Poesia

Luis Cernuda: La visita de Dios

septiembre 21, 2024


[…] Tu luz sobre mi pecho hasta la muerte,
Única gloria cierta que aún deseo.
LC

Luis Cernuda, el más amado de todos mis poetas, nació un día como hoy. Siempre en mi vida, siempre en mi memoria.

«La visita de Dios»

Pasada se halla ahora la mitad de mi vida.
El cuerpo sigue en pie y las voces aún giran
Y resuenan con encanto marchito en mis oídos,
Mas los días esbeltos ya se marcharon lejos;
Sólo recuerdos pálidos de su amor me han dejado.
Como el labrador al ver su trabajo perdido
Vuelve al cielo los ojos esperando la lluvia,
También quiero esperar en esta hora confusa
Unas lágrimas divinas que aviven mi cosecha.

Pero hondamente fijo queda el desaliento,
Como huésped oscuro de mis sueños.
¿Puedo esperar acaso? Todo se ha dado al hombre
Tal distracción efímera de la existencia;
A nada puede unir este ansia suya que reclama
Una pausa de amor entre la fuga de las cosas.
Vano sería dolerse del trabajo, la casa, los amigos
perdidos
En aquel gran negocio demoníaco de la guerra.

Estoy en la ciudad alzada para su orgullo por el rico,
Adonde la miseria oculta canta por las esquinas
O expone dibujos que me arrasan de lágrimas los ojos.
Y mordiendo mis puños con tristeza impotente
Aún cuento mentalmente mis monedas escasas,
Porque un trozo de pan aquí y unos vestidos
Suponen un esfuerzo mayor para lograrlos
Que el de los viejos héroes cuando vencían
Monstruos, rompiendo encantos con su lanza.

La revolución renace siempre, como un fénix
Llameante en el pecho de los desdichados.
Esto lo sabe el charlatán bajo los árboles
De las plazas, y su baba argentina, su cascabel sonoro,
Silbando entre las hojas, encanta al pueblo
Robusto y engañado con maligna elocuencia,
y canciones de sangre acunan su miseria.

Por mi dolor comprendo que otros inmensos sufren
Hombres callados a quienes falta el ocio
Para arrojar al cielo su tormento. Mas no puedo
Copiar su enérgico silencio, que me alivia
Este consuelo de la voz, sin tierra y sin amigo,
En la profunda soledad de quien no tiene
Ya nada entre sus brazos, sino el aire en torno,
Lo mismo que un navío al alejarse sobre el mar.

¿Adónde han ido las viejas compañeras del hombre?
Mis zurcidoras de proyectos, mis tejedoras
de esperanzas
Han muerto. Sus agujas y madejas reposan
Con polvo en un rincón, sin la melodía del trabajo.
Como una sombra aislada al filo de los días,
Voy repitiendo gestos y palabras mientras lejos escucho
El inmenso bostezo de los siglos pasados.

El tiempo, ese blanco desierto ilimitado,
Esa nada creadora, amenaza a los hombres
y con luz inmortal se abre ante los deseos juveniles.
Unos quieren asir locamente su mágico reflejo,
Mas otros le conjuran con un hijo
Ofrecido en los brazos como víctima,
Porque de nueva vida se mantiene su vida
Como el agua del agua llorada por los hombres.

Pero a ti, Dios, ¿con qué te aplacaremos?
Mi sed eras tú, tú fuiste mi amor perdido,
Mi casa rota, mi vida trabajada, y la casa y la vida
De tantos hombres como yo a la deriva
En el naufragio de un país. Levantados de naipes,
Uno tras otro iban cayendo mis pobres paraísos.
¿Movió tu mano el aire que fuera derribándolos
y tras ellos, en el profundo abatimiento,
en el hondo vacío,
Se alza al fin ante mí la nube que oculta tu presencia?

No golpees airado mi cuerpo con tu rayo:
Si el amor no eres tú, ¿quién lo será en tu mundo?
Compadécete al fin, escucha este murmullo
Que ascendiendo llega como una ola
Al pie de tu divina indiferencia.
Mira las tristes piedras que llevamos
Ya sobre nuestros hombros para enterrar tus dones:
La hermosura, la verdad, la justicia,
cuyo afán imposible
Tú sólo eras capaz de infundir en nosotros.
Si ellas murieran hoy, de la memoria tú te borrarías
Como un sueño remoto de los hombres que fueron.

Luis Cernuda

De: La realidad y el deseo (1924-1962) – VII Las nubes (1937-1940)
Recogido en: Luis Cernuda – Poesía completa, Volumen I
Ed. Siruela 1993©
ISBN: 978-84-7844-185-5 (Del volumen I)

Luis Cernuda Bidón nació en Sevilla, el 21 de septiembre de 1902.
Aún Sevilla, su tierra natal no le ha hecho justicia.
Fue sin duda uno de los más grandes poetas de la Generación del 27′, tantos años postergado, olvidado, o peor, ignorado por muchos, lo que es más doloroso, incluso por sus paisanos, mas no en el corazón y en la memoria de los que amamos su poesía.
El día 14 de abril de 1938, Cernuda abandonó España para siempre, cedamos la voz al poeta:
Atrás quedaba tu tierra sangrante y en ruinas. La última estación al otro lado de la frontera, donde te separaste de ella, era sólo un esqueleto de metal retorcido, sin cristales, sin muros un esqueleto desenterrado al que la luz postrera del día abandonaba.
¿Qué puede el hombre contra la locura de todos? Y sin volver los ojos ni presentir el futuro, saliste al mundo extraño desde tu tierra en secreto ya extraña.”
(LC)
Junto a esas pertenencias, lleva como bien más preciado el manuscrito de varios poemas que serían el germen de uno de sus más grandes libros, Las nubes, Noche de Luna, A un poeta muerto (FGL), Elegía Española (I), Scherzo para un elfo, Soñando la muerte, Sentimiento de otoño, A Larra con unas violetas (1837-1937) y Lamento y esperanza. Son poemas que formarían parte del libro en el que se incluyen textos tan desolados como: Un español habla de su tierra.
Murió tras sufrir un infarto de miocardio, en su exilio de México, DF, el día 5 de noviembre de 1963.

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Bibliografía:

Perfil del aire – 1927
Égloga, elegía, oda – 1927-28
Los placeres prohibidos, – 1929-1931
Donde habite el olvido – 1934
Las nubes – 1940 – 1943
Ocnos – 1942 1.ª ed. (Ampliada en 1949 y 1963)
Como quien espera el alba – 1947
Vivir sin estar viviendo – 1944–1949
Variaciones sobre tema mexicano – 1952
Con las horas contadas, de 1950–1956
Poemas para un cuerpo – 1957
Desolación de la Quimera – 1962.
La realidad y el deseo (Poesía 1924-1962)
Estudios sobre poesía española contemporánea, 1957, o Poesía y literatura, I y II, 1960 – 1964 (En este estudio, Cernuda reivindica a Ramón de Campoamor, manifiesta su admiración por su amigo Federico García Lorca y enjuicia con severidad la poesía de Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas y Jorge Guillén.
Luis Cernuda – Poesía completa. Obras completas, Volumen I. Ediciones Siruela.1993.
Luis Cernuda, Antología – Cátedra, 1984.
Luis Cernuda, Intermedio, (antología) – Pre-Textos, 2004.

*Donde habite el olvido, quizá su poema más leído, está inspirado en la poesía de Bécquer, el título del libro, «Donde habite el olvido» está sacado de la rima LXVI, lo que indica la importancia becqueriana en la poesía de Cernuda.

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