[…]Y el son de las campanas de la catedral, que llegaba puro y ligero a través del aire, era como la respiración misma de su sueño.
LC
En el Día Mundial de la Poesía, siempre viva la memoria del más amado de todos mis poetas: Luis Cernuda, que jamás habitará en el olvido.
«El poeta»
Aún sería Albanio muy niño cuando leyó a Bécquer por vez primera. Eran unos volúmenes de encuadernación azul con arabescos de oro, y entre las hojas de color amarillento alguien guardó fotografías de catedrales viejas y arruinados castillos. Se los habían dejado a las hermanas de Albanio sus primas, porque en tales días se hablaba mucho y vago sobre Bécquer, al traer desde Madrid sus restos para darles sepultura pomposamente en la capilla de la universidad.
Entre las páginas más densas de prosa, al hojear aquellos libros, halló otras claras, con unas cortas líneas de leve cadencia. No alcanzó entonces (aunque no por ser un niño, ya que la mayoría de los hombres crecidos tampoco alcanzan esto) la desdichada historia humana que rescata la palabra pura de un poeta. Mas al leer sin comprender, como el niño y como muchos hombres, se contagió de algo distinto y misterioso, algo que luego, al releer otras veces al poeta, despertó en él tal el recuerdo de una vida anterior, vago e insistente, ahogado en abandono y nostalgia.
Años más tarde, capaz ya claramente, para su desdicha, de admiración, de amor y de poesía, entró muchas veces Albanio en la capilla de la universidad, parándose en un rincón, donde bajo dosel de piedra un ángel sostiene en su mano un libro mientras lleva la otra a los labios, alzado un dedo, imponiendo silencio. Aunque sabía que Bécquer no estaba allí, sino abajo, en la cripta de la capilla, solo, tal siempre se hallan los vivos y los muertos, durante largo rato contemplaba Albanio aquella imagen, como si no bastándole su elocuencia silenciosa necesitara escuchar, desvelado en sonido, el mensaje de aquellos labios de piedra. Y quienes respondían a su interrogación eran las voces jóvenes, las risas vivas de los estudiantes, que a través de los gruesos muros hasta él llegaban desde el patio soleado. Allá dentro todo era ya indiferencia y olvido.
Luis Cernuda
De: Ocnos, 1942 1.ª ed. (Ampliada en 1949 y 1963)
Recogido en: Luis Cernuda – Poesía Completa. Volumen I
Ed. Siruela 1993.
ISBN: 84-7844-185-5 (Del volumen I)
Luis Cernuda Bidón nació en la calle Acetres de Sevilla, el 21 de septiembre de 1902.
Aún Sevilla, su tierra natal no le ha hecho justicia.
Fue sin duda uno de los más grandes poetas de la Generación del 27′, tantos años olvidado, o peor, ignorado por muchos, mas no en el corazón y en la memoria de los que amamos su poesía.
Estudió Derecho en la Universidad de Sevilla, carrera que terminó en 1926.
En 1925 conoció a Juan Ramón Jiménez y publicó sus primeros poemas en Revista de Occidente.
En 1927 publicó su primer libro lírico, Perfil del aire.
En 1928, tras morir su madre, marcha a Madrid, donde ese mismo año conoció a Vicente Aleixandre; en noviembre Pedro Salinas, que había sido profesor suyo en Sevilla, le ayuda a conseguir un lectorado de español en la Universidad de Toulouse; viaja también a París.
Volvió a Madrid en 1929 y desde 1930 trabajó en la librería de León Sánchez Cuesa, asistió a diversas tertulias en compañía de Vicente Aleixandre y de Federico García Lorca.
Así mismo se involucró en el proyecto de las Misiones Pedagógicas, primero en la sección Bibliotecas y más tarde en el Museo ambulante; con ellos recorrió los pueblos de Castilla y Andalucía y conoció a Ramón Gaya y al pintor Gregorio Prieto; colaboró además en la revista Octubre de Rafael Alberti, en 1933.
En 1936, poco antes de estallar la Guerra Civil, intervino en el homenaje a Valle-Inclán y publicó la primera edición de su obra poética completa hasta entonces, bajo el título de La realidad y el deseo.
Se entera del asesinato de Federico García Lorca y le escribe una sentida elegía, A un poeta muerto (F. G. L.), cuyos dos últimos párrafos fueron censurados.
Pasó dos meses como agregado de la Embajada Española en París y volvió a Madrid, donde se alistó en el Batallón Alpino; con él fue enviado a la Sierra de Guadarrama. En abril de 1937 se trasladó a Valencia, donde colaboró con Hora de España y publica la citada elegía a Lorca.
El día 14 de abril de 1938, Cernuda abandonó España para siempre huyendo de la Guerra Civil, nunca más volvería a ella.
Cedamos la voz al poeta:
«Atrás quedaba tu tierra sangrante y en ruinas. La última estación al otro lado de la frontera, donde te separaste de ella, era sólo un esqueleto de metal retorcido, sin cristales, sin muros un esqueleto desenterrado al que la luz postrera del día abandonaba.
¿Que puede el hombre contra la locura de todos? Y sin volver los ojos ni presentir el futuro, saliste al mundo extraño desde tu tierra en secreto ya extraña.” (LC)
Junto a esas pertenencias, lleva como bien más preciado el manuscrito de varios poemas que serían el germen de uno de sus más grandes libros, “Las nubes”, «Noche de Luna», “A un poeta muerto” (FGL), “Elegía Española” (I), “Scherzo para un elfo”, “Soñando la muerte”, “Sentimiento de otoño”, “A Larra con unas violetas” (1837-1937) y “Lamento y esperanza”. Son poemas que formarían parte del libro en el que se incluyen textos tan desolados como “Un español habla de su tierra”.
Murió tras sufrir un infarto de miocardio, en su exilio de México, DF, el día 5 de noviembre de 1963.
Luis Cernuda Bidón nació en Sevilla, el 21 de septiembre de 1902.
Aún Sevilla, su tierra natal no le ha hecho justicia.
Fue sin duda uno de los más grandes poetas de la Generación del 27′, tantos años postergado, olvidado, o peor, ignorado por muchos, lo que es más doloroso, incluso por sus paisanos, mas no en el corazón y en la memoria de los que amamos su poesía.
El día 14 de abril de 1938, Cernuda abandonó España para siempre, cedamos la voz al poeta:
Atrás quedaba tu tierra sangrante y en ruinas. La última estación al otro lado de la frontera, donde te separaste de ella, era sólo un esqueleto de metal retorcido, sin cristales, sin muros un esqueleto desenterrado al que la luz postrera del día abandonaba.
¿Qué puede el hombre contra la locura de todos? Y sin volver los ojos ni presentir el futuro, saliste al mundo extraño desde tu tierra en secreto ya extraña.”(LC)
Junto a esas pertenencias, lleva como bien más preciado el manuscrito de varios poemas que serían el germen de uno de sus más grandes libros, Las nubes, Noche de Luna, A un poeta muerto (FGL), Elegía Española (I), Scherzo para un elfo, Soñando la muerte, Sentimiento de otoño, A Larra con unas violetas (1837-1937) y Lamento y esperanza. Son poemas que formarían parte del libro en el que se incluyen textos tan desolados como: Un español habla de su tierra.
Murió tras sufrir un infarto de miocardio, en su exilio de México, DF, el día 5 de noviembre de 1963.
También de Luis Cernuda en este blog:
«Luis Cernuda: El poeta»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Sentimiento de otoño»: AQUÍ
«Luis Cernuda: La visita de Dios»: AQUÍ
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«Luis Cernuda: Primavera vieja»: AQUÍ
«Luis Cernuda: A un poeta futuro»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Donde habite el olvido»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Un español habla de su tierra»: AQUÍ
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«Luis Cernuda: Noche de luna, de Las nubes»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Pregones, de Ocnos»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Pájaros en la mano, de Ocnos»: AQUÍ
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«Luis Cernuda: La riada, de Ocnos»: AQUÍ
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«Luis Cernuda: La Universidad, en Ocnos»
Luis Cernuda: El mirlo, de Ocnos»: AQUÍ
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«Luis Cernuda Ocnos su Sevilla – El magnolio»:AQUÍ
«Sevilla, los Jardines de Murillo, la primavera y Luis Cernuda: El Vicio, de Ocnos»: AQUÍ
Luis Cernuda – El Alcázar de Sevilla: Una tarde de abril: Te quiero: AQUÍ
«Luis Cernuda, Sevilla y el azahar: Luna llena en Semana Santa»: AQUÍ
«Sevilla, el Alcázar en invierno y Cernuda: Escondido en los muros»: AQUÍ
«Luis Cernuda: La Poesía»: AQUÍ
«Luis Cernuda – El viento y el alma»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Peregrino, de La Realidad y el Deseo»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Déjame esta voz»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Lamento y esperanza»: AQUÍ
«Luis Cernuda… Como llenarte, soledad»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Elegía anticipada»: AQUÍ
Bibliografía:
Perfil del aire – 1927
Égloga, elegía, oda – 1927-28
Los placeres prohibidos, – 1929-1931
Donde habite el olvido – 1934
Las nubes – 1940 – 1943
Ocnos – 1942 1.ª ed. (Ampliada en 1949 y 1963)
Como quien espera el alba – 1947
Vivir sin estar viviendo – 1944–1949
Variaciones sobre tema mexicano – 1952
Con las horas contadas, de 1950–1956
Poemas para un cuerpo – 1957
Desolación de la Quimera – 1962.
La realidad y el deseo (Poesía 1924-1962)
Estudios sobre poesía española contemporánea, 1957, o Poesía y literatura, I y II, 1960 – 1964 (En este estudio, Cernuda reivindica a Ramón de Campoamor, manifiesta su admiración por su amigo Federico García Lorca y enjuicia con severidad la poesía de Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas y Jorge Guillén.
Luis Cernuda – Poesía completa. Obras completas, Volumen I. Ediciones Siruela.1993.
Luis Cernuda, Antología – Cátedra, 1984.
Luis Cernuda, Intermedio, (antología) – Pre-Textos, 2004.
*Donde habite el olvido, quizá su poema más leído, está inspirado en la poesía de Bécquer, el título del libro, «Donde habite el olvido» está sacado de la rima LXVI, lo que indica la importancia becqueriana en la poesía de Cernuda.
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