«…Hoy siento en el corazón
un vago temblor de estrellas
y todas las rosas son
tan blancas como mi pena.»
F. García Lorca
Luis Cernuda, el que fuera gran amigo de Federico, le dedicó estos versos tras su vil asesinato:
«A un poeta muerto»
(FGL)
Así como en la roca nunca vemos
La clara flor abrirse,
Entre un pueblo hosco y duro
No brilla hermosamente
El fresco y alto ornato de la vida.
Por esto te mataron, porque eras
Verdor en nuestra tierra árida
Y azul en nuestro oscuro aire.
Leve es la parte de la vida
Que como dioses rescatan los poetas.
El odio y destrucción perduran siempre
Sordamente en la entraña
Toda hiel sempiterna del español terrible,
Que acecha lo cimero
Con su piedra en la mano.
Triste sino nacer
Con algún don ilustre
Aquí, donde los hombres
En su miseria sólo saben
El insulto, la mofa, el recelo profundo
Ante aquel que ilumina las palabras opacas
Por el oculto fuego originario.
La sal de nuestro mundo eras,
Vivo estabas como un rayo de sol,
Y ya es tan sólo tu recuerdo
Quien yerra y pasa, acariciando
El muro de los cuerpos
Con el dejo de las adormideras
Que nuestros predecesores ingirieron
A orillas del olvido.
Si tu ángel acude a la memoria,
Sombras son estos hombres
Que aún palpitan tras las malezas de la tierra;
La muerte se diría
Más viva que la vida
Porque tú estás con ella,
Pasado el arco de tu vasto imperio,
Poblándola de pájaros y hojas
Con tu gracia y tu juventud incomparables.
Aquí la primavera luce ahora.
Mira los radiantes mancebos
Que vivo tanto amaste
Efímeros pasar junto al fulgor del mar.
Desnudos cuerpos bellos que se llevan
Tras de sí los deseos
Con su exquisita forma, y sólo encierran
Amargo zumo, que no alberga su espíritu
Un destello de amor ni de alto pensamiento.
Igual todo prosigue,
Como entonces, tan mágico,
Que parece imposible
La sombra en que has caído.
Mas un inmenso afán oculto advierte
Que su ignoto aguijón tan sólo puede
Aplacarse en nosotros con la muerte,
Como el afán del agua,
A quien no basta esculpirse en las olas,
Sino perderse anónima
En los limbos del mar.
Pero antes no sabías
La realidad más honda de este mundo:
El odio, el triste odio de los hombres,
Que en ti señalar quiso
Por el acero horrible su victoria,
Con tu angustia postrera
Bajo la luz tranquila de Granada,
Distante entre cipreses y laureles,
Y entre tus propias gentes
Y por las mismas manos
que un día servilmente te halagaran.
Para el poeta la muerte es la victoria;
Un viento demoníaco le impulsa por la vida,
Y si una fuerza ciega
Sin comprensión de amor
Transforma por un crimen
A ti, cantor, en héroe,
Contempla en cambio, hermano,
Cómo entre la tristeza y el desdén
Un poder más magnánimo permite a tus amigos
en un rincón pudrirse libremente.
Tenga tu sombra paz,
Busque otros valles,
Un río donde del viento
Se lleve los sonidos entre juncos
Y lirios y el encanto
Tan viejo de las aguas elocuentes,
En donde el eco como la gloria humana ruede,
Como ella de remoto,
Ajeno como ella y tan estéril.
Halle tu gran afán enajenado
El puro amor de un dios adolescente
Entre el verdor de las rosas eternas;
Porque este ansia divina, perdida aquí en la tierra,
Tras de tanto dolor y dejamiento,
Con su propia grandeza nos advierte
De alguna mente creadora inmensa,
Que concibe al poeta cual lengua de su gloria
Y luego le consuela a través de la muerte.
Luis Cernuda
De: La realidad y el deseo (1924-1962) – VII Las nubes (1937-1940)
Recogido en: Luis Cernuda – Poesía completa – Volumen I
Ed. Siruela 1993©
ISBN: 84-7844-185-5 (Del volumen I)
Luis Cernuda Bidón nació en la calle Acetres de Sevilla, el 21 de septiembre de 1902.
Aún Sevilla, su tierra natal no le ha hecho justicia.
Fue sin duda uno de los más grandes poetas de la Generación del 27′, tantos años olvidado, o peor, ignorado por muchos, mas no en el corazón y en la memoria de los que amamos su poesía.
Estudió Derecho en la Universidad de Sevilla, carrera que terminó en 1926.
En 1925 conoció a Juan Ramón Jiménez y publicó sus primeros poemas en Revista de Occidente.
En 1927 publicó su primer libro lírico, Perfil del aire.
En 1928, tras morir su madre, marcha a Madrid, donde ese mismo año conoció a Vicente Aleixandre; en noviembre Pedro Salinas, que había sido profesor suyo en Sevilla, le ayuda a conseguir un lectorado de español en la Universidad de Toulouse; viaja también a París.
Volvió a Madrid en 1929 y desde 1930 trabajó en la librería de León Sánchez Cuesa, asistió a diversas tertulias en compañía de Vicente Aleixandre y de Federico García Lorca.
Así mismo se involucró en el proyecto de las Misiones Pedagógicas, primero en la sección Bibliotecas y más tarde en el Museo ambulante; con ellos recorrió los pueblos de Castilla y Andalucía y conoció a Ramón Gaya y al pintor Gregorio Prieto; colaboró además en la revista Octubre de Rafael Alberti, en 1933.
En 1936, poco antes de estallar la Guerra Civil, intervino en el homenaje a Valle-Inclán y publicó la primera edición de su obra poética completa hasta entonces, bajo el título de La realidad y el deseo.
Se entera del asesinato de Federico García Lorca y le escribe una sentida elegía, A un poeta muerto (F. G. L.), cuyos dos últimos párrafos fueron censurados.
Pasó dos meses como agregado de la Embajada Española en París y volvió a Madrid, donde se alistó en el Batallón Alpino; con él fue enviado a la Sierra de Guadarrama. En abril de 1937 se trasladó a Valencia, donde colaboró con Hora de España y publica la citada elegía a Lorca.
El día 14 de abril de 1938, Cernuda abandonó España para siempre huyendo de la Guerra Civil, nunca más volvería a ella.
Cedamos la voz al poeta:
«Atrás quedaba tu tierra sangrante y en ruinas. La última estación al otro lado de la frontera, donde te separaste de ella, era sólo un esqueleto de metal retorcido, sin cristales, sin muros un esqueleto desenterrado al que la luz postrera del día abandonaba.
¿Que puede el hombre contra la locura de todos? Y sin volver los ojos ni presentir el futuro, saliste al mundo extraño desde tu tierra en secreto ya extraña.” (LC)
Junto a esas pertenencias, lleva como bien más preciado el manuscrito de varios poemas que serían el germen de uno de sus más grandes libros, “Las nubes”, «Noche de Luna», “A un poeta muerto” (FGL), “Elegía Española” (I), “Scherzo para un elfo”, “Soñando la muerte”, “Sentimiento de otoño”, “A Larra con unas violetas” (1837-1937) y “Lamento y esperanza”. Son poemas que formarían parte del libro en el que se incluyen textos tan desolados como “Un español habla de su tierra”.
Murió tras sufrir un infarto de miocardio, en su exilio de México, DF, el día 5 de noviembre de 1963.
También de Luis Cernuda en este blog:
«Luis Cernuda: Peregrino»: AQUÍ
«Luis Cernuda: La primavera»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Un español habla de su tierra»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Linterna roja»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Donde habite el olvido»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Desolación de la quimera»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Hacia la tierra»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Pájaros en la mano, de Ocnos»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Tristeza del recuerdo»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Las islas»: AQUÍ
«Luis Cernuda: ¿Son todos felices?»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Vientres sentados»: AQUÍ
«Luis Cernuda: De qué país»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Despedida»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Díptico español»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Los fantasmas del deseo»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Del otro lado»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Mitad de la vida»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Unos cuerpos son como flores»: AQUÍ
«Luis Cernuda: La riada, de Ocnos»: AQUÍ
«Luis Cernuda: La casa, de Ocnos»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Si el hombre pudiera decir lo que ama…»: AQUÍ
«Luis Cernuda: A sus paisanos»: AQUÍ
«Luis Cernuda: No es nada»: AQUÍ
«Luis Cernuda: A un poeta muerto (FGL)»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Un muchacho andaluz»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Impresión de destierro»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Noche de luna, de Las nubes»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Pregones, de Ocnos»: AQUÍ
«Luis Cernuda: La casa, de Ocnos: AQUÍ
«Luis Cernuda: Las tiendas, de Ocnos»: AQUÍ
«Luis Cernuda: La Universidad, en Ocnos»
Luis Cernuda: El mirlo, de Ocnos»: AQUÍ
«Luis Cernuda: El vicio, de Ocnos»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Escrito en el agua, de Ocnos»: AQUÍ
«Luis Cernuda: La Poesía, de Ocnos»: AQUÍ
«Luis Cernuda: La ciudad a distancia, de Ocnos»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Atardecer, en Ocnos»: AQUÍ
«Sevilla, los Jardines de Murillo, la primavera y Luis Cernuda: El Vicio, de Ocnos»: AQUÍ
«Luis Cernuda, Sevilla y el azahar: Luna llena en Semana Santa»: AQUÍ
«Sevilla, el Alcázar en invierno y Cernuda: Escondido en los muros»: AQUÍ
«Sevilla, Luis Cernuda: El otoño, de Ocnos»: AQUÍ
«Luis Cernuda «Ocnos su Sevilla – El magnolio»:AQUÍ
«Luis Cernuda: La Poesía»: AQUÍ
«Luis Cernuda – El viento y el alma»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Tarde oscura, de Como quien espera el alba»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Peregrino, de La Realidad y el Deseo»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Déjame esta voz»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Lamento y esperanza»: AQUÍ
«Luis Cernuda: No decía palabras»: AQUÍ
«Luis Cernuda – Contigo – A donde el corazón te lleve»: AQUÍ
«Luis Cernuda: A un poeta muerto (FGL)»: AQUÍ
«Luis Cernuda… Como llenarte, soledad»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Elegía anticipada»: AQUÍ
«Luis Cernuda: Lectura de su poesía hoy en Sevilla»: AQUÍ
Bibliografía:
Perfil del aire – 1927
Égloga, elegía, oda – 1927-28
Los placeres prohibidos, – 1929-1931
Donde habite el olvido – 1934
Las nubes – 1940 – 1943
Ocnos – 1942 1.ª ed. (Ampliada en 1949 y 1963)
Como quien espera el alba – 1947
Vivir sin estar viviendo – 1944–1949
Variaciones sobre tema mexicano – 1952
Con las horas contadas, de 1950–1956
Poemas para un cuerpo – 1957
Desolación de la Quimera – 1962.
Estudios sobre poesía española contemporánea, 1957, o Poesía y literatura, I y II, 1960 – 1964 (En este estudio, Cernuda reivindica a Ramón de Campoamor, manifiesta su admiración por su amigo Federico García Lorca y enjuicia con severidad la poesía de Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas y Jorge Guillén.
Luis Cernuda – Poesía completa. Obras completas, Volumen I. Ediciones Siruela.1993.
Luis Cernuda, Antología – Cátedra, 1984.
Luis Cernuda, Intermedio, (antología) – Pre-Textos, 2004.
No Comments
Información Bitacoras.com…
Si lo deseas, puedes hacer click para valorar este post en Bitacoras.com. Gracias….
Inmejorable el homenaje de Don Luis Cernuda a García Lorca. Triste España aquella de la intolerancia.
¡Que no vuelva!
Un beso.
Izaskun
Último post en la Web de…izaskun…EL SURGIMIENTO DEL MAR
En eso confiamos, afortunadamente ya los caudillos no tienen eco en el pueblo y la intolerancia creo, está cercada.
Un abrazo pasando página.
Triana
[…] “A un poeta muerto” […]
[…] “A un poeta muerto” […]
[…] “A un poeta muerto: Luis Cernuda”: AQUÍ […]
[…] “A un poeta muerto: Luis Cernuda”: AQUÍ […]
[…] “A un poeta muerto: Luis Cernuda”: AQUÍ […]
[…] “A un poeta muerto: Luis Cernuda”: AQUÍ […]
[…] “A un poeta muerto: Luis Cernuda”: AQUÍ […]
[…] “A un poeta muerto: Luis Cernuda”: AQUÍ […]
[…] “A un poeta muerto: Luis Cernuda”: AQUÍ […]
[…] “A un poeta muerto: Luis Cernuda”: AQUÍ […]
[…] “A un poeta muerto: Luis Cernuda”: AQUÍ […]
[…] “A un poeta muerto: Luis Cernuda”: AQUÍ […]
[…] “A un poeta muerto: Luis Cernuda”: AQUÍ […]
[…] “A un poeta muerto: Luis Cernuda”: AQUÍ […]
[…] “A un poeta muerto: Luis Cernuda”: AQUÍ […]
[…] “Luis Cernuda: A un poeta muerto (FGL)”: AQUÍ […]
[…] “Luis Cernuda: A un poeta muerto (FGL)”: AQUÍ […]
[…] “Luis Cernuda: A un poeta muerto (FGL)”: AQUÍ […]
[…] Doctor en Filología Románica por la misma Universidad, en 1971, con una tesis sobre la poesía de Luis Cernuda. Ha traducido entre otros a: Samuel Beckett, Friedrich Hölderlin, Johann Wolfgang Goethe, Herman […]
[…] “Luis Cernuda: A un poeta muerto (FGL)”: AQUÍ […]
[…] “Luis Cernuda: A un poeta muerto (FGL)”: AQUÍ […]
[…] “Luis Cernuda: A un poeta muerto (FGL)”: AQUÍ […]
[…] “Luis Cernuda: A un poeta muerto (FGL)”: AQUÍ […]
[…] como “Razón de amor”, de Pedro Salinas o “La realidad y el deseo”, de Luis Cernuda, entre otros. Durante la Guerra Civil española, se alistó en las filas republicanas y se […]
[…] Doctor en Filología Románica por la misma Universidad, en 1971, con una tesis sobre la poesía de Luis Cernuda. Ha traducido entre otros a: Samuel Beckett, Friedrich Hölderlin, Johann Wolfgang Goethe, Herman […]