Rafael Sanzio y el Alto Renacimiento

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Rafael Sanzio

Nació en Urbino, Italia el 6 de abril de 1483.
Está considerado como uno de los más grandes artistas del alto Renacimiento italiano y de toda la historia del arte.

Aunque tuvo una corta vida, fue aclamado y venerado en vida, como pintor, y como diseñador y arquitecto.

Tuvo como clientes a los dos mayores mecenas de su época, los papas Julio II y León X.
Hijo de Giovanni Santi, pintor y poeta en la corte de los Montefeltro, en Urbino, aunque murió cuando Rafael contaba sólo doce años de edad, es muy posible que le iniciara en la enseñanza de la pintura.

Rafael también fue un notable poeta, su sensibilidad pictórica hacen suponer una deuda intelectual hacia con su padre y la cultura que pudo adquirir en la corte de Urbino.

Sus dotes que sin duda fueron innatas, pudieron lograr su fruto, gracias a su gran desenvoltura a la hora de relacionarse en los círculos del poder, no sólo de su Urbino natal, igualmente en Florencia y Roma, su carisma personal, según Giorgio Vasari, debió ser herencia paterna.

Tuvo varios maestros, pero sin duda el más importante fue Pietro Perugino,  por la impronta de este, claramente apreciable en sus pinturas, influencia persistió en casi la totalidad de su obra; aunque las fechas y duración de esa posible formación han sido muy debatidas por los historiadores,  hay testimonios contemporáneos fehacientes que lo confirman.

Realizó sus primeras pinturas de forma independiente, en Urbino, Perugia y Città di Castello fechadas entre 1500 y 1507, y en todas ellas se puede observar la huella del estilo de Perugino.

El primer trabajo que aparece documentado, es un gran retablo realizado entre 1500 y 1501 para iglesia de San Agustín de Città di Castello, actualmente se conservan fragmentos en en París, Brescia y Nápoles.
En 1504 se estableció en Florencia, donde ya Leonardo da Vinci y Michelangelo Buonarotti revolucionaban el Renacimiento florentino con sus batallas para el Palacio Vecchio, entre otros trabajos.

Rafael se unió a esta nueva etapa del arte, y numerosos dibujos que realizó en esa época, muestran que estudió a ambos maestros; la influencia de estos se puede observar en las dos «Sagrada Familia del cordero» que realizó, la de 1507, albergada en el Museo del Prado de Madrid, no fueron cuadros de altar, si no obras de pequeño formato o devocionales, y en algunos retratos que realizó en Florencia.

A finales de la década de 1500 fue llamado a Roma por el papa Julio II, para encargarle junto a Perugino, Lorenzo Lotto, Giovanni Antonio Bazzi, «Il Sodoma» y otros,  la redecoración de las salas del palacio del Vaticano que ahora se conocen como Stanze.

Aunque inicialmente formaron un grupo, pronto el de Urbino, asumió la dirección de el conjunto en el que trabajó hasta su temprana muerte.
Los primeros frescos de Stanza della Segnatura, realizados entre 1508 y 1511, son «La disputa del Sacramento» y «La escuela de Atenas», constituyendo la cima del alto renacimiento en Roma.

En la primera esta retratado el mismo cardenal que Rafael pintó sobre tabla y que se conserva en el Museo del Prado, realizado en Roma entre 1510 y 1511, considerado como uno de los más importantes retratos del siglo XVI, en el que Rafael nos muestra las influencias que le llegaron de la Escuela de Florencia y que Rafael había asimilado, sobre todo, de Lorenzo Lotto y posteriormente de Sebastiano del Piombo.

El éxito que Rafael logró en Roma hizo que muy pronto se viera desbordado por los encargos que le llegaban, tanto de pintura como de diseño y arquitectura, su taller se convirtió en el centro y motor de la vida artística romana en su tiempo.

Tras llegar al papado León X, realizó numerosos cuadros de altar para otras ciudades, entre ellos y que podemos ver en el Museo del Prado «La Virgen y el pez», de 1513, que fue originariamente pintado para una capilla de Santo Domingo de Nápoles, y también en el Prado «La Caída en el camino del Calvario, el pasmo de Sicilia», de 1517, que fue realizada para el convento de Santa María de las Angustias de Palermo.

Estas dos obras, que fueron trasladadas de tabla a lienzo hacia 1813, permiten apreciar la monumentalidad que habían adquirido sus figuras y sus composiciones narrativas en comparación con su pintura anterior. y sus composiciones narrativas, que difieren radicalmente de su obra anterior, en particular, la segunda que muestra un especial dramatismo.

En ellas se puede apreciar la influencia de los grabados procedentes del norte y de Michelangelo y Leonardo, cuadros de altar que fueron especialmente influyentes en todo el arte romano renacentista, incluso alcanzó al barroco, como se puede ver en las obras de Guido Reni y los hermanos Carraccí.

A la vez que realizaba los citados cuadros, trabajó intensamente en encargos que le llegaban de León X, como la continuación de las Stanzas vaticanas, finalizó la Stanza di Heliodoro, entre 1511 y 1514, la Stanza dell’Incendio di Borgo, entre 1514 y 1515 y realizó los cartones, conocidos como los «Cartones de Rafael» entre 1515 y 1516, actualmente en la colección real británica, depositados en el Victoria and Albert Museum de Londres, destinados a un juego de tapices para la Capilla Sixtina, actualmente en el Museo Vaticano.

A la muerte de Bramante en 1514, fue nombrado arquitecto del nuevo San Pedro de Roma, actividad que junto a la arqueología llenó casi al completo su tiempo, motivo por el que tuvo que valerse cada vez más en su taller para poder cumplir los encargos que le llegaban de su incesante clientela.

Uno de ellos y que seria su heredero artístico, Giulio Romano, colaboró en la ejecución de «La Sagrada familia del roble», y en «La Sagrada Familia del cordero», ambos albergados en el Museo del Prado.

En esas obras podemos ver reflejada la evolución de su estilo, que muestra un mayor acabado y el uso el claroscuro intenso característico de sus ultimas obras.
Tendencia que igualmente se aprecia en obras absolutamente propias, como «Sagrada Familia con San Juanito», en el Prado, que pudo ser pintada alrededor de 1518.

Murió en Roma, el 6 de abril de 1520, un Viernes Santo, el mismo día que cumplía treinta y siete años, según se cuenta, a causa de una noche en la que tuvo excesivas relaciones sexuales con La Fornarina, tras la cual enfermó con fiebre, y al no confesar a los médicos la causa de éstas, no fue tratado correctamente, lo que le causó la muerte.

Su enfermedad duró quince días, por lo que pudo recibir la extremaunción y poner sus asuntos en orden. Dictó testamento, en el que se aseguraba el suficiente dinero para mantener a su amante, confiado a su leal sirviente Baviera, y dejó la mayor parte del contenido de su taller a Giulio Romano y a Penni.

Su cuerpo fue velado en el Palacio del Vaticano, bajo su última obra maestra, «La Transfiguración», de la que podemos ver una copia en el Prado de su discípulo Giovan Francesco Penni, siendo enterrado en el Panteón de Roma.

Fue honrado con altos honores, al igual que había recibido en vida.
La inscripción en su sarcófago de mármol, es un pareado elegíaco escrito por Pietro Bembo, dice: «Ille hic est Raphael timvit quo sospite vinicie rervm magna parens et moriente mori».

Nunca se casó, aunque en 1514 se comprometió con María Bibbiena, sobrina del cardenal Médici. Al parecer su amigo, el cardenal forzó el compromiso, aunque la falta de entusiasmo del artista hizo que no se celebrara la boda, no obstante tuvo varias relaciones amorosas; mientras vivió en Roma mantuvo una relación permanente con Margherita Luti, conocida como «La Fornarina, de la que realizó un retrato, llamada así por ser hija de un panadero (fornaio en italiano).

En los siglos que continuaron, su fama alcanzó cotas de reverencia, que culminaron en el siglo XIX, con la aparición de los Nazarenos y la devoción de artistas de la talla de Ingres .