Sigue, sigue tu curso, triste Sena; tus puentes
ven pasar muchos muertos, horribles, pestilentes,
siempre cara a la luna, bajo la niebla gris,
a cuyas tristes almas asesinó París…
PV
Mi recuerdo al poeta maldito francés Paul Verlaine, en el aniversario de su nacimiento.
«En los bosques»
Algunos los ingenuos, tal vez por linfatismo
encuentran en los bosques encantos misteriosos,
frescas brisas y tibios perfumes. Son dichosos.
Los soñadores sienten ondas de misticismo
y también son felices. Pero yo, por inciertos
remordimientos siempre tenazmente roído,
tengo miedo en la selva como un niño perdido
que viera en los pinares la danza de los muertos.
Las grandes espesuras, negras, siniestramente
negras, con su silencio glacial como un sudario,
todo este alucinante fatídico escenario
de un extraño y pueril terror llena mi mente.
Sobre todo en estío; la sangre del ocaso
con púrpuras de incendio mancha el gris de la bruma
y es el canto del Angelus que a lo lejos se esfuma
como un grito de angustia que siguiera mi paso.
Se alza un viento pesado, pasa un escalofrío
de horror, por la espesura de la selva inquietante;
es un horror de hielo, sin causa, delirante,
que va a desvanecerse bajo el ramaje umbrío.
Ha llegado la noche. Vuela un búho agorero,
de fantasmas de fábula se llenan los caminos,
finge una fuente oculta un rumor de asesinos
que aguardan apostados al borde del sendero.
Paul Verlaine
De: Poemas saturnianos – Caprichos, 1866
Recogido en Paul Verlaine Poesías Completas, 1921
Traducción de Emilio Carrere
Poema original en francés:
«Dans les Bois»
D’autres, – des innocents ou bien des lymphatiques, –
Ne trouvent dans les bois que charmes langoureux,
Souffles frais et parfums tièdes. Ils sont heureux !
D’autres s’y sentent pris – rêveurs – d’effrois mystiques.
Ils sont heureux ! Pour moi, nerveux, et qu’un remords
Epouvantable et vague affole sans relâche,
Par les forêts je tremble à la façon d’un lâche
Qui craindrait une embûche ou qui verrait des morts.
Ces grands rameaux jamais apaisés, comme l’onde,
D’où tombe un noir silence avec une ombre encore
Plus noire, tout ce morne et sinistre décor
Me remplit d’une horreur triviale et profonde.
Surtout les soirs d’été : la rougeur du couchant
Le fond dans le gris bleu des brumes qu’elle teinte
D’incendie et de sang ; et l’angélus qui tinte
Au lointain semble un cri plaintif se rapprochant.
Le vent se lève chaud et lourd, un frisson passe
Et repasse, toujours plus fort, dans l’épaisseur
Toujours plus sombre des hauts chênes, obsesseur,
Et s’éparpille, ainsi qu’un miasme, dans l’espace.
La nuit vient. Le hibou s’envole. C’est l’instant
Où l’on songe aux récits des aïeules naïves…
Sous un fourré, là-bas, là-bas, des sources vives
Font un bruit d’assassins postés se concertant.
Paul Verlaine
De: Poèmes saturniens, 1866
Paul Marie Verlaine nació en Metz, Francia, el 30 de marzo de 1844.
Poeta perteneciente, y uno de los máximos exponentes del movimiento simbolista en Francia.
Está encuadrado dentro de la clasificación de Poetas malditos*, al que además de él mismo, están entre otros: Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud y Stéphane Mallarmé,
Fue un asiduo de los cafés y salones literarios de la capital francesa, y en 1866 tomó parte en el primer Parnaso contemporáneo publicando los Poemas saturnianos, en los que es clara la influencia de Charles Baudelaire.
Poco después de casarse con Mathilde Mauté, conoció a Arthur Rimbaud, dando un vuelco radical a su vida, éste se mudó a vivir con ellos, y poco después se convirtieron en amantes, con el consiguiente escándalo de la sociedad parisina; Verlaine abandonó a su esposa, y junto a Rimbaud, se trasladaron a Londres.
En la capital británica compartieron una pasional historia de amor con continuos encuentros y desencuentros, tormentosa relación que junto a su vida bohemia, afición a la absenta y desequilibrio nervioso, terminaron por debilitar la salud de Verlaine.
En 1873, durante un viaje de ambos a Bruselas, Verlaine disparó a Rimbaud, hiriéndole, siendo condenado a dos años de cárcel.
En prisión se convirtió al catolicismo y escribió Romanzas Sin Palabras, 1874.
Cuando fue puesto en libertad, regresó a Inglaterra y más tarde a Rethel, donde trabajó como profesor.
En 1883 publicó en la revista Lutèce, la primera serie de los Poetas malditos, en los que incluía a Stéphane Mallarmé, Tristan Corbière, y Arthur Rimbaud.
Desde 1887, su fama que había ido creciendo, no impidió que cayera en una profunda miseria. Su obra de esos años, apenas le dieron para comer, siendo una época en la que pasó la mayor parte del tiempo el tiempo entre el café y el hospital.
En 1894 fue elegido Príncipe de los Poetas y le fue concedida una pensión del estado.
Murió prematuramente en París, con sólo 51 años de edad, el 8 de enero de 1896. Está enterrado en el cementerio de Batignolles de París.
Al día siguiente de su entierro, varias personas que presenciaban el cortejo cuentan un hecho curioso: La estatua de la Poesía, ubicada en la plaza de la Ópera, perdió un brazo, que se rompió junto con la lira que sujetaba, en el momento en que el coche fúnebre de Verlaine pasaba por allí.
Está considerado una figura prominente de la corriente simbolista, entre los que se encuentran también su amante Rimbaud y el poeta Stéphane Mallarmé.
*El concepto de Verlaine del poeta maldito fue en parte tomado del poema de Charles Baudelaire llamado Bendición, que inicia su libro Las flores del mal. El uso de esta expresión y del término malditismo se generalizó luego para referirse a cualquier poeta (o a un escritor de otros géneros o incluso a un artista plástico) que, independientemente de su talento, es incomprendido por sus contemporáneos y no obtiene el éxito en vida; especialmente para los que llevan una vida bohemia, rechazan las normas establecidas (tanto las reglas del arte como los convencionalismos sociales) y desarrollan un arte libre o provocativo.
También de Paul Verlaine en este blog:
«Paul Verlaine: En los bosques»: AQUÍ
«Paul Verlaine: Canción de otoño»: AQUÍ
«Paul Verlaine: En el balcón»: AQUÍ
«Paul Verlaine: La canción de las ingenuas»: AQUÍ
«Paul Verlaine: A una mujer»: AQUÍ
«Paul Verlaine: La angustia»: AQUÍ
«Paul Verlaine: Pesadilla»: AQUÍ
«Paul Verlaine: Pradera»: AQUÍ
«Paul Verlaine: Soñé contigo esta noche»: AQUÍ
«Paul Verlaine: Grotesco»: AQUÍ
«Paul Verlaine: Serenata»: AQUÍ
«Paul Verlaine: Mille et tre»: AQUÍ
«Paul Verlaine: Las conchas»: AQUÍ
«Paul Verlaine: Ya que el alba crece…»: AQUÍ
«Paul Verlaine: Mi sueño»: AQUÍ
«Paul Verlaine: Coloquio sentimental «: AQUÍ
«Paul Verlaine: Tú crees en el ron del café…»: AQUÍ
«Paul Verlaine: El Principe de los Poetas – Soñé contigo esta noche…»: AQUÍ
Bibliografía poética:
Poemas saturnianos (1866)
Los amigos (1867)
Fiestas galantes (1869)
La Buena canción (1870)
Romanzas sin palabras (1874)
Sabiduría (1880)
Antaño y hogaño (1884)
Primavera (1886)
Amor (1888)
À Louis II de Bavière (1888)
Paralelamente (1889)
Dedicatorias (1890)
Mujeres (1890)
Hombres (1891)
Sensatez (1891)
Canción para ellas (1891)
Liturgias íntimas (1892)
Elegías (1893)
Odas en su honor (1893)
En los limbos (1894)
Epigramas (1894)
Ca (1896)
Invectivas (1896)
Biblio-sonetos (1913)
Obras olvidadas (1926–1929).
No Comments