Poesia

Gabriel Celaya: El agua entre las piedras

abril 18, 2024


«Tus gritos y mis gritos en el alba.
Nuestros blancos caballos corriendo
Con un polvo de luz sobre la playa…»

GC

Mi recuerdo al poeta vasco Gabriel Celaya en el aniversario de su marcha.

«El agua entre las piedras»

El agua entre las piedras, la luz contra los dientes,
el tiempo entrecortado por lo hechos mortales,
lo que aún mordido, escapa: lo común y corriente.

¡Oh vida siempre nueva que rubrica la sangre!,
me persigues, prosigues, lames donde me duele,
curas, igualas, rezas: » No es nada; no te pares».

Las piedras hieren, duelen. Los hombres permanecen
donde están, secamente; sin pensar hacer daño
a todo lo que vive, sale de sí: sucede.

Los hombres, ciertos hombres, están mascando esparto
mientras otros, cantando, son el agua en que sigo,
y hasta besan los guijos, y los van alisando.

Signos clavados, leyes, prestigios de lo fijo,
tradición en que choco y así me deletreo,
confort mental, sistemas, rutina a lo divino,

muertos embalsamados en que, impío, tropiezo,
sin querer, sin saber. ¡Oh hermanos enemigos,
no destruyáis, sin verme siquiera, lo que alegro!

Me duele el esqueleto, la sociedad en que vivo,
la silla en que me siento, lo muerto fuera y dentro.
Me duele vuestra inercia; me enciende vuestro frío

Y os llamo piedras, piedras, pues estoy dando en seco
mientras paso -pasamos-, pese a todo me sigo
y me siento, si fluyo, como un perpetuo invento.

¡Ay, quiero ser! queremos, amantes serpentinos,
ser líquida caricia, ser sin ser, ser lo otro,
ser más que lo que somos, ¡oh ersatz del infinito!

Pueden morder los dientes del reloj y del odio,
pueden llamarme loco los que dicen que me aman,
pueden darme los nombres con su ley en el rostro,

pueden ponerme piedras, pueden abrirme llagas
para luego besarlas y decir: » te perdono»,
pueden sí. Puden mucho. Mas yo soy lo que escapa.

No es fácil ser poeta, cantar en este bronco
mundo paralizado que, cuando más me hiere,
más provoca las iras no santas del yo roto.

Mas transcurro, transcurro. Soy el agua corriente
que choca y se hace espuma, se muestra al descubrimiento.
Soy quien soy, manifiesto. Soy por ser quien se atreve.

El mundo se desprende del lujo de sus sueños,
de su traje de noche, de su temblor fulgente,
y es vida, vida, vida. Sólo vida. Me muero.

Es aquí y es ahora, es aquí, donde duelen
las cosas más pequeñas, donde en verdad me siento.
Palpitante, impalpable, soy abierto, al presente.

Salgo del laberinto de mi yo. Canto el hecho
de unos hombres vulgares. Y en ellos me edifico.
Construyo el heroísmo. Remuerdo el sufrimiento.

Gabriel Celaya

De: Marea del silencio, 1935

Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta nació en Hernani, Guipúzcoa, el 18 de marzo de 1911.
Fue uno de los más destacados representantes de la conocida como poesía comprometida o poesía social.
Entre 1927 y 1935 vivió en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde conoció a Federico García Lorca, entre otros intelectuales que lo llevaron al mundo de la literatura, decidiendo dedicarse a tiempo completo a la poesía.
Durante la Guerra Civil Española combatió en el bando republicano, siendo detenido y recluido en un campo de concentración en Palencia.
En 1946 fundó en San Sebastián, con su inseparable Amparo Gastón, la colección de poesía Norte, desde entonces abandonó su profesión de ingeniería y su trabajo en la empresa de su familia.
En la década de 1950 se integró en la estética del compromiso, muestra de ello son sus libros Lo demás es silencio, de 1952 y Cantos Iberos, de 1955, considerado como la verdadera biblia de la poesía social.
Junto a Eugenio de Nora y Blas de Otero, defendió la idea de una poesía no elitista: al servicio de las mayorías, para transformar el mundo.
En 1956 obtuvo el Premio de la Crítica por su libro De claro en claro.
Fue galardonado con el Premio Nacional de las Letras Españolas por el Ministerio de Cultura en 1986.
Murió en Madrid, el 18 de abril de 1991.

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Bibliografía poética:

Marea del silencio, 1935
La soledad cerrada, 1947
Movimientos elementales, 1947
Tranquilamente hablando, 1947 (firmado como Juan de Leceta)
Objetos poéticos, 1948
El principio sin fín, 1949
Se parece al amor, 1949
Las cosas como son, 1949
Deriva, Alicante, 1950
Las cartas boca arriba, 1951
Lo demás es silencio, 1952
Paz y concierto, 1953
Ciento volando (con Amparo Gastón), 1953
Vía muerta, 1954
Cantos iberos, 1955
Coser y cantar (con Amparo Gastón), 1955
De claro en claro, 1956
Entreacto, 1957
Las resistencias del diamante, 1957
Música celestial (con Amparo Gastón), 1958
Cantata en Aleixandre, 1959
El corazón en su sitio, 1959
Para vosotros dos, 1960
Poesía urgente, 1960
La buena vida, 1961
Los poemas de Juan de Leceta, 1961
Rapsodia eúskara, 1961
Episodios nacionales, 1962
Mazorcas, 1962
Versos de otoño, 1963
Dos cantatas, 1963
La linterna sorda, 1964
Baladas y decires vascos, 1965
Lo que faltaba, 1967
Poemas de Rafael Múgica, 1967
Los espejos transparentes, 1968
Canto en lo mío, 1968
Poesías completas, 1969
Operaciones poéticas, 1971
Campos semánticos, 1971
Dirección prohibida, 1973
Función de Uno, 1973
El derecho y el revés, 1973
La hija de Arbigorriya, 1975
Buenos días, buenas noches, 1978
Parte de guerra, 1977
Poesías completas (Tomo I-VI), 1977-80
Iberia sumergida, 1978
Poemas órficos, 1981
Penúltimos poemas, 1982
Cantos y mitos, 1984
Trilogía vasca, 1984
El mundo abierto, 1986
Orígenes – Hastapenak, 1990
Poesías completas, 2001-04

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