenta como la luna,
Circunda la suya como la presa que ella quisiera matar
Por segunda vez, para volver a tenerlo cerca:
Una imagen de papel para apretujarla contra su corazón
Igual que apretujaba sus cartas, hasta que éstas entraban en calor
Y parecían darle calor también a ella, como una piel viva.
Pero ahora es ella quien se ha vuelto papel, y sin nadie que le dé calor.
Viuda: ¡esa inmensa heredad[426] vacante!
La voz de Dios no es más que una corriente de aire
Prometiendo un sin fin de estrellas duras, un espacio
De inmortal vacuidad entre los astros
Y los no cuerpos, que cantan como flechas ascendiendo al cielo.
Viuda, los árboles compasivos, los árboles
De la soledad, los árboles del duelo se inclinan.
Aguardan como sombras en el paisaje verde,
O incluso como agujeros negros hechos en él.
Una viuda es como ellos, una mera sombra de algo,
Dos manos entrelazadas sin nada entre ellas.
Un alma sin cuerpo podría traspasar otra alma
En este aire claro sin llegar a saberlo nunca:
Un alma atravesando otra, frágil como el humo
E ignorando por completo el camino que siguió.
Eso es lo que ella teme: que el alma de él pueda chocar
Y ser chocada por los sentidos embotados de ella,
Como el ángel azul de la Virgen, como una paloma contra el cristal
De una ventana cegada a todo salvo a la gris habitación
16 de mayo de 1961
Sylvia Plath
De: Colección de Poemas – 1961
Recogido en: Poesía Completa – Sylvia Plath
Edición de Ted Hughes
Traducción de Xoán Abeleira
Bartleby Editores – Edición bilingüe – 2009©
ISBN: 978-84-95408-82-2
Reseña de Santos Domínguez Ramos en su blog Encuentros de Lecturas de Poesía Completa – Sylvia Plath: AQUÍ
Poema original en inglés:
«Widow»
Widow. The word consumes itself —-
Body, a sheet of newsprint on the fire
Levitating a numb minute in the updraft
Over the scalding, red topography
That will put her heart out like an only eye.
Widow. The dead syllable, with its shadow
Of an echo, exposes the panel in the wall
Behind which the secret passages lies—stale air,
Fusty remembrances, the coiled-spring stair
That opens at the top onto nothing at all….
Widow. The bitter spider sits
And sits in the center of her loveless spokes.
Death is the dress she wears, her hat and collar.
The moth-face of her husband, moonwhite and ill,
Circles her like a prey she’d love to kill
A second time, to have him near again —-
A paper image to lay against her heart
The way she laid his letters, till they grew warm
And seemed to give her warmth, like a live skin.
But it is she who is paper now, warmed by no one.
Widow: that great, vacant estate!
The voice of God is full of draftiness,
Promising simply the hard stars, the space
Of immortal blankness between stars
And no bodies, singing like arrows up to heaven.
Widow, the compassionate trees bend in,
The trees of loneliness, the trees of mourning.
They stand like shadows about the green landscape —-
Or even like black holes cut out of it.
A widow resembles them, a shadow-thing,
Hand folding hand, and nothing in between.
A bodiless soul could pass another soul
In this clear air and never notice it —-
One soul pass through the other, frail as smoke
And utterly ignorant of the way it took.
That is the fear she has—the fear
His soul may beat and be beating at her dull sense
Like Blue Mary’s angel, dovelike against a pane
Blinded to all but the grey, spiritless room
It looks in on, and must go on looking in on.
De: Collected Poems, 1961
Sylvia Plath nació en Boston, Estados Unidos, el 27 de octubre de 1932.
Junto a Anne Sexton, está reconocida como uno de los más importantes cultivadoras del conocido como género de la poesía confesional.
Sumida en una profunda depresión, enferma y con escasos recursos económicos, se suicidó asfixiándose con gas, en Primrose Hill, Londres, el 11 de febrero de 1963.
Está enterrada en el cementerio de Heptonstall, West Yorkshire.
Tras su muerte, Ted Hughes, que había sido su marido se encargó de la publicación de su poesía completa.
También de Sylvia Plath en este blog:
«Sylvia Plath: Canción del fuego»: AQUÍ
«Sylvia Plath: Turno de noche»: AQUÍ
«Sylvia Plath: Mujer estéril»: AQUÍ
«Sylvia Plath: Los durmientes»: AQUÍ
«Sylvia Plath: Turno de noche»: AQUÍ
«Sylvia Plath: Mujer estéril»: AQUÍ
«Sylvia Plath: Canción de amor de una muchacha loca»: AQUÍ
«Sylvia Plath: La rival»: AQUÍ
«Sylvia Plath: El ahorcado»: AQUÍ
«Sylvia Plath: El rostro asolado»: AQUÍ
«Sylvia Plath: A la luz de una vela»: AQUÍ
«Sylvia Plath: Vadeando el agua»: AQUÍ
«Sylvia Plath: Bajíos de magnolia»: AQUÍ
«Sylvia Plath: Solterona»: AQUÍ
«Sylvia Plath: Viuda, de Cruzando el océano»: AQUÍ
Bibliografía poética:
El coloso (The Colossus), 1960
Ariel, 1965
Cruzando el agua
Tres mujeres, 1968
Árboles de invierno, 1971
Poemas completos (The Collected Poems), 1981.
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