«Desde el umbral de un sueño…»
Desde el umbral de un sueño me llamaron…
Era la buena voz, la voz querida.
-Dime: ¿vendrás conmigo a ver el alma?….
Llegó a mi corazón una caricia.
-Contigo siempre….Y avancé en mi sueño
por una larga, escueta galería,
sintiendo el roce de la veste pura
y el palpitar suave de la mano amiga.
Antonio Machado
Antonio Machado Ruiz nació en Sevilla el 26 de julio de 1875.
Pernetenciente a la Generación del 98′ y representante del modernismo poético.
En 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Española, aunque nunca llegó a tomar posesión de su sillón.
Murió en Colliure, Francia, el 22 de febrero de 1939.
Dicen sus biografos que de pena, el miedo, la pobreza, las interminables esperas en la frontera, el frío, el fracaso, la nostalgia, la soledad… —nos dicen—, van a precipitar su prematura muerte. Y a continuación enumeran algunas de estas circunstancias. El cariz sombrío de los acontecimientos en la guerra que terminará con el agobiante periplo final por España y Francia. La separación durante la guerra y luego el tremendo sinsabor de saber a su hermano Manuel, tan inseparable camarada de empresas literarias y teatrales, convertido ahora en importante valedor de esa España que empuja a él y su otra familia al exilio. Las solicitudes por su madre anciana —que morirá tres días después del poeta— y por sus sobrinas —hijas de su hemano José—, a las que quería como un padre y de las que no se tenía noticia. La irremediable pérdida de Guiomar, su gran amor otoñal, cuyo recuerdo le acompañará durante todo el exilio interior y exterior, hasta las mismas puertas de la muerte. Todas estos sucesos —nos repiten—, agotarán moralmente al poeta y acortarán una vida que no alcanzará los 65 años.
También de Antonio Machado en este blog:
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«Antonio Machado: Sobre la tierra amarga»: AQUÍ
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«La primavera con flores y poesía – Antonio Machado – La Primavera Besaba»: AQUÍ
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«Antonio Machado: Al maestro Azorín por su libro Castilla»: AQUÍ
«Antonio Machado: Con el horizonte cerrado»: AQUÍ
Bibliogafría:
Poesía
1903.- «Soledades: poesías»
1907.- «Soledades, galerías, otros poemas»
1912.- «Campos de Castilla»
1917.- «Páginas escogidas»
1917.- «Poesías completas»
1917.- «Poemas»
1918.- «Soledades y otras poesías»
1919.- «Soledades, galerías y otros poemas»
1924.- «Nuevas canciones»
1928.- «Poesías completas (1899-1925)»
1933.- «Poesías completas (1899-1930)»
1933.- «La tierra de Alvargonzález»
1933.- «Poesías completas»
1936.- «Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo)»
1937.- «La guerra (1936-1937)»
1937.- «Madrid: baluarte de nuestra guerra de independencia»
1938.- «La tierra de Alvargonzález y Canciones del Alto Duero»
Teatro:
1926.- «Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel»
1927.- «Juan de Maraña»
1928.- «Las adelfas»
1929.- «La Lola se va a los puertos»
1931.- «La prima Fernanda»
1932.- «La duquesa de Benamejí»
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Párabolas
I
Era un niño que soñaba
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.
Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía…
¡Ahora no te escaparás!
Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!
Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.
Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:
¿Tú eres de verdad o no?
Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
el caballito soñado
y el caballo de verdad.
Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó!
II
A D. Vicente Ciurana.
Sobre la limpia arena, en el tartesio llano
por donde acaba España y sigue el mar,
hay dos hombres que apoyan la cabeza en la mano;
uno duerme, y el otro parece meditar.
El uno, en la mañana de tibia primavera,
junto a la mar tranquila,
ha puesto entre sus ojos y el mar que reverbera,
los párpados, que borran el mar en la pupila.
Y se ha dormido, y sueña con el pastor Proteo,
que sabe los rebaños del marino guardar;
y sueña que le llaman las hijas de Nereo,
y ha oído a los caballos de Poseidón hablar.
El otro mira al agua. Su pensamiento flota:
hijo del mar, navega ?o se pone a volar?
Su pensamiento tiene un vuelo de gaviota,
que ha visto un pez de plata en el agua saltar.
Y piensa: «Es esta vida una ilusión marina
de un pescador que un día ya no puede pescar.»
El soñador ha visto que el mar se le ilumina,
y sueña que es la muerte una ilusión del mar.
III
Érase de un marinero
que hizo un jardín junto al mar,
y se metió a jardinero.
Estaba el jardín en flor,
y el jardinero se fue
por esos mares de Dios.
IV
CONSEJOS
Sabe esperar, aguarda que la marea fluya
?así en la costa un barco? sin que al partir te inquiete.
Todo el que aguarda sabe que la victoria es suya;
porque la vida es larga y el arte es un juguete.
Y si la vida es corta
y no llega la mar a tu galera,
aguarda sin partir y siempre espera,
que el arte es largo y, además, no importa.
V
PROFESIÓN DE FE
Dios no es el mar, está en el mar, riela
como luna en el agua, o aparece
como una blanca vela;
en el mar se despierta o se adormece.
Creó la mar, y nace
de la mar cual la nube y la tormenta;
es el Criador y la criatura lo hace;
su aliento es alma, y por el alma alienta.
Yo he de hacerte, mi Dios, cual tú me hiciste,
y para darte el alma que me diste
en mí te he de crear. Que el puro río
de caridad que fluye eternamente,
fluya en mi corazón. ¡Seca, Dios mío,
de una fe sin amor la turbia fuente!
VI
El Dios que todos llevamos,
el Dios que todos hacemos,
el Dios que todos buscamos
y que nunca encontraremos.
Tres dioses o tres personas
del solo Dios verdadero.
VII
Dice la razón: Busquemos
la verdad.
Y el corazón: Vanidad.
La verdad ya la tenemos.
La razón: ¡Ay, quién alcanza
la verdad!
El corazón: Vanidad.
La verdad es la esperanza.
Dice la razón: Tú mientes.
Y contesta el corazón:
Quien miente eres tú, razón.
que dices lo que no sientes.
La razón: Jamás podremos
entendernos, corazón.
El corazón: Lo veremos.
VIII
Cabeza meditadora,
¡qué lejos se oye el zumbido
de la abeja libadora!
Echaste un velo de sombra
sobre el bello mundo y vas
creyendo ver, porque mides
la sombra con un compás.
Mientras la abeja fabrica,
melifica,
con jugo de campo y sol,
yo voy echando verdades
que nada son, vanidades
al fondo de mi crisol.
De la mar al percepto,
del percepto al concepto,
del concepto a la idea
?¡oh, la linda tarea!?,
de la idea a la mar,
¡Y otra vez a empezar!
Antonio Machado
[…] rincón tan pequeño cada día un poema: y quiero empezar con “mi poeta”, él junto a Antonio Machado, me enseñaron a amarla tempranamente, y lo hago con un poema que quizá refleja mi estado de […]
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