«…No, no es la hora todavía… hay que esperar…
Y aquí estoy esperando…
con el mismo traje viejo de ayer,
haciendo recuentos y memoria…»
LF
«El hacha»
Elegía española
¡Oh, este dolor,
este dolor de no tener ya lágrimas;
este dolor
de no tener ya llanto
para regar el polvo!
¡Oh, este llanto de España,
que ya no es más que arruga y sequedad…
mueca,
enjuta congoja de la tierra,
bajo un cielo sin lluvias,
hipo de cigueñal
sobre un pozo vacío,
mecanismo, sin lágrimas, del llanto!
¡Oh, esta mueca española,
esta mueca dramática y grotesca!
Llanto seco del polvo
y por el polvo;
por el polvo de todas las cosas acabadas de España,
por el polvo de los muertos
y de todas las ruinas de España,
por el polvo de una casta
perdida ya en la Historia para siempre!
(…)
¿Por qué qué habéis dicho todos
que en España hay dos bandos,
si aquí no hay más que polvo?
En España no hay bandos,
en esta tierra no hay bandos,
en esta tierra maldita no hay bandos.
No hay más que una hacha amarilla
que ha afilado el rencor.
Un hacha que cae siempre,
siempre,
siempre,
implacable y sin descanso
sobre cualquier humilde ligazón;
sobre dos plegarias que se funden,
sobre dos herramientas que se enlazan,
sobre dos manos que se estrchan.
La consigna es el corte,
el corte,
el corte,
el corte hasta llegar al polvo,
hasta llegar al átomo.
Aquí no hay bandos,
aquí no hay bandos,
ni rojos
ni blancos
ni egregios
ni plebeyos…
Aquí no hay más que átomos,
átomos que se muerden
(…)
¡Qué viejo veneno lleva el río
y el viento,
y el pan de tu meseta,
que emponzoña la sangre,
alimenta la envidia,
da ley al fratricidio
y asesina el honor y la esperanza!
(…)
Tuya es el hacha, tuya.
Más tuya que tu sombra.
Contigo la llevaste a la Conquista
y contigo ha vivido
en todos los exilios.
Yo la he visto en América
–en México y en Lima—.
Se la diste a tu esposa
y a tu esclava…
y es la eterna maldición de tu simiente.
(…)
Y el hacha cae ciega,
incansable y vengativa
y se prolonga;
sobre todo lo que se congrega
sobre la gavilla
y el manojo,
sobre la espiga
y el racimo,
sobre la flor
y la raiz,
sobre el grano y la simiente,
y sobre el polvo mismo
del grano y la simiente.
(…)
Habrá llanto de sobra para el hombre
y agua amarga
para las dunas calcinadas…
salitre para todos,
mañana
¡para todos el mar!
El mar solo otra vez, como al principio,
y el hombre solo, al fin, con su conciencia.
¡Para todos el mar!
y el hombre solo, solo,
sin tribu,
sin obispo
y sin espada.
Cada hombre solo, solo,
sin Historia y sin grito,
con el grito partido
y las escalas y las sondas rotas.
Cada hombre solo. Yo solo
solo, sí,
solo,
solo,
flotando sobre el mar,
sobre el lecho profundo de mi llanto
y bajo el palio altivo de los cielos,
altivi,
silencioso
y estelar.
(…)
Mañana
para todos el mar…
sobre la zorra y sobre el buitre, el mar;
sobre el cobarde el mar;
sobre el obispo y su amatista, el mar;
sobre mi carne el mar;
sobre el desierto, el mar;
y sobre el polvo y sobre el hacha, el mar.
¡El mar,
el mar,
el mar solo otra vez, como al principio!
¡el llanto…el mar!
León Felipe
De: «El español del éxodo y el llanto» – «Elegía española» I , 1939
Recogido en: “León Felipe – Poesías completas”
Ed. Visor – Colección Poesía, 2010©
ISBN: 978-84-98-95-766-2
Felipe Camino Galicia de la Rosa nació el 11 de abril, de 1884, en Tábara, Zamora.
Poeta de la Generación del 27′, escribió además algunas obras de teatro y es conocido a nivel mundial por haber sido traductor de la obra de Walt Withman.
Tras permanecer varios años residiendo y trabajando en México y Estados Unidos, volvió a España poco antes de iniciarse la guerra civil, en la que vivió como militante republicano hasta 1938, año en que se exilió definitivamente a México, pasando a ser agregado cultural de la embajada de la República española en el exilio, única reconocida entonces por el Gobierno de Cárdenas.
De su estancia en el país hispano, diría. «Llegué a México (por primera vez) montado en la cola de la revolución. Corría el año de 1923. Después, aquí he vivido por muchos años: Aquí he gritado, he sufrido, he protestado, he blasfemado, me he llenado de asombro…»
Son muchos lo que creen que León Felipe debe ser reivindicado como un poeta mayor, superando las dificultades que en vida le acarrearon su independencia de todas las corrientes literarias de su tiempo y su condición de exiliado.
Murió en Ciudad de México, el 18 de septiembre de 1968.
También de León Felipe en este blog:
«León Felipe: Regad la sombra»: AQUÍ
«León Felipe: Diálogo perdido»: AQUÍ
«León Felipe: Que venga el poeta»: AQUÍ
«León Felipe: Piedra de sal»: AQUÍ
«León Felipe: No he venido a cantar»: AQUÍ
«León Felipe: La rosa de harina»: AQUÍ
«León Felipe: Qué día tan largo»: AQUÍ
«León Felipe: Allí no hay nadie ya»: AQUÍ
«León Felipe: Auschwitz»: AQUÍ
«León Felipe: El infierno»: AQUÍ
«León Felipe: Qué día tan largo…»: AQUÍ
«León Felipe: Lavanderas… Tintoreros»: AQUÍ
«León Felipe: Decidlo vosotros»: AQUÍ
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«Leon Felipe: Me voy porque la tierra y el pan y la luz ya no son míos»: AQUÍ
«León Felipe: Deshaced ese verso…»: AQUÍ
«León Felipe: Éstas son mis llaves»: AQUÍ
«León Felipe: Hay dos Españas»: AQUÍ
«León Felipe: Las ratas»: AQUÍ
«León Felipe: La palabra»: AQUÍ
«León Felipe: Perdón, de El zurrón de las piedras»: AQUÍ
«León Felipe: Cara o cruz, águila o sol»: AQUÍ
«León Felipe: Yo soy el gran blasfemo»: AQUÍ
«León Felipe: Estamos en el llanto»: AQUÍ
«León Felipe: La poesía llega… ahí está»: AQUÍ
«León Felipe: Un signo… ¡Quiero un signo!»: AQUÍ
«León Felipe: Qué lástima: AQUÍ
«León Felipe – Como tu – Elegia»: AQUÍ
«León Felipe: Romero solo»: AQUÍ
«León Felipe: El llanto es nuestro»: AQUÍ
«León Felipe: El hacha, Elegía española»: AQUÍ
Bibliografía poética:
Versos y oraciones de caminante (1920 y 1929).
Drop a Star (1933).
La insignia (1936).
El payaso de las bofetadas y el Pescador de caña: poema trágico español (1938).
Español del éxodo y del llanto (1939).
El gran responsable (1940).
El poeta prometeico (1942).
Ganarás la luz (1943).
Parábola y poesía (1944).
Llamadme publicano (1950). publicadas bajo este título por imposición del editor (Almendros y Cia. Editores, S.A., México) ya que el autor lo había titulado «Versos y Blasfemias del caminante».
El ciervo (1954).
¿Qué se hizo del rey don Juan? (1962).
Rocinante(1967).
Israel Discurso poemático pronunciado el 31 de julio de 1967 y publicado posteriormente en 1970 Finisterre, México D. F.
¡Oh, este viejo y roto violín! (1968).
Como tú… (1962).
León Felipe – Poesías Completas (2010)
Traducción:
Traducción de Canto a mi mismo, de Walt Whitman (1941).
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