Pintura

Mujeres Pintoras: Marie Vorobieff, Marevna

marzo 20, 2019

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Marie Vorobieff, Marevna

Marie Bronislava Vorobieff-Stebelska nació en Cheboksary, Rusia, el 14 de febrero de 1892.

Fue hija de un aristócrata polaco Bronislas Stebelski y de una artista judía, Maria Rosanovitch; más tarde se casaría con Alexandre Vorobieff.

Inició su formación artística en Tbilisi, hasta 1910 que se trasladó a Moscú, para ingresar en la Academia de Bellas Artes Stroganov, donde descubrió y estudió a los antiguos maestros italianos, el impresionismo y el fauvismo.

En 1911 viajó a Capri, donde inició la que sería una vida nómada, muy lejos de su país natal. En la isla italiana conoció a Máxim Gorki, que le puso el sobrenombre de «Marevna», que era el de la protagonista de un cuento de hadas ruso, «Princesita del Mar». Inició una relación con el hijo de Gorki, incluso se comprometieron, no se casaron pero fueron siempre grandes amigos.

Cuando contaba con 20 años de edad, en 1912, llegó a París, hospedándose inicialmente en La Ruche, pequeño hotel para artistas inmigrantes, lugar que años más tarde inspiraría su libro «La vida con los pintores de La Ruche».

Entabló amistad con distintos artistas de la vanguardia francesa en esa época, especialmente con Chaim Soutine, el escultor Ossip Zadkine y el escritor Iliá Erenburg; igualmente se relacionó con frecuencia con los pintores de Montparnasse, como Marc Chagall, Moise Kisling, Amedeo Modigliani, Fernand Léger, Georges Braque, Henri Matisse, Fougita y Pablo Picasso, que se reunían en el café «La Rotonde», así mismo con los poetas Max Jacob, Guillaume Apollinaire y Jean Cocteau. Picasso que la admiraba mucho se convertiría en un fiel amigo dirá de ella: «Haremos de ti una artista aún mas célebre que Marie Laurencin«, le decía.

Marevna los pintó a casi todos ellos en cuadros de gran formato, reproduciendo ellos los rasgos y expresiones de cada uno, con una impresionante semejanza.

Fue toda su vida una mujer muy independiente para su tiempo, independencia que se transluce en su pintura, de una gran una pureza y frescura, aún cuando ella vivió en un universo de hombres.

Su técnica de pintura se basó en en su etapa más madura en figuras geométricas, con líneas largas que separando las distintas zonas y colores.

Fue la primera mujer que practicó el cubismo. Practicó también el puntillismo, inspirándose en el de Georges Seurat, asociando las dos técnicas. Expuso en el Salón de las Tuileries en 1912, en el de Independientes en 1913 y en el Salón de Otoño en 1919.

En 1915, gracias al marchante Léonce Rosenberg vendió sus primeros cuadrod  y volvió a encontrarse con Diego Rivera, que se convertiría en el amor de su vida, de esta relación nacería su hija Marika en 1919.  Rivera alquiló para ellas una casa en Chatillon que visitaba con frecuencia hasta que la niña tuvo dos años. En 1921, Diego regresa a México.

Ella continuó vendiendo bien sus pinturas lo que les permitió a ella y a su hija vivir con comodidad.

Marika se casó con Jean Paul Brusset, pintor y amigo de Tristan Bernard y Jean Cocteau, matrimonio del que nacería su hijo Jean Diego.

En 1942, Marika y Jean Paul Brusset, se unieron a las fuerzas independientes francesas en África del Norte, tiempo durante el que Marevna se hizo cargo de su nieto.
En este mismo año instaló su estudio es Saint-Paul de Vence, detrás de “La Colombe d’Or”. En este tiempo practicó mucho el puntillismo, plasmando las murallas de la Ciudad , obras en las que resaltó la luz del sur de Francia.

En este lugar conoció, en 1945, a André Verdet, miembro de la resistencia francesa, deportado y poeta de la localidad, con quien se estableció una larga amistad. En 1946 expuso en Saint-Paul de Vence, en la Fundación Marguerite y de Aimé Maeght.

En 1948 tras el divorcio de su hija, ésta conoció en Saint Paul de Vence a Rodney Phillips, con quien se casaría y con el que partiría a vivir a Inglaterra. Antes de dejar la Costa Azul, la pareja hizo amistad con Jacques Prevert. Marevna se mudó con su hija a Athelhampton, en el Reino Unido, donde se dedicaría completamente a la pintura y a cuidar de sus nietos Jean Diego y Elie David.

En 1968, ella participó en la retrospectiva del neoimpresionismo en la fundación Guggenheim de la ciudad de Nueva York.

El doctor Oscar Ghez, presidente fundador del “Petit Palais” de Ginebra, compró 150 lienzos y la animó a a exponer su trabajo en Francia, Estados Unidos y Japón.
En 1979, publicó “Memorias de una nómada”.

Murió el 4 de mayo de 1984, cuando contaba con 92 años de edad de edad. Sus cenizas se encuentran en el Museo Dolores Olmedo Patiño, en la ciudad de México, en el parque del museo, debajo del zoclo de la cabeza monumental de Diego Rivera, a quien ella amó hasta el último momento de su vida.

*Entrada publicada el 1 de diciembre de 2013. Ha sido actualizada y ampliada el 20 de marzo de 2019.

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