Poesia

Sylvia Plath: Cruzando el canal

octubre 27, 2023


[…] recuéstate en mi herida y sigue ardiendo…
SP

Mi recuerdo a la poeta bostoniana en el aniversario de su nacimiento.

«Cruzando el canal»

En la cubierta azotada por la tormenta, las sirenas del viento maúllan;
Cada vez que se escora, se sobresalta y se estremece, nuestro barco
De proa redonda avanza hendiendo la furia; oscuras como la ira,
Las olas asaltan, embisten su casco pertinaz.
Flagelados por la espuma, aceptamos el desafío, nos aferramos
A la barandilla, entrecerramos los ojos cara al viento preguntándonos
Un alba clara como el cuarzo,
Centímetro a centímetro brillante,
Dora toda nuestra avenida,
Y, emergiendo de la azul disolución
De la Bahía de los Ángeles,
Sale una redonda sandía roja: el sol.
Cuánto más resistiremos; pero, al mirar más allá, la vista neutral
Nos revela que, fila tras fila, los mares hambrientos avanzan.
Abajo, destrozados por las sacudidas y las náuseas, yacen los viajeros
Vomitando en unas escudillas color naranja brillante; un refugiado
Vestido de negro, en posición fetal, se revuelca entre el equipaje,
Con una mueca de dolor bajo la rígida máscara de su agonía.

Nosotros, lejos del hedor dulzón de ese aire peligroso
Que delata a nuestros compañeros, nos helamos
Y maravillamos ante la indiferencia aplastante de la naturaleza:
Qué mejor manera de poner a prueba nuestro férreo carácter
Que afrontar estas embestidas, estas fortuitas ráfagas de hielo
Que luchan como ángeles contra nosotros; la mera posibilidad

De llegar a puerto atravesando este flujo estruendoso nos impulsa
A ser valientes. Los marineros azules proclamaron que nuestra travesía
Estaría llena de sol, gaviotas blancas y agua empapada
De centelleos multicolores; pero, en vez de eso, las sombrías rocas
Emergieron enseguida, balizando nuestro trayecto, mientras el cielo
Se cuajaba de nubarrones y los acantilados calizos palidecían
Con la repentina luz de este día infausto.
Ahora, libres, por una extraña casualidad, del mal común
Que abate a nuestros hermanos, adoptamos una postura
Más burlona que heroica, encubriendo nuestro pavor
Naciente ante esta insólita trifulca incontrolable:
La humildad y el orgullo se derrumban; la extrema violencia

Destruye todos los muros; las propiedades privadas se resquebrajan,
Saqueadas ante el ojo público. Finalmente, renunciamos
A nuestra suerte exclusiva, obligados por nuestro lazo, por nuestra sangre,
A mantener una suerte de pacto inexpresado; quizás no sirva de nada
O aquí esté de más el preocuparse, pero nosotros debemos hacer
Ese gesto, inclinar y llevarnos las manos a la cabeza.

Y así navegamos rumbo a las ciudades, las calles y las casas
De otros seres humanos, donde las estatuas celebran actos valerosos,
Realizados en la paz y en la guerra; todos los peligros acaban:
Las costas verdes aparecen; reasumimos nuestros nombres, nuestro equipaje
Cuando el muelle pone fin a nuestra breve gesta; ninguna deuda
Sobrevive al arribar; desembarcamos por la pasarela rodeados de extraños.

Sylvia Plath

Poemas de 1956
Recogido en: Poesía Completa – Sylvia Plath
Edición de Ted Hughes
Traducción de Xoán Abeleira
Bartleby Editores – Edición bilingüe – 2009©
ISBN: 978-84-95408-82-2

Reseña de Poesía Completa – Sylvia Plath, escrita por Santos Domínguez Ramos en su blog: Encuentros de Lecturas: AQUÍ

Poema original en inglés:

«Channel Crossing»

On storm-struck deck, wind sirens caterwaul;
With each tilt, shock and shudder, our blunt ship
Cleaves forward into fury; dark as anger,
Waves wallop, assaulting the stubborn hull.
Flayed by spray, we take the challenge up,
Grip the rail, squint ahead, and wonder how much longer

Such force can last; but beyond, the neutral view
Shows, rank on rank, the hungry seas advancing.
Below, rocked havoc-sick, voyagers lie
Retching in bright orange basins; a refugee
Sprawls, hunched in black, among baggage, wincing
Under the strict mask of his agony.

Far from the sweet stench of that perilous air
In which our comrades are betrayed, we freeze
And marvel at the smashing nonchalance
Of nature : what better way to test taut fiber
Than against this onslaught, these casual blasts of ice
That wrestle with us like angels; the mere chance

Of making harbor through this racketing flux
Taunts us to valor. Blue sailors sang that our journey
Would be full of sun, white gulls, and water drenched
With radiance, peacock-colored; instead, bleak rocks
Jutted early to mark our going, while sky
Curded over with clouds and chalk cliffs blanched

In sullen light of the inauspicious day.
Now, free, by hazard’s quirk, from the common ill
Knocking our brothers down, we strike a stance
Most mock-heroic, to cloak our waking awe
At this rare rumpus which no man can control :
Meek and proud both fall; stark violence

Lays all walls waste; private estates are torn,
Ransacked in the public eye. We forsake
Our lone luck now, compelled by bond, by blood,
To keep some unsaid pact; perhaps concern
Is helpless here, quite extra, yet we must make
The gesture, bend and hold the prone man’s head.

And so we sail toward cities, streets and homes
Of other men, where statues celebrate
Brave acts played out in peace, in war; all dangers
End : green shores appear; we assume our names,
Our luggage, as docks halt our brief epic; no debt
Survives arrival; we walk the plank with strangers.

Sylvia Plath

Poems de 1956

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