Una vez tuve una sangre
que soñaba ser río…
EP
Mi recuerdo al poeta malagueño en el aniversario de su muerte.
«Mar como el mar»
A pedazos la luz del mediodía
cubre mi soledad de que se adueña,
y un mar que no es el mar ni su recuerdo
llamando está llenando mi presente.
Como es el mar ¡tan lento! no se apura…
¿Desde qué origen viene? ¿De qué sombra?
¿No se desteje el mar cada mañana?
Como en el mar —porque es el mar—, resiste.
Por sus olas contadas —por sus pasos—:
pisa dentro de mí, mar de mi sangre.
Azul y azul, los pulsos de mi lengua
—hálito en mar azul— cantando sangran.
¿Quién levanta estas ondas del deseo?…
Un soñar que no es sueño ni nostalgia
del mar propio que tengo: a mí se acerca
y por fuera de mí llega soñando.
¿Son costumbres del mar como del tiempo
la distancia y la sed que por mí clava?
Y tiendo al mar la imagen de mi mano.
Regreso azul y un barco la nivelan.
El mar viene hacia el mar como el mar vivo.
Salgo hacia el mar, soy mar y el mar no encuentro…
Descoyunto a mi forma interior del mar
externo y, mar del mar, sin el mar soy.
Canto del mar, canté del mar que tuve,
canción: tú me has dejado lo que digo.
Soy el mar como el mar, nada me apura.
Llegó el mar, se fue el mar, sigo en mi cuerpo.
Azul, azul, azul: tu espuma canta,
borra mi voz y acaba el mediodía.
Emilio Prados
De Río natural, 1957
Recogido en: Emilio Prados – Antología esencial
Ed. Junta de Andalucía – Conserjería de Cultura 2021
ISBN: 978-84-9959-378-4
Emilio Prados Such nació en Málaga, el 4 de marzo de 1899.
Poeta perteneciente a la Generación del 27′.
Sus primeros años transcurren en Málaga, donde estudió el bachiller y comenzó a relacionarse con la bohemia artística de la ciudad, que se reunía en las tertulias del Café Inglés, en la malagueña calle Larios, donde conoce a otros jóvenes poetas como Manuel Altolaguirre, José Moreno Villa, José María Hinojosa o José María Souvirón.
En 1914 obtiene una plaza en el Grupo de Niños de la Residencia de Estudiantes de Madrid. En este internado conoce a Juan Ramón Jiménez.
En 1918 se incorpora al grupo universitario de la Residencia, centro que se convierte en punto convergente de las ideas vanguardistas e intelectuales de Europa, así como en un foro de diálogo permanente entre ciencias y artes. En este fecundo caldo de cultivo se forma la Generación del 27 y es aquí donde Prados entabla amistad con el círculo que forman Federico García Lorca, Luis Buñuel, Juan Vicens, José Bello y Salvador Dalí. En el verano de 1924 regresa a la capital malagueña, donde continúa su actividad como escritor, funda y edita, junto a Manuel Altolaguirre, la revista Litoral, el hito más renovador de la cultura española de los años 20, en cuyas páginas refleja el diálogo entre poesía, música y pintura del que bebió en la Residencia de Estudiantes, logrando reunir bajo un único código creativo a figuras tan relevantes como Jorge Guillén, Moreno Villa, Manuel de Falla, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Ángeles Ortiz o Federico García Lorca, entre muchos otros.
En 1925 inicia su actividad como editor de la imprenta Sur, en la que trabaja también junto a Altolaguirre. De estos talleres saldrán publicados gran parte de los títulos de la poesía del 27. El esmerado trabajo de edición que realizan ambos poetas les procura prestigio internacional.
Paralelamente a sus actividades creadoras, su compromiso social se va decantando hacia un progresivo interés por los sectores más pobres y desfavorecidos de la sociedad. Es en plena República, en 1934, cuando su acercamiento a la izquierda se muestra explícitamente. El clima de violencia que impera en Málaga al estallar la guerra, en el que es fusilado su amigo José María Hinojosa en las tapias del cementerio de San Rafael por un grupo de milicianos del ejército republicano que habían asaltado previamente la Prisión Provincial, le hace trasladarse a Madrid, donde entra a formar parte de la Alianza de Intelectuales Antifascistas. Colabora en tareas humanitarias, ayuda en la organización del II Congreso Internacional de Escritores y en la edición de varios libros (Homenaje al poeta Federico García Lorca y Romancero general de la guerra de España), al tiempo que se publican varias de sus obras. Recibe el Premio Nacional de Literatura por la recopilación de su poesía de guerra, Destino fiel, en 1938.
Poco después se instaló en Barcelona para encargarse, junto con Altolaguirre otra vez, de las Publicaciones del Ministerio de Instrucción Pública, pero la situación es ya insostenible para un republicano en la España de comienzos de 1939, por lo que decide marcharse a París. El 6 de mayo de 1939 partió, junto con otras destacadas figuras de la intelectualidad republicana, hacia México, donde residiría hasta su muerte en 1962. No obstante sus cortos recursos —cuando no conseguía trabajo sobrevivía del dinero que le enviaba su hermano desde el Canadá— adoptó y crio a dos huérfanos.
Prados se anticipó en la defensa de la poesía pura a Jorge Guillén y en el surrealismo al resto del 27′ para acabar construyendo una voz de influencia filosófica inspirada en el romanticismo alemán y el cancionero popular, absolutamente única. (Javier Díez de Revenga en el congreso internacional sobre el poeta con que la Diputación de Málaga inauguró su centenario.)
Debido a su amistad con Juan Ramón Jiménez, le llevó a enviarle un manuscrito de Mosaicos, que durante 70 años permaneció dormido en los papeles del Nobel publicándose en 1999, coincidiendo con el centenario del nacimiento del poeta malagueño.
Murió en el exilio en México, el 24 de abril de 1962.
También de Emilio Prados en este blog:
«Emilio Prados: Nuevo amor»: AQUÍ
«Emilio Prados: Hay voces libres»: AQUÍ
«Emilio Prados: Llegada, A Federico García Lorca»: AQUÍ
«Emilio Prados: Cantar triste»: AQUÍ
«Emilio Prados: Y mi silencio»: AQUÍ
«Emilio Prados: Llegada, a Federico García Lorca»: AQUÍ
«Emilio Prados: Cerré mi puerta al mundo…»: AQUÍ
«Emilio Prados: Encuentro»: AQUÍ
«Emilio Prados: Quiero entrar en tu huerto…»: AQUÍ
«Emilio Prados: Vega en calma»: AQUÍ
«Emilio Prados: Soledad en el alba»: AQUÍ
«Emilio Prados: Cantar del dormido en la yerba»: AQUÍ
«Emilio Prados: Cuando era primavera»: AQUÍ
«Emilio Prados: Negación»: AQUÍ
«Emilio Prados: Reflejo»: AQUÍ
«Emilio Prados: La ciudad»: AQUÍ
«Emilio Prados: Promesa, de Espejo de tres lunas»: AQUÍ
«Emilio Prados: Alba rápida»: AQUÍ
«Emilio Prados: Órbita de mi sueño, de Jardín cerrado»: AQUÍ
«Emilio Prados: El cuerpo en el alba»: AQUÍ
«Emilio Prados: Letanía en la noche, de Mosaico»: AQUÍ
Bibliografía:
Tiempo – Veinte poemas en verso (1925)
Seis estampas para un rompecabezas (1925)
Canciones del farero (1926)
Vuelta (1927)
El misterio del agua (1926-27, publicado en 1954, en Antología)
Cuerpo perseguido (1927-28, publicado en 1946).
La voz cautiva (1932-35)
Andando, andando por el mundo (1931-35)
Calendario completo del pan y del pescado (1933-34)
La tierra que no alienta
Seis estancias
Llanto en la sangre (1933-37)
El llanto subterráneo (1936)
Tres cantos
Homenaje al poeta Federico García Lorca contra su muerte
Romances
Romancero general de la guerra de España
Cancionero menor para los combatientes (1938)
Destino fiel (recopilación de toda su poesía de guerra) – Premio Nacional de Literatura en 1938.
¿Cuàndo volverán? (1936 y 1939).
Época del exilio en México de 1939 a 1962
Memoria del olvido (1940)
Jardín cerrado (1940-46)
Mínima muerte (1944)
Penumbras
Dormido en la yerba (1953)
Río natural (1957)
Circuncisión del sueño (1957)
La piedra escrita (1961)
Signos del ser (1962)
Transparencias (1962)
Cita sin límite (edición póstuma, en 1965
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